Hoy 16 de octubre, celebramos una vez más una fecha muy importante para todos y cada uno de los seres vivos del planeta; el Día Mundial de la Alimentación. En esta ocasión, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) rinde homenaje a un preciado recurso esencial para la vida; el AGUA.
El agua es vida, como reza el lema de la celebración de este año.
Es una fuerza motriz para personas, economía y naturaleza y es el alma de los alimentos. El aseguramiento de la alimentación y la correcta nutrición son términos que están intrínsecamente unidos a los ecosistemas, donde sin agua no hay vida, ni se cumplen las funciones fundamentales, ni la productividad, aspectos cruciales para los sistemas alimentarios.
El agua y los sistemas alimentarios están ligados de una manera profunda a través de las actividades relacionadas con la producción, el procesado, la distribución, preparación y consumo de los alimentos dentro de un amplio y complejo contexto socio-económico, político y medioambiental.
Los alimentos que comemos y su forma de producción afectan al agua. De hecho, si pensamos en los alimentos que comemos, el 95% de ellos se producen con la combinación de agua y tierra. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el agua apta para beber, para la agricultura y la mayoría de los usos industriales, denominada agua dulce, comprende solamente el 2,5 % del total. Sorprendentemente, solo el sector agrícola consume más del 70 % del suministro de agua dulce disponible en el mundo. Y aquí viene una noticia preocupante: debido al crecimiento poblacional, la urbanización y el desarrollo económico, se espera que, para 2050, la demanda mundial de agua para esta actividad aumente un 35 %. Esta problemática ya es una realidad; de acuerdo con la FAO, 3.2 billones de personas viven en áreas agrícolas con alto o muy alta escasez de agua.
#nodejaranadieatrás; El agua es vida. El agua nutre. Sin embargo, 2.400 millones de personas viven en países en los que se sufre estrés hídrico y, aproximadamente, el 10 % de la población mundial vive en países con estrés alto y crítico.
En el caso de los alimentos procedentes de la pesca y acuicultura, cuya importancia para la dieta es elevada por su composición en nutrientes esenciales, como ácidos grasos omega 3, vitaminas y minerales, la dependencia por el agua es aún mayor. De acuerdo con los datos de la FAO; al menos 600 millones de personas dependen de los sistemas alimentarios acuáticos.
Además de las necesidades en cuanto a cantidad de agua, la calidad del agua también se está viendo afectada por el cambio climático y las enfermedades relacionadas con ello y con los alimentos en las regiones donde se producen eventos extremos de calor.
Relaciones entre el agua y el aseguramiento de la alimentación y nutrición HLPE (2015)
Estos eventos climáticos extremos pueden afectar a la calidad del agua de varias maneras. Por un lado, el aumento de las temperaturas puede provocar la proliferación de enfermedades relacionadas con el agua y los alimentos, ya que las condiciones cálidas favorecen la reproducción de microorganismos peligrosos. Además, los fenómenos climáticos extremos, como las sequías y las inundaciones, pueden contaminar las fuentes de agua potable y agrícola.
De acuerdo con los datos del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado el pasado mes de julio, el cambio climático tiene un impacto directo en la disminución del aseguramiento de la alimentación y afecta a la disponibilidad de agua, dificultando los esfuerzos para lograr cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible . Además, el calentamiento de los océanos y su acidificación está teniendo efectos adversos sobre la producción de alimentos de origen marino. En este mismo informe se indica de nuevo la necesidad de frenar el calentamiento global. La limitación de crecimiento del calentamiento a 1,5 ºC reduciría el estrés hídrico y beneficiaria a este recurso.
Por tanto, el cambio climático, la escasez de agua, la necesidad de producir alimentos para una creciente población, la degradación de los recursos y ecosistemas asociados al agua presentan desafíos significativos. Además, surgen otras dificultades como la creciente competencia por el uso del agua en los diferentes sectores y la falta de mecanismos efectivos para gestionar y proteger los intereses de quienes son más vulnerables. Es cada vez más urgente encontrar una forma sostenible de gestionar el agua, lo que se denomina “aseguramiento del agua”. Esto no sólo mejoraría la eficiencia en la producción de alimentos y rebajaría la tensión en el conflicto entre la creciente demanda de alimentos y los limitados recursos del agua, sino que también garantizaría el acceso a alimentos para todas las personas. En este sentido, el agua desempeña un papel fundamental en el proceso de mejora de nuestros sistemas alimentarios.
Es necesario reducir los factores de estrés hídrico sobre los sistemas alimentarios, ya que esto tiene un fuerte impacto negativo en su funcionamiento.
Es importante el manejo y la gestión del agua no solo en agricultura, sino también a la hora de abordar el desperdicio de agua y alimentos en todas las fases de la cadena. La falta de datos relevantes entre los diferentes procesos del nexo pone en evidencia una falta de coordinación entre los actores relacionados y es un desafío que debemos abordar de manera integral.
El futuro de la alimentación está en juego, pero no cabe duda de que este necesario cambio de paradigma está íntimamente asociado al futuro de las personas y del planeta, y que es un camino de todos hacia un futuro sostenible como ya contaba nuestra compañera Julia Pinedo en su post Hacia una revolución alimentaria.
El Día Mundial de la Alimentación es un día de celebración y, alrededor de él se organizan multitud de eventos y actividades. Pero, ante todo, es una oportunidad para reactivar nuestra conciencia sobre el hambre y las necesidades planetarias de TODOS los actores que estamos implicados en garantizar un futuro sostenible de la alimentación de las personas y el planeta.
La agricultura actual no es sostenible y compromete el futuro si no incorporamos ejes innovadores y soluciones responsables para asegurar un suministro de alimentos adecuado y sostenible para las generaciones venideras. Nuestro desafío es producir más alimentos y productos agrícolas esenciales con menos agua. Esto implica crear y participar de soluciones integradas para un uso más eficiente y una mejor conservación de los recursos hídricos existentes. Los desafíos relacionados con el agua son acuciantes en todos los sectores, y alcanzar el equilibrio en la distribución de este recurso requiere de la colaboración de gobiernos, agricultores, investigadores y la sociedad civil. Para satisfacer las necesidades hídricas asociadas a la producción de alimentos, científicos y agricultores aúnan esfuerzos para desarrollar prácticas sostenibles en relación a su uso, como es la construcción de instalaciones para desalinizar, la creación de reservorios, la aplicación de tecnologías que facilitan el ahorro del agua reduciendo la demanda de agua per cápita y mejorando la eficiencia en agricultura.
Los investigadores buscamos nuevas soluciones sostenibles, sociales y económicas para abordar los desafíos del agua y satisfacer nuestras crecientes necesidades. Esto implica considerar las complejas interacciones entre recursos y variables en relación con el agua, la energía, los alimentos y los ecosistemas
Es esencial que nuestras acciones estén ligadas en todo el ciclo del agua y los sistemas alimentarios para mejorar tanto el propio ciclo como la seguridad alimentaria en el contexto de ecosistemas saludables y equilibrados.
La elección de los alimentos que comemos contribuye a su forma de uso. Acciones como el consumo de alimentos locales, de temporada y frescos o la minimización del desperdicio alimentario contribuye a reducir el impacto en el estrés hídrico.
Por ello, en CARTIF trabajamos desde una amplia perspectiva de actuación en los retos asociados con este valioso recurso. Un ejemplo de ello es nuestra actividad en el proyecto FUSILLIen la transformación de los sistemas alimentarios de una forma holística con el objetivo de mejorar la sostenibilidad medioambiental de los mismos a través de acciones relacionadas con el manejo del agua, la reducción del desperdicio alimentario, la desigualdad social en su uso y la evaluación de los usos asociados.
El gemelo digital se ha convertido en una de las principales tendencias o «modas» en relación con la digitalización. Prácticamente es un sinónimo de producto, algo que puedes adquirir como un bien más para una empresa. En CARTIF, creemos que el concepto de gemelo digital es un sinónimo del paradigma de la industria 4.0, un enfoque «revolucionario» que ha transformado la forma en que concebimos y gestionamos los procesos industriales.
El término «gemelo digital» fue acuñado porJohn Vickers de la NASA en 2010, pero su predecesor, el ciclo de vida de un producto, fue introducido por Michael Grieves en 2002. Esta filosofía se centraba en gestionar un producto a lo largo de su vida, desde su creación hasta su eliminación. En esencia, el producto físico genera datos que alimentan un espacio virtual, proporcionando información esencial para la toma de decisiones y la optimización del objeto físico.
Una definición de gemelo digital podría ser: «representación digital precisa y completa de objetos físicos, procesos o sistemas con datos en tiempo real y características físicas, comportamientos y relaciones«.
Una pregunta clave es ¿por qué necesitamos gemelos digitales? o ¿cuál es su utilidad? Estas representaciones digitales precisas y en tiempo real ofrecen una serie de ventajas:
Recopilación y análisis de datos para obtener información valiosa y generar conocimiento, lo que impulsa la eficiencia y la toma de decisiones informadas.
Simulación precisa y dinámica del comportamiento de objetos físicos, lo que posibilita pruebas y experimentos virtuales antes de implementar cambios, como inversiones costosas, en el mundo real.
Reducción de costos y riesgos minimizando estos últimos y acelerando la innovación den una amplia gama de sectores, desde la manufactura hasta la atención médica.
Actualización en tiempo real de forma constante a medida que se recopilan nuevos datos del objeto físico, lo que garantiza su validez a lo largo de su ciclo de vida.
Al igual que las revoluciones industriales anteriores, la industria 4.0 ha transformado la forma en que trabajamos. Esta cuarta revolución se centra en la interconexión de sistemas y procesos para lograr una mayor eficiencia en toda la cadena de valor. La fábrica ya no es una entidad aislada, sino un nodo en una red global de producción.
Para crear un gemelo digital efectivo, seguimos una receta sistemática de nueve pasos en CARTIF:
Definición del objetivo: identificamos el objeto físico, proceso o sistema que deseamos replicar y comprendemos claramente su propósito y objetivos.
Recopilación de datos: recolectamos todos los datos relevantes del objeto físico utilizando sensores IoT, registros históricos u otras fuentes de información.
Integración de datos: organizamos y combinamos los datos recopilados en un formato adecuado para su procesamiento y análisis.
Modelado y construcción: utilizamos diferentes tecnologías de simulación y modelado para crear una representación digital precisa del objeto físico.
Validación y calibración: verificamos y ajustamos el modelo del gemelo digital utilizando datos de referencia y pruebas comparativas con el objeto físico real.
Integración en tiempo real: establecemos una conexión en tiempo real entre el gemelo digital y los sensores IoT del objeto físico para recopilar datos en tiempo real.
Análisis y simulación: utilizamos el gemelo digital para realizar análisis, simulaciones y pruebas virtuales del objeto físico.
Visualización y acceso compartido: proporcionamos interfaces virtuales y herramientas de acceso compartido para que los usuarios interactúen con el gemelo digital.
Mantenimiento y actualización: mantenemos el gemelo digital actualizado mediante una recopilación de datos en tiempo real, la calibración periódica y la incorporación de mejoras y actualizaciones.
Así como las revoluciones industriales anteriores requerían tecnologías habilitadoras, la industria 4.0 necesita sus propios habilitadores digitales. Como hemos dicho al principio consideramos al gemelo digital una forma digitalizada del paradigma industria 4.0 porque los habilitadores digitales son fundamentales para la creación de gemelos digitales de forma eficaz. En CARTIF, hemos acumulado casi 30 años de experiencia aplicando estas tecnologías en diversos sectores, desde la industria hasta la salud.
Las tecnologías habilitadores digitales se dividen en cuatro categorías principales:
Tecnologías de creación: estas tecnologías permiten la creación de gemelos digitales mediante ecuaciones físicas, datos, modelado 3D o eventos discretos.
Optimización: la optimización se logra a través de métodos como la programación lineal/no lineal, simulaciones, algoritmos de IA y enfoques heurísticos.
Presentación: la información generada puede presentarse a través de soluciones comerciales, herramientas de código abierto como Grafana o Apache Superset o incluso visualizaciones de realidad aumentada.
A pesar de los avances, el desafío de mantener los gemelos digitales actualizados sigue siendo un área de desarrollo. La actualización automática para reflejar la realidad es un objetivo que requiere una inversión significativa en investigación y desarrollo.
En resumen, los gemelos digitales son el corazón de la industria 4.0, impulsando la eficiencia y la toma de decisiones informadas. En CARTIF, estamos comprometidos a seguir liderando el camino en este emocionante campo, ayudando a diversas industrias a abrazar el futuro digital.
Cuando pensamos en la agricultura, a menudo nos enfocamos en el desarrollo de la planta, pero pocas veces consideramos la importancia de una correcta gestión del suelo en el que se siembran los cultivos. El suelo es un recurso vital que sustenta nuestra vida y permite que se obtengan los alimentos indispensables para la humanidad, y su salud es esencial para la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria.
A simple vista, el suelo puede parecer inerte, pero en realidad, está repleta de vida microscópica. Los suelos saludables albergan una amplia variedad de microorganismos, que incluyen bacterias, hongos, protozoos, nematodos, etc. Estos organismos, que a menudo pasan desapercibidos, desempeñan un papel esencial en el funcionamiento de los ecosistemas terrestres.
Entre los microorganismos que habitan en el suelo, muchos son beneficiosos para la salud de las plantas y la calidad del suelo en general. Estos microorganismos realizan una serie de funciones vitales:
1. Descomposición de la materia orgánica: los microorganismos descomponen la materia orgánica en el suelo, como hojas caídas y restos de plantas. Esta acción permite liberar nutrientes esenciales que las plantas pueden absorber para favorecer su crecimiento.
2. Fijación de Nitrógeno: el nitrógeno es uno de los nutrientes más importantes para el crecimiento vegetal. Algunas bacterias tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en una forma que las plantas pueden metabolizar.
3. Protección contra plagas y enfermedades: algunos microorganismos actúan como agentes de control biológico, ayudando a prevenir enfermedades en las plantas al competir con patógenos o producir compuestos antimicrobianos.
4. Mejora de la estructura del suelo: otros microorganismos, como las bacterias y los hongos, generan agregados del suelo que mejoran la estructura, la porosidad y la capacidad de retención de agua del suelo.
5. Ciclo de nutrientes: participan en la descomposición y liberación de nutrientes esenciales, como fósforo, potasio y diversos micronutrientes (zinc, hierro, cobre, calcio), que son fundamentales para el crecimiento de las plantas.
Desafortunadamente, la agricultura moderna ha llevado a cabo prácticas que a menudo dañan la diversidad y la población de microorganismos beneficiosos en el suelo. El uso excesivo de fertilizantes y fitosanitarios de origen químico, la labranza intensiva y la falta de rotación en la siembra de los cultivos son prácticas que pueden perjudicar o desequilibrar el ecosistema microbiano presente en el suelo.
Por ejemplo, los fertilizantes químicos pueden proporcionar nutrientes a las plantas, pero también pueden generar acidificación del suelo y afecta negativamente a los microorganismos beneficiosos. Del mismo modo, los fitosanitarios químicos destinados a eliminar plagas pueden afectar negativamente a otros microorganismos presentes en el suelo, lo que puede desencadenar un ciclo de dependencia de químicos agrícolas.
Afortunadamente, existen prácticas agrícolas que pueden fomentar la salud del suelo y la abundancia de microorganismos con papel positivo en el desarrollo de la planta:
Agricultura ecológica
La agricultura orgánica evita el uso excesivo de pesticidas y fertilizantes químicos, lo que preserva la ecología microbiana del suelo.
Rotación de cultivos
Cambiar los cultivos temporada tras temporada fomenta la diversidad microbiana y evita la acumulación de patógenos específicos.
Uso de cubiertas vegetales
Mantener la cubierta vegetal en el suelo durante todo el año ayuda a mantener la actividad microbiana y a prevenir la erosión.
Compostaje
Agregar compost orgánico al suelo enriquece la población microbiana y aporta nutrientes de manera equilibrada.
Reducción de labranza
Minimizar la labranza del suelo reduce la interrupción de los microorganismos en su ambiente natural.
Utilización de abonos verdes
Plantar cultivos de abono verde como leguminosas puede aumentar la fijación de nitrógeno y enriquecer el suelo en nutrientes.
La salud del suelo es fundamental para la sostenibilidad agrícola y la alimentación global. Los microorganismos beneficiosos, que trabajan en simbiosis con las plantas, desempeñan un papel esencial en la preservación de esa salud. Como sociedad, debemos reconocer la importancia de estos diminutos seres y adoptar prácticas que promuevan su prosperidad en nuestros suelos.
En CARTIF contamos con la experiencia que nos ha otorgado la ejecución de diversos proyectos relacionados con una correcta gestión de la microbiología aplicada a la agricultura y especialmente en los suelos, bien sea en forma de biofertilizantes (proyecto SUSTRATEC) o bien en forma de biopesticida (proyecto SUPERA).
Mantener la salud del suelo no solo es esencial para garantizar cosechas abundantes nutritivas, sino también para preservar la biodiversidad y mitigar el cambio climático. Al proteger y fomentar la vida en el suelo, estamos invirtiendo en un futuro más saludable y sostenible para nuestro planeta y las generaciones futuras. Cuidemos la tierra que nos cuida.
Cuando pensamos en descarbonizar, el tipo de actividad que se nos viene a la mente en primer lugar es la implantación de grandes parques eólicos o huertos solares que generan grandes cantidades de energía limpia. O la tan necesaria rehabilitación de edificios, que permitiría reducir de forma drástica la demanda energética global debido a nuestro, en términos energéticos, deficiente parque edificatorio. Sin embargo, en los entornos urbanos, otro de los principales sectores generador de emisiones y en el que también se puede actuar, es el de la movilidad. Aunque dependiendo de la fuente y de la manera de contabilizar las emisiones el valor puede diferir, se considera que entre un 25% y un 35% de las emisiones de CO2en una ciudad se deben a aspectos relacionados con la movilidad.
La ciudad en la que vivimos la mayoría de los que trabajamos en el centro tecnológico CARTIF, Valladolid, es una de las que participa en la Misión Europea de ciudades climáticamente neutras e inteligentes (Misión de Ciudades) promovida por la Comisión Europea. Valladolid es una de las 112 urbes de toda Europa y varios estados asociados que fueron seleccionadas por la Comisión Europea. En España le acompañan Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Vitoria. De acuerdo con los objetivos de la misión de ciudades, estas 112 ciudades se han comprometido de forma voluntaria a ser climáticamente neutras en 2030. Esto es, 20 años antes que el objetivo de neutralidad climática planteado de forma global para todo el continente europeo en 2050. Esto requiere fomentar la implementación de soluciones sostenibles y tecnologías avanzadas, también en áreas como la movilidad sostenible.
Sin embargo, las ciudades no puede transitar ellas solas este camino de la descarbonización. Y es por ello que buscan la complicidad no sólo del ciudadano para que actúe de forma individual, sino también de las empresas para que implementen acciones que tendrán un impacto mayor. En este punto es necesario recordar que la neutralidad climática se alcanza combinando dos tipos de acciones: las que reducen directamente las emisiones y las que capturan esas emisiones y o bien regeneran el oxígeno que necesitamos para vivir o utilizan el CO2 como materia prima en procesos productivos. Ambos tipos de acciones son necesarios. Su combinación de forma óptima será la que permita alcanzar la neutralidad.
En este blog, desde CARTIF proponemos una acción concreta que contribuye significativamente a alcanzar esos ambiciosos objetivos de descarbonización. Esta acción es la realización y despliegue de planes de movilidad sostenible para empresas (PMS). Estos planes, complementarios a los propios planes de movilidad sostenible de la ciudad, buscan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los medios de transporte de una empresa, que son una de las principales fuentes de contaminación en las ciudades, especialmente en los ámbitos de emisiones 1 y 2. Estos ámbitos de emisiones consisten en las emisiones directas e indirectas de las empresas producidas, en este caso, por el transporte de empleados, materiales y productos y por el tipo de combustible utilizado en cada caso.
Las empresas, mediante el despliegue de planes de movilidad sostenible que promuevan un cambio en la forma en la que sus trabajadores se desplazan, por ejemplo, pueden contribuir a reducir este volumen de emisiones global de las ciudades. Para que estos planes tengan una aceptación y por tanto se pueda realizar un despliegue completo, deberán ser no sólo consensuados, sino co-desarrollados entre la dirección, los trabajadores y el resto de agentes necesarios. Es, por tanto, muy recomendable elaborarlos mediante estrategias de co-creación, que permitan una participación efectiva de todos estos grupos, de manera que se hagan partícipes directos del cambio. El apoyo (seguramente indirecto) para la implantación de modos de transporte más sostenibles y menos contaminantes, como el transporte colectivo (idealmente sin emisiones), la bicicleta, el transporte a pie y los vehículos eléctricos son medidas claras, pero otras estrategias indirectas como el fomento del teletrabajo, la mejora de turnos, rutas más efectivas, fomento de la movilidad compartida, la implantación de zonas de comedor o la instalación de puntos de recarga eléctrica son otra serie de medidas que se pueden proponer. No hay viaje que genere menos emisiones que el viaje innecesario que se evite realizar.
Además, los propios municipios deben participar, comprometiendo la mejora de las infraestructuras necesarias para llevarlas a cabo, como carriles bici conectados y seguros, mejora del transporte urbano, etc. Es clave, además, mencionar los beneficios indirectos que este tipo de actividades permiten generar. En general, los planes de movilidad sostenible buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la movilidad, pero este beneficio, a su vez, reducirá la dependencia energética de combustibles fósiles, mejorará el sistema energético global y su estabilidad, lo que contribuirá a la mitigación de los efectos derivados del cambio climático y, lo que es más importante, a la mejora de la calidad del aire en las ciudades y a la salud de las personas que vivimos en ellas.
Probablemente hayáis oído o leído en las noticias que en muchos pueblos de la llamada «España Vaciada» se ofrece vivienda y trabajo para aquellos que buscan nuevas oportunidades lejos de las grandes urbes. Quizás pueda parecer una medida desesperada de estos territorios para hacer frente a la continua pérdida de población que vienen sufriendo durante las últimas décadas pero, en realidad, es una medida más para hacer frente al desafío territorial en el que nos encontramos inmersos por la existencia de dos procesos contrapuestos; uno de concentración de población y actividades en la áreas urbanas y otro de declive o estancamiento de las áreas rurales.
Por todo ello, ya no hay duda que el reto demográfico debe y está adquiriendo notoriedad sin precedentes en la agenda política, económica y social de nuestro país, pues la reflexión del modelