La ciberseguridad en entornos industriales ¿estamos preparados? La defensa que toca…

La ciberseguridad en entornos industriales ¿estamos preparados? La defensa que toca…

Como ya comentamos en nuestro anterior post, las redes OT (Operation Technology) de las empresas no están exentas de sufrir ataques informáticos. Hasta hoy son múltiples los ataques sufridos por empresas industriales desde que se produjera en 2010 el primer ciberataque que tuviera repercusión directa en el mundo físico1, incidentes de seguridad que afectan a un amplio abanico de entidades que abarca desde grandes tecnológicas hasta proveedoras de productos finales2. Todas las infraestructuras industriales, y no solo las infraestructuras críticas, están en el punto de mira de los ciberdelincuentes o crackers, en los que el sector OT es en cierta forma «negligente», ya que casi el 90%de las vulnerabilidades y vectores de ataques presentes en un sistema industrial son identificables y explotables utilizando estrategias ampliamente conocidas por los atacantes, siendo el 71% de riesgo alto o crítico al poder paralizar parcial o totalmente la actividad de la empresa3.

Ante el panorama esbozado cabe hacerse una serie de preguntas ¿existen herramientas apropiadas y adaptadas a estos entornos OT? ¿pueden los expertos en ciberseguridad proteger el ámbito OT de la industria? La detección de las vulnerabilidades que afectan a los recursos asociados a las redes OT, elementos clave en la automatización de las plantas industriales, se presenta como una etapa de obligada presencia en cualquier test de penetración. Una vez que las vulnerabilidades han sido identificadas será posible tomar las medidas preventivas necesarias, adaptando las soluciones ya existentes y las buenas prácticas bien conocidas del entorno IT al mundo OT, y no realizando un traslado directo de las mismas.

Algunos intentos de adaptación a nivel de estándares son la IEC 62443, basada en el estándar ISA 99 y que establece el marco de referencia internacional de ciberseguridad en sistemas industriales, o la ISO/IEC 27019:2013, que proporciona principios rectores para la gestión de seguridad de la información aplicada a sistemas de control de procesos. En cuanto a herramientas concretas encontramos, entre otras, la plataforma ControlThings que es una distribución Linux específica para encontrar vulnerabilidades en sistemas de control industrial, sin olvidarnos de herramientas como las de inventariado de activos, diseñadas para poder ser aplicadas en entornos OT4 y entre las que se pueden citar IND de Cisco, eyesight de ForeScout (éstas últimas de pago) o GRASSMARLIN que, siendo open source, mapea de forma masiva la red y muestra visualmente la topología de los SCI/SCADA presentes en ésta. Aspectos susceptibles de ser atacados en un entorno OT de manera específica se pueden encontrar en bases de datos como la de MITTRE-ATT&CK.

Sin embargo, estos intentos de estandarización no son suficientes y se hace imprescindible seguir avanzando en distintos frentes apoyando iniciativas como las siguientes;

  • Permitir que los expertos del entorno OT tomen la iniciativa y aprendan a protegerse. Formarles en la forma correcta de configurar los dispositivos propios de estas redes, haciendo dicha configuración más simple para no expertos en IT y evitando así la posibilidad de realizar configuraciones erróneas por desconocimiento (simplificar la seguridad).
  • Mejorar la adaptación de las soluciones SIEM (Security Information and Event Management) a las redes OT, para que sean menos intrusivas que las actuales y aprendan a identificar patrones propios de las redes industriales, permitiendo una identificación temprana de situaciones anómalas .
  • Poner en prácticas nuevas formas de ciber proteger los sistemas industriales, no centradas en la actualización continua del software y/o la realización periódica de inversiones6.

Hasta no hace mucho, los sistemas OT han vivido desconectados del mundo exterior y por ello, con una falsa sensación de seguridad. Sin embargo la protección de estos entornos OT debe ser priorizada, así como la creación de nuevos perfiles profesionales en ciberseguridad capaces de entender las necesidades y particularidades de los entornos OT.


Autores del Post

Daniel Gómez (dangom@cartif.es)

Javier Román (javrom@cartif.es)

Marta Galende (margal@cartif.es)


1 https://www.businessinsider.es/10-anos-stuxnet-primer-ciberataque-mundo-fisico-657755

2 https://www.incibe-cert.es/alerta-temprana/bitacora-ciberseguridad

3 https://security.claroty.com/1H-vulnerability-report-2021

4 https://www.incibe-cert.es/guias-y-estudios/guias/guia-gestion-inventario-activos-sistemas-control-industrial

5 https://www.incibe-cert.es/blog/diseno-y-configuracion-ips-ids-y-siem-sistemas-control-industrial

La ciberseguridad en entornos industriales, ¿estamos preparados? Los ataques que vienen…

La ciberseguridad en entornos industriales, ¿estamos preparados? Los ataques que vienen…

Robos de identidad y datos de usuario, ransomware, phising, pharming o ataques de denegación de servicio, son términos que escuchamos cada vez más en los medios de comunicación1,2,3,4. El mundo hiperconectado en el que vivimos hace que las empresas como entidades productivas estén cada vez más expuestas a ser objeto de un delito cibernético5,6,7. Las campañas existentes para concienciar en ciberseguridad son muy diversas pero, ¿ cómo pueden las empresas blindarse ante todas estas amenazas sin llegar a comprometer sus objetivos finales de negocio?

Tradicionalmente la orquestación de la ciberseguridad en entornos industriales ha sido delegada casi en exclusiva al departamento IT de las empresas, que han centrado su trabajo en proteger las redes ofimáticas, aplicando estándares y normativas bien conocidas como: ISO/IEC 27001, ISO/IEC 15408, o la ISO/IEC 19790. Para estos equipos expertos en ciberseguridad, «no hay mejor defensa que un buen ataque». Esta frase del general chino Sun Tzu (autor de la obra «El Arte de la Guerra», considerada una obra maestra sobre la estrategia) subyace en el fondo de los conocidos como test de penetración (o pentesting). Los test de penetración son básicamente un conjunto de ataques simulados dirigidos a un sistema informático con la única finalidad de detectar posibles debilidades o vulnerabilidades para que sean corregidas y no puedan ser explotadas 8. ¿Y por qué son tan importantes estos test? Porque diversos estudios muestran que la mayoría de los ataques aprovechan vulnerabilidades ya conocidas y recogidas en bases de datos como las de CVE, OWASP o NIST que por diversas razones no son corregidas 9,10.

Dentro del sector IT algunas de las metodologías y marcos de auditorías de seguridad más conocidos para hacer pentesting son: Open Source Security Testing Methodology Manual (OSSTMM), Information Systems Security Assessment Framework (ISSAF), Open Web Application Security Project (OWASP), y Penetration Testing Execution Standard (PTES). Cada una de estas metodologías adopta una estrategia diferente para las pruebas de penetración en función del tipo de aplicativo a auditar (móvil nativo, web, infraestructura, …), siendo en este sentido complementarias.

ciberseguridad

A nivel más práctico, los equipos de IT disponen de una gran cantidad de herramientas para realizar estos test, tanto gratuitas y/o de código abierto como comerciales. Algunas de las más conocidas son: Metasploit, Community Edition, Nessus, Edición personal, Saint, Nmap, Netcat, Burp Suite, John the Ripper o Wireshark. La mayor parte de estas herramientas viene ya pre-instaladas en distribuciones específicas para realizar test de penetración como son Kali Linux, BlackArch Linux o Parrot Security.

Sin embargo, las redes ofimáticas a cargo del departamento IT no son las únicas existentes en una empresa industrial. Hoy en día cada vez son más los recursos utilizados en la producción (PLC, SCADA, …), normalmente interconectados por buses de campo compatibles con el protocolo TCP/IP de Internet, como por ejemplo PROFIENT o MODBUS TCP. Desde ellos, gracias a la función de enrutado disponible en PLC´ s de diversas marcas, es posible acceder mediante pasarelas (gateways) a segmentos de otros buses de campo a los que anteriormente no se podía acceder desde el exterior, como, por ejemplo, PROFIBUS11 . Esta interconexión entre las redes IT (Information Technology) y OT (Operation Technology), tan necesaria al hablar de Industria 4.0, aumenta las posibilidades que tiene la industria de ser objeto de ciberataque.

En la próxima entrega, hablaremos de cómo podemos defendernos de tal amenaza…


Autores del Post

Daniel Gómez (dangom@cartif.es)

Javier Román (javrom@cartif.es)

Marta Galende (margal@cartif.es)


1 https://elpais.com/economia/2021-11-11/un-ataque-informatico-obliga-a-paralizar-la-principal-planta-de-la-cervecera-damm.html

2 https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20211108/7847465/ciberataque-mediamarkt.html

3 https://www.elespanol.com/omicrono/tecnologia/20211025/supermercado-tesco-hackeo-clientes-sin-pedidos-varios/622188010_0.html

4 https://www.elmundo.es/economia/2021/03/09/6047578dfc6c83411b8b4795.html

5 https://cincodias.elpais.com/cincodias/2021/07/21/companias/1626821663_803769.html

6 https://directivosygerentes.es/innovación/54-por-ciento-retailers-espanoles-sufrido-ciberataque

7 https://www.fortinet.com/lat/corporate/about-us/newsroom/press-releases/2021/fortinet-reporta-ataques-ransomware-multiplicado-diez-ultimo-ano

8 https://www.incibe.es/protege-tu-empresa/blog/el-pentesting-auditando-seguridad-tus-sistemas

9 https://owasp.org/Top10/

10 https://www.muycomputerpro.com/2021/11/11/ransomware-ataques-vulnerabilidades-empresas

11 https://support.industry.siemens.com/cs/document/584459/%C2%BFqu%C3%A9-m%C3%B3dulos-permiten-trabajar-con-la-funci%C3%B3n-s7-routing-en-subredes-s7-?dti=0&lc=es-ES

Tecnología Industrial al alcance de los ciudadanos: Cogeneración Residencial

Tecnología Industrial al alcance de los ciudadanos: Cogeneración Residencial

¿Sabes lo que es la cogeneración?

La cogeneración se refiere a la producción simultánea de electricidad y calor, nuestras dos grandes necesidades energéticas básicas. Los beneficios de estas tecnologías son múltiples:

  • Es un 40% más eficiente que producir electricidad y calor por separado.
  • Unido a este ahorro energético, las emisiones de CO2 y los costes de generación son menores.
  • Puede aprovechar recursos renovables como la biomasa y el biogás.
  • Mejora la seguridad del sistema, ya que permite generar la cantidad necesaria de electricidad y calor y absorber la variabilidad implícita de la generación renovable procedente de eólica y solar.
  • Los costes de transporte y distribución son reducidos, ya que generalmente la energía se consume en el mismo sitio en el que se produce.

Además de que la cogeneración tiene como objetivo cubrir las necesidades energéticas propias, podemos observar que, según el Informe del Sistema El´éctrico Español elaborado por Red Eléctrica de España correspondiente a 2019, es capaz de cubrir casi un 12% de la demanda española con solo un 5% de participación en la potencia instalada nacional. A nivel europeo, la cogeneración proporciona un 11% de la electricidad consumida y un 15% del calor.

También la Comisión Europea reconoce la necesidad de la presencia de la cogeneración en el sistema energético, citando en la Directiva de Eficiencia Energética que «la cogeneración de alta eficiencia tienen un potencial significativo para ahorrar energía primaria en la Unión» y la necesidad de que «los estados miembros fomenten la introducción de medidas y procedimientos para promover las instalaciones de cogeneración con una potencia térmica nominal total inferior a 5MW con el fin de fomentar la generación de energía distribuida».

Aun teniendo en cuenta todos los beneficios indicados, prácticamente solo se pueden encontrar este tipo de tecnologías en ámbitos industriales o grandes edificios del sector terciario. Por ello, un ámbito con gran potencial es el desarrollo de la micro-generación, es decir, sistemas de cogeneración de baja potencia (menor de 50 kW) que generen el calor y la electricidad necesaria para cubrir las necesidades energéticas de edificios residenciales. Este aspecto es clave tanto para el desarrollo de las Comunidades energéticas locales en las que la figura del consumidor pasivo se difumina como para la consecución de uno de los grandes objetivos medioambientales, la neutralidad climática.

Dentro de los sistemas de cogeneración actuales, podemos encontrar dos grandes grupos:

  • Motores de combustión interna convencionales acoplados a un generador eléctrico y del cual se recupera el calor de los gases de escape y de los sistemas de refrigeración. Suelen funcionar empleando gas natural o gasóleo como combustible, llegando a alcanzar rendimientos globales del 80-90%.
  • Sistemas de microturbinas compuestos por una turbina de gas en ciclo abierto en las que el aire es aspirado de la atmósfera, se comprime mediante un compresor rotativo para conducirlo a la cámara de combustión y posteriormente aprovechar la expansión en una turbina. La energía eléctrica se obtiene a partir de un alternador, mientras que el calor se recupera de los gases de escape. Llegan a tener rendimientos globales en torno al 90%. La diferencia fundamental respecto a los anteriores es que las turbinas están diseñadas para funcionar en régimen estacionario mientras que los motores permiten una regulación más amplia. Además, la temperatura de los gases de escape de las turbinas es más alta, estando habitualmente en torno a los 300-400ºC. El combustible empleado mayoritariamente es gas natural, pero en este caso es posible emplear otros más sostenibles como puede ser el biogás.

Como hemos visto, la gran mayoría de los sistemas actuales emplean combustibles fósiles en su funcionamiento, lo que no es adecuado de acuerdo a los compromisos ambientales adquiridos. En 2018 solo el 4% de la energía generada mediante cogeneración procedía de fuentes renovables como biocombustibles y residuos (La energía en España 208, MITECO)

Fuente:https://energia.gob.es/balances/Balances/LibrosEnergia/Libro-Energia-2018.pdf

Afortunadamente, existen tecnologías tanto en el mercado como en fase de desarrollo enfocadas a cubrir estas necesidades. En primer lugar, podemos nombrar la tecnología de generación fotovoltaica híbrida, capaz de generar tanto electricidad como agua caliente de baja temperatura (60-70ºC) aprovechable en los sistemas de climatización de los edificios. La infraestructura necesaria para la instalación de estos colectores no dista mucho de la empleada en la instalación habitual de paneles fotovoltaicos, incluyendo las tuberías necesarias para la conducción del agua de entrada y salida.

Fuente: https://solar2power.pt/photovoltaic-thermal-hybrid-solar-collector/

Otra de las tecnologías que está experimentando un gran crecimiento debido a su naturaleza estratégica es la pila de hidrógeno o pila de combustible. Este sistema aprovecha procesos electroquímicos para convertir un combustible, el hidrógeno, y un comburente, el oxígeno presente en el aire, en una corriente eléctrica y calor. La particularidad del hidrógeno como combustible es que presenta una gran densidad energética, puede transportarse a través de canalizaciones similares al gas natural (aunque bajo condiciones especiales) y puede ser generado a partir de la electrólisis del agua empleando para ello fuentes de energía renovables.

Fuente: https://www.cnh2.es/pilas-de-combustible/

Por supuesto, las tecnologías citadas pueden ser combinadas con otras para multiplicar sus posibilidades: bombas de calor tanto alimentadas con la energía eléctrica generada como empleando el calor generado para elevar su rendimiento, hibridación junto a sistemas de almacenamiento que permitan una gestión inteligente, etc.

CARTIF participa en diversos proyectos que integran sistemas de cogeneración en entornos residenciales:

  • SUNHORIZON: tiene como objetivo demostrar que la combinación apropiada de tecnologías como paneles solares (Fotovoltaico, híbridos, térmicos) y bombas de calor (compresor térmico, adsorción, reversible) gestionadas con un controlador con capacidades predictivas permite ahorrar energía, maximizar el uso de renovables, incrementar el autoconsumo, reducir la factura energética y reducir las emisiones de CO2.
  • REGENBy2: contribuimos al desarrollo de una nueva planta de energía integrada, capaz de convertir cualquier tipo de fuente térmica de energía renovable, de baja a alta temperatura, en electricidad, calefacción y/o refrigeración simultáneamente.
  • HysGRID+: cuyo objetivo es fomentar la cooperación de centros tecnológicos españoles con un elevado nivel de complementariedad con el fin último de investigar y desarrollar soluciones tecnológicas novedosas que faciliten la creación de comunidades energéticas locales (CEL) con balance neto positivo de alta eficiencia y basadas en sistemas híbridos de generación renovable y almacenamiento. En el contexto de este proyecto, CARTIF ha sido capaz de instalar dos bancos de ensayos: uno para testar bombas de calor de hasta 100 kW térmicos, y otro para caracterizar el comportamiento de paneles solares híbridos PVT.
  • H24NewAge: desarrollamos tecnologías avanzadas a lo largo de toda la cadena de valor del hidrógeno para finalmente crear una red de infraestructuras para dar servicio a las empresas y como demostración de las tecnologías del hidrógeno desarrolladas. El objetivo final es que el proyecto sea un referente para el tejido empresarial español facilitando una transferencia de conocimiento bidireccional y adaptable. Otra de las acciones es la investigación de la aplicación de pilas de combustible en microgeneración residencial.

«NON-EXHAUST PARTICLES»: Las Grandes Desconocidas del Transporte por Carretera

«NON-EXHAUST PARTICLES»: Las Grandes Desconocidas del Transporte por Carretera

El transporte por carretera es la principal fuente de emisión de partículas en los entornos urbanos y una de las más importantes a nivel global. Consciente de la gravedad del problema, la Unión Europea viene estableciendo límites, cada vez más restrictivos, para las emisiones de escape de los motores de combustión interna en vehículos nuevos, a través de la normativa europea sobre emisiones (Normas EURO), que tanto temen los fabricantes de vehículos. Esta normativa centrada en los vehículos, y otras destinadas al control de las emisiones producidas en la industria y en las centrales térmicas de generación eléctrica, han hecho posible que la concentración de partículas en entornos urbanos se haya reducido de manera notable en los últimos 15 años. Es justo decir, que parte de esa reducción ha sido también debida al uso creciente de las energías renovables, como por ejemplo la energía eólica, fotovoltaica o solar térmica. Por su parte, la biomasa, a pesar de ser una fuente de energía renovable con una huella de carbono casi nula, contribuye a la emisión de partículas debido al proceso de combustión que permite su aprovechamiento energético. Por último, la energía nuclear, que en las próximas semanas pasará a ser considerada «energía verde» por la Comisión Europea, podría contribuir de manera eficaz no solo a la reducción de las emisiones de CO2, sino también a las emisiones de partículas.

A pesar de que, como se ha dicho, la situación actual es mejor que la de hace 15 años, no es menos cierto que con relativa frecuencia se superan los límites de concentración de partículas establecidos por la Organización Mundial de la Salud (10 μg/m3 para partículas <2,5 μm) en muchos núcleos urbanos europeos.

Fuente: https://www.eea.europa.eu/themes/air/urban-air-quality/european-city-air-quality-viewer

¿Cómo se clasifican las nanopartículas y cuáles son sus riesgos asociados?

Las partículas atmosféricas, independientemente de su origen natural o antropogénico, se clasifican en partículas gruesas PM10 (2,5 -10 μm), finas PM2,5 (0,1 – 2,5 μm) y ultrafinas PM0,1 (<0,1 μm). Según la OMS las partículas gruesas PM10 pueden penetrar y alojarse profundamente dentro de los pulmones, mientras que las partículas finas PM2,5 suponen un mayor riesgo, pues pueden atravesar la barrera pulmonar y entrar en el sistema sanguíneo. Las partículas ultrafinas PM0,1 son capaces de penetrar en órganos vitales como el hígado o el cerebro, causando procesos inflamatorios y oxidativos, con efectos aún poco conocidos.

Numerosos estudios científicos llevados a cabo en las últimas dos décadas relacionan los efectos a corto plazo del incremento de la concentración de partículas con incrementos en la mortalidad diaria e ingresos hospitalarios. Otros estudios alertan sobre el alto contenido de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) que se encuentran adheridos a la fracción de partículas PM2,5 provenientes de los procesos de combustión. Al menos 13 de los compuestos que forman la familia de los PAHs han sido reconocidos como carcinogénicos por la OMS. Esta misma organización afirma que, además de cáncer, la fracción de partículas PM2,5 causa enfermedades cardiovasculares y respiratorias siendo la causa de 400.000 muertes prematuras solo en Europa.

Fuente: https://www.elnorte.com

¿Qué son las partículas no provenientes de gases de escape (NEE- Non-Exhaust Emissions) y cuál es su contribución a las emisiones del transporte por carretera?

Una vez introducida la problemática producida por las emisiones de partículas, así como sus fuentes, nos centraremos en las partículas NEE, es decir, aquellas emitidas por vehículos pero que no provienen de los gases de escape. Estas partículas son originadas a través del desgaste producido por el rozamiento entre pastillas y discos de freno, y entre los neumáticos y la superficie de la carretera.

A diferencia de lo que sucede con las emisiones de partículas en los gases de escape, en la actualidad no existe ninguna norma que limite la emisión de partículas NEE, de hecho, la mayor parte de la sociedad ni siquiera es consciente de su existencia.

Pero, ¿la contribución de las partículas NEE es representativa si la comparamos con la de los gases de escape?

Por sorprendente que pueda parecer, la contribución de las partículas NEE no solo es representativa, sino que desde hace algunos años es claramente superior. Datos publicados por el Inventario de Emisiones Atmosféricas Nacionales del Reino Unido (NAEI) revelan que mientras que las partículas de escape se han reducido de manera notable en los últimos años, las partículas NEE han aumentado y se espera que sigan haciéndolo en el futuro. La fuente citada anteriormente afirma que, de las partículas primarias emitidas por el transporte por carretera, el 60% de la PM 2,5 y el 73% de la PM 10 fueron debidas a partículas NEE (medidas llevadas a cabo en el Reino Unido durante el año 2016). Dichos porcentajes continúan creciendo a medida que las emisiones de escape descienden, tal y como presenta el gráfico elaborado por el NAEI.

Fuente: https://uk-air.defra.gov.uk

¿Y qué pasa con los vehículos cero emisiones?

La contaminación por partículas es especialmente problemática en los entornos urbanos, por ello se considera que la electromovilidad puede ayudar decisivamente a combatir este problema. Sin embargo, debido al peso de las baterías, estos vehículos tienen una masa notablemente superior a la de un coche equivalente con motor de combustión interna, lo que implica mayores emisiones de partículas NEE debido al desgaste de los neumáticos y de la superficie de la carretera. Estas mayores emisiones son de algún modo compensadas por las menores emisiones producidas por el doble sistema de frenado regenerativo/mecánico de los vehículos eléctricos e híbridos. En la actualidad el balance neto entre la reducción de partículas de frenado y el incremento de partículas producidas por la carretera y los neumáticos de los vehículos eléctricos no está cuantificado, pero lo que es evidente, es que estos vehículos producen un nivel de emisiones de partículas NEE, al menos del mismo orden de magnitud al de los coches convencionales.

Por tanto, la etiqueta de «cero emisiones» es en cierto modo, sino en su totalidad, engañosa para el consumidor. Más aún si se tiene en cuenta que el 40% de la energía eléctrica generada en España en el año 2019,provino de centrales térmicas.

CARTIF investiga para reducir las emisiones de partículas NEE

CARTIF, consciente de la problemática de estas emisiones de partículas, ha participado en una propuesta de proyecto del programa europeo Horizon Europe enfocado a estudiar la magnitud, causas, efectos de las emisiones de partículas NEE, así como en desarrollar soluciones que eviten, o al menos reduzcan, la emisión de las mismas. Dicha propuesta se centra en flotas de vehículos de reparto y en vehículos de transporte público como los autobuses y los metros, llevándose a cabo parte de las pruebas de campo en la ciudad de Valladolid. Si dicho proyecto es finalmente financiado por la Comisión Europea, CARTIF dedicará su mejor empeño a la búsqueda de soluciones que permitan reducir las emisiones de partículas NEE, un problema cuyos efectos perjudiciales son bien conocidos, a pesar de ser ignorado por la mayor parte de la sociedad.

¿Estamos expuestos a escasez de agua y alimentos?

¿Estamos expuestos a escasez de agua y alimentos?

Los expertos y los grandes organismos internacionales hablan ya desde hace tiempo de que estamos en el inicio de una gran crisis alimentaria global. Una crisis que pondría en riesgo de hambruna a más de 265 millones de personas, lo que supone el doble de los cálculos previos a la pandemia por COVID-19 para 2020.

En realidad, la razón y origen de esta crisis no es que falten alimentos. De hecho, los datos estadísticos indican que 2020 ha sido un año de abundantes cosechas en general a nivel global. Pero la crisis alimentaria que llega es por todo lo contrario. Es porque sobran alimentos para un mercado agroalimentario con una demanda rota por el aumento del desempleo, por el proteccionismo de las economías avanzadas y por el colapso de las cadenas de suministro.

Esta crisis obligaría a los más desfavorecidos a elegir entre proteger su salud o proteger sus medios de vida. La pandemia producida por el virus COVID-19 ha causado una crisis económica que ha derivado en un gran daño a la disponibilidad de alimentos a nivel mundial. Por un lado, se ha roto la oferta, los agricultores, los distribuidores principalmente de productos perecederos (frutas y verduras) están disminuyendo su producción a medida que sus principales clientes (hoteles, restaurantes, escuelas, aeropuertos) han tenido que reducir, o incluso parar, sus operaciones. Esto está provocando producciones excedentes que arruinan a los productores ya que no encuentran a sus habituales compradores. Si ponemos como ejemplo los productos perecederos, lo que ha ocurrido es que el problema logístico ha sido mucho más fuerte. ¿Por qué? Porque no solo es la movilidad, sino que además está el problema de que es perecedero. Entonces si existe un retraso en sus transporte existe un problema. Por ejemplo, los espárragos. La mayor parte de los espárragos se exportan por avión y el coste del avión se comparte entre pasajeros y carga. Como no hay pasajeros el coste de carga es muy alto, entonces ya no es rentable económicamente. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con el pescado. También tenemos a los productores de leche, quienes se están viendo obligados a verter miles de litros de leche fresca en las últimas semanas, incapaces de colocar el producto. En India se han desperdiciado enormes cosechas de tomates y plátanos a consecuencia de las restricciones de movimiento impuestas por el gobierno y que han hecho imposible llevar el producto a los mercados locales en marzo de 2020.Por tanto, el dilema está en cómo podemos asegurar que en el 2022 se planten las mismas cantidades de producto, las mismas cosechas, que en el 2020 o 2021, de forma que exista una seguridad de disponibilidad de alimento para el o los próximos años. Es difícil predecir cuánto ante la situación que tenemos presente. Si no ayudamos en este momento a los productores, estos no van a tener liquidez para plantar sus próximas cosechas y entonces sí estaremos bajo un grave problema de escasez de alimentos.

Por otro lado, están los consumidores. Los hogares que atraviesan dificultades económicas y están en situación de desempleo se están quedando sin dinero. Incluso cuando los productos están disponibles en los mercados locales. Este fenómeno en los países en vías de desarrollo todavía es peor, porque, además de los ciudadanos, los que se están quedando sin dinero son los importadores. África ha recibido un shock económico muy fuerte porque muchos países son exportadores de petróleo, muchos países son exportadores de algodón, como Mali, donde todos los contratos se están cancelando, son exportadores de commodities de metales que también están cayendo, o de café como Etiopía que también cae u no tienen la capacidad de Europa para poder inyectar 3 trillones de euros en la economía para que se reactive.

Países como Argelia, Angola, Ecuador, Nigeria o Arabia Saudí dependen de los ingresos por exportaciones de petróleo para ayudar a pagar las importaciones y financiar los subsidios alimentarios para los más pobres, Sin embargo, con la contracción económica generada por la COVID la demanda mundial de petróleo se ha desplomado y los precios del barril en crudo han caído incluso llegando a estar por debajo de cero por primera vez en la historia.

A esto hay que añadir la incertidumbre ante las posibles subidas del precio de los alimentos básicos como el trigo y el arroz que, a pesar de estar a la baja, han experimentado un aumento y que los analistas achacan principalmente al acopio, la especulación y el proteccionismo de los principales países productores y de los importadores más ricos. Y es que entre marzo y abril de 2020, varios de los principales países exportadores de trigo como Rusia, Ucrania o Kazajistán impusieron cuotas y suspensiones a sus exportaciones de arroz, Turquía restringió sus exportaciones de limones, Tailandia de huevos de gallina y Serbia de semillas de girasol. Mientras tanto, otros países estuvieron acumulando alimento con importaciones aceleradas, como Egipto, el mayor importador de trigo en el mundo, que compró grandes cantidades de grano franceses y rusos para almacenar reservas de hasta 8 meses.

Un encadenamiento de suspensiones y sobreabastecimiento que retrotrajeron a muchos a la crisis del precio de los alimentos de 2008. Si lo comparamos con la crisis 2007-2008, entonces teníamos 33 países poniendo restricciones y representaban el 28% de las exportaciones mundiales. Hoy en día ¿qué tenemos? Empezamos con 16 países que pusieron restricciones a las exportaciones y hoy sólo hay 11. Cuando eran 16 estábamos hablando de alrededor 6,5% del share de las exportaciones mundiales, ahora con 11 estamos hablando del 2,5%, es decir, no es nada, el problema no está ahí. En disponibilidad no es. La situación dramática está en el acceso. En Nigeria, uno de los mayores importadores de arroz y trigo del mundo y a la vez uno de los principales exportadores de petróleo, cada vez hay más supermercados que están teniendo que cerrar debido a una oferta y demanda rota. Un inquietante escenario que ya ha comenzado a traducirse en protestas, no solo en Nigeria, sino también en Kenia, Bangladesh, Honduras, Sudáfrica, y que mucho temen se extienda por las economías desarrolladas donde la subida de los precios puede exacerbar la desigualdad entre ricos y pobres.

Y aunque con la relajación de las medidas de control de la pandemia también se han ido relajando algunas de las restricciones de los países exportadores, muchos países pobres tendrán que elegir entre proteger la salud o proteger los medios de vida.

Sin duda, la pandemia ha provocado una dramática pérdida de vidas humanas en todo el mundo y presenta un desafío sin precedentes con profundas consecuencias sociales y económicas, que incluyen comprometer la seguridad alimentaria y la nutrición. La sostenibilidad alimentaria es quizás uno de los puntos más sensibles e importantes de la agenda de desarrollo sostenible 2030 publicada por la ONU. Una problemática mundial a la que no hemos dado la importancia que merece.

Aun así, y con todo esto, los economistas defienden el crecimiento, y sí, muchos países necesitan crecer, la cuestión a lo mejor es cuáles. En América no necesitan más abogados, en Europa, sobran burócratas en Bruselas. Pero el planeta tiene un problema de suministros. En cinco años habrá escasez de agua y alimento, así lo enuncia el científico experto Vaclav Smil. Debemos crecer en la dirección correcta.

No hay crecimiento sin riesgo. Cada avance comporta un riesgo que debe sopesarse. Sin datos, no se pueden tomar decisiones. Pero incluso teniendo los mejores números se debe considerar lo impredecible, el aspecto no numérico. Es fácil reducir las emisiones de CO2 en Dinamarca. Pero Nigeria hoy vive como los daneses en 1850 ¿qué se les puede pedir que reduzcan?

Estamos en una economía global, pero no existe una solución global igual para todos. El coste de reducir emisiones no debe ser proporcional, si no a la carta. No es lo mismo crecer para sobrevivir que para expandir la economía. Un ejemplo es la India. Está a punto de sobrepasar a China como el país más poblado del mundo (la ONU lo espera para 2027), sin embargo, consume un tercio menos de energía. No se puede medir la economía al margen de la población. El dinamismo es fundamental para mantenerla viva. Todo el mundo sabe que EEUU es la economía más dinámica del mundo. La China puede ser mayor, pero hay 1412 millones de chinos y sólo 331 millones de estadounidenses.

¿Qué es entonces el progreso? ¿Tener la población infantil vacunada, nutrida, con una expectativa de vida que pase de los 40 a los 80 años y con una educación y sanidad garantizada por el estado? España está en la cima de esperanza de vida, junto con Japón, a pesar de que a día de hoy España come demasiada carne. ¿Cuánto es demasiada? Durante el 1940 se comían 8kg de carne al año per cápita, ahora en 2021 cerca de 200kg. El ser humano es omnívoro. La clave está en el «omni» que significa «todo». Implica variedad y no excederse de nada. Sin la síntesis de fertilizantes habría hambruna generalizada- sin nitrógeno las plantas crecerían menos y habría para todos. Los fertilizantes no sólo sirven para agrandar las fortunas, además alimentan a la población mundial. La sanidad pública universal no es imposible, es un reto. Se pueden planificar mejor las cosechas y mejorar los fertilizantes. Las vacas pueden comer alfalfa. Nosotros no. Pero no solo comemos vacas, tenemos que alimentarlas. Casi todo en este planeta es cuestión de equilibrio.

El país con mayor sobrepeso es Arabia Saudí, con el más del 70% de la población obesa. Un 12% de la población mundial está infraalimentada y un 75% sobrealimentada. ¿La epidemia de la obesidad tiene más relación con la pobreza o con los coches? La respuesta es multifactorial: la genética manda, la dieta ayuda y el ejercicio o la actividad compensa. ¿La frugalidad es educación? ¿Qué es poco? Hay gente que cree que tres coches son pocos y hay quien considera que uno es demasiado. La educación no lo es todo. La alta educación sólo tiene un resultado comprobable que es la mayor posibilidad de ganar más dinero. Pero ese dato no es infalible, sólo hay que ver la cantidad de licenciados que hay en España y, sin embargo, se han visto forzados a emigrar.

El mundo es una máquina bien compleja. Donde termina un riesgo, empieza otro. Sólo hay que pensar en la pandemia. El mundo es un lugar de riesgo donde deberíamos tomar decisiones, donde las grandes decisiones importan y tiene un efecto.

SOS Planeta tierra: retos y soluciones hacia la descarbonización del sector de la construcción

SOS Planeta tierra: retos y soluciones hacia la descarbonización del sector de la construcción

¿Qué significan las lágrimas de Alok Sharma durante la clausura de la COP26 de Glasgow?

Tan solo nos separa una semana desde la celebración de la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), y en mi mente ha quedado grabada la imagen abatida de Alok Sharma, presidente de la COP26, durante el cierre de la cumbre. ¿Por qué? Después de muchas idas y venidas, los representantes mundiales no han sido capaces de llegar a un acuerdo sobre las emisiones que la actividad del mundo debe generar para no destruir nuestro planeta y llegar a ser sostenibles.

De nuestra mano está la solución, y para ello debemos continuar trabajando hacia una transición energética neutra en carbono si realmente pretendemos alcanzar los objetivos del Pacto Climático en el año 2050. Muchos sectores se ven afectados por este proceso de descarbonización, en los que la definición de nuevas estrategias de producción y uso de tecnologías digitales habilitadoras se posicionan como elementos clave hacia una reducción de emisiones de carbono a la atmósfera, fomentando así el tránsito hacia un modelo más eficiente y menos contaminante.

El sector de la construcción no se encuentra ajeno a esta problemática. Los informes de la Unión Europea evidencian que el sector de la edificación es el responsable de aproximadamente el 40% del consumo energético y del 36% de las emisiones de CO2 en su fase de operación, esto es, durante la fase de uso de la vivienda ya construida. Por otro lado, casi el 70% de las viviendas existentes en Europa no son energéticamente eficientes al presentar deficientes o escasas medidas de conservación energética orientadas a ese fin. De este 70%, el 30% son viviendas con más de 50 años de antigüedad que requerirán de diversas intervenciones de rehabilitación y mejoras en su estructura o gestión para poder alcanzar valores de consumo energético acordes a lo dispuesto en la directiva Europea de Eficiencia Energética en la Edificación (EPBD-Energy Performance of Buildings Directive-2010/31/UE, y su rectificación 2018/844/EU).

En consecuencia, y con la finalidad de contribuir eficazmente al objetivo climático global, el parque edificatorio existente debe experimentar una profunda transformación y volverse más inteligente y más eficiente. Por otro lado, mientras que la aplicación de nuevos conocimientos y tecnologías son «relativamente» fáciles de integrar en los nuevos edificios y procesos constructivos, empujados por la creciente necesidad de la digitalización del sector hacia la Construcción 4.0, todavía es necesario mejorar en la investigación de soluciones que permitan reducir el consumo energético e incrementar la eficiencia de los edificios e infraestructuras ya existentes en la ciudad.

Bajo este contexto, la aplicación de tecnologías habilitadoras que permitan favorecer e incrementar el uso eficiente de la energía en la edificación es fundamental, entendiendo estas tecnologías como soluciones que permiten reducir la cantidad de energía que es requerida por un edificio para ser construido o rehabilitado, habitado, mantenido y demolido. Centrando el foco en la fase que ocupa el mayor número de años dentro del ciclo de vida del edificio, esto es, la fase de uso, ocupación y mantenimiento del mismo, conseguiremos un edificio eficiente energéticamente hablando, si somos capaces de proporcionar confort térmico, lumínico, de calidad de aire, etc. a sus habitantes con el menor uso energético posible, y en consecuencia con menores emisiones de gases de efecto invernadero y un mayor ahorro económico.

Estas tecnologías habilitadoras se pueden clasificar en cuatro categorías en función del elemento del edificio sobre el que queremos actuar para mejorar su eficiencia o rendimiento energético, incluido el usuario del propio edificio:

1. Medidas de conservación energética

Dentro de este grupo se engloban todas aquellas medidas que mejoran la estructura física del edificio, ya sea por:

  • La aplicación de medidas pasivas, como el aislamiento de la fachada o el cambio de ventanas
  • La aplicación de medidas activas, como la instalación de una nueva caldera más eficiente o que use un combustible menos contaminante
  • La instalación de soluciones renovables, como paneles solares fotovoltaicos
  • La instalación de instrumentación convencional (sensores, actuadores y controladores) e instrumentación inteligente (como termostatos o contadores inteligentes)

Aunque las primeras ya están ampliamente extendidas entre la comunidad de propietarios, en muchas ocasiones no son elegidas con un criterio avalado por los cálculos de ahorro energético y económico. Tampoco suelen aplicarse de forma combinada, permitiendo obtener una mayor flexibilidad en la generación y consumo energético (llegando incluso al autoconsumo), principalmente si ponemos en juego soluciones de generación energética basada en fuentes renovables. Desde CARTIF llevamos varios años investigando y dando solución a esta problemática, mediante la digitalización (basada en BIM), automatización y optimización del proceso de diseño de soluciones de rehabilitación en edificios y distritos. Estas temáticas se cubren en proyectos como OptEEmAl o BIM-SPEED.

2. Sistemas y dispositivos conectados

No es suficiente con disponer de dispositivos de instrumentación o redes de automatización en nuestros edificios (incluidos sistemas heredados o ya existentes en el hogar, como electrodomésticos u otros sistemas informáticos), sino que dichos dispositivos deben estar conectados a una red como Internet para que sean accesibles de forma remota y ofrezcan la posibilidad de intercambiar información y ser controlados. En este dominio opera la famosa Internet de las cosas o Internet of Things (IoT) en su nombre en inglés. Su finalidad es ofrecer la capacidad de acceder a todos los dispositivos de la vivienda para poder recopilar información sobre sus señales y estado, y al mismo tiempo poder almacenar dicha información en medios persistentes y seguros. La información es poder, y mediante las soluciones de conectividad y la monitorización IoT tendremos a nuestra disposición los datos sobre el estado actual de nuestro edificio y con ello la capacidad de tomar decisiones fundamentales. Esta es la base hacia la consecución del denominado «Edificio Inteligente». CARTIF, a través de sus proyectos BaaS, BRESAER, E2VENT o INSITER implementa diversas soluciones de monitorización de señales como base a la generación de sistemas de gestión y control de edificios o BEMS (Building Energy Management Systems).

3. Estrategias avanzadas para la gestión, operación, flexibilidad y mantenimiento del edificio

Una vez que la información sobre el comportamiento y estado de la vivienda está en nuestro poder, se pueden plantear y desarrollar estrategias de control del edificio capaces de reaccionar ante las necesidades del usuario (edificio reactivo) o incluso de anticiparse a las necesidades del mismo (edificio proactivo e inteligente). En este segundo caso, la aplicación de técnicas y algoritmos de Inteligencia Artificial, alimentados por los datos previamente monitorizados, son esenciales para poder aprender y capturar el conocimiento tanto del comportamiento del edificio como de sus ocupantes. De esta manera se dispondrá de servicios que cuenten con conocimiento experto para poder controlar y optimizar el comportamiento del edificio, prediciendo su posible demanda térmica y eléctrica y ofreciendo soluciones de flexibilidad y almacenamiento, o anticipándose a posibles fallos de sus sistemas energéticos, entre otras posibilidades. Esta pieza del puzle es fundamental para la consecución del «Edificio Autónomo e Inteligente«, al convertir al edificio en un ente capaz de tomar decisiones sin la intervención de sus habitantes, aunque aprendiendo del comportamiento de estos. Los sistemas de ayuda a la toma de decisión y de auto-gestión del edificio se basan en estas estrategias avanzadas e inteligentes, como se trata de cubrir en proyectos como MATRYCS, Auto-DAN o frESCO en los que CARTIF participa actualmente.

4. Entrenamiento y concienciación de los usuarios/habitantes del edificio

Por último, y no por ello menos importante, el usuario del edificio (ya sea habitante, gestor, propietario u operador) presenta un rol fundamental en la lucha hacia el incremento de la eficiencia energética. Los edificios se crean por y para los habitantes, y garantizar su confort tanto térmico como lumínico y medioambiental (ventilación, calidad del aire) es fundamental. Pero no vale cualquier procedimiento para alcanzar ese bienestar. Aquí es donde el usuario del edificio juega un papel esencial, no solo mostrando sus necesidades y preferencias, sino también aprendiendo buenas prácticas y mejorando su comportamiento a la hora de utilizar los sistemas energéticos, electrodomésticos y otros dispositivos de su vivienda. La información que ahora recogemos de los edificios, valorizada con las técnicas de Big Data e Inteligencia Artificial, y puesta a disposición del usuario, le permitirán conocer cómo se comporta su edificio, cuanto Co2 emite y qué coste supone alcanzar el bienestar. Puesto en pleno contexto, el usuario podrá mejorar la forma de operar y vivir en su vivienda, fomentando el uso eficiente de los sistemas energéticos que están bajo su control. Proyectos de CARTIF como SocialRES y LocalRES tratan de involucrar a los ciudadanos hacia esa transición energética.

La combinación de todas estas tecnologías, capaces de transformar nuestros edificios en entes más inteligentes y proactivos, y a nuestros usuarios en interventores formados e informados, permitirán que nuestro parque edificatorio sea más eficiente y sostenible.

Todo lo anteriormente presentado está enfocado a conseguir que nuestros edificios, principalmente los ya existentes, puedan comportarse de una manera más eficiente, y que con ello puedan contribuir a reducir el uso de la energía.

Pero, ¿qué ocurriría si a pesar de nuestros esfuerzos no somos capaces de reducir nuestras emisiones de Co2 y otros gases de efecto invernadero?

La realidad a día de hoy es que la temperatura global del planeta sigue incrementándose y el esperado pacto climático aún parece lejos de verse conseguido. Como consecuencia, no solo tendremos que centrar nuestros esfuerzos de investigación, como ya venimos realizando en CARTIF, en que nuestros edificios consuman menos energía, y que con ello se emita menos CO2 y otros gases contaminantes para su producción, sino en nuevos diseños arquitectónicos capaces de hacer frente a situaciones climáticas más extremas, esto es, veranos más calurosos, inviernos más fríos, precipitaciones más abundantes…Las casas del futuro deberán por tanto estar bien aisladas, ser autosuficientes en generación-consumo de energía, ser capaces de gestionar y drenar una mayor cantidad de agua, e incorporar soluciones verdes. No podemos ser ajenos a este reto que nos presenta un futuro no muy lejano.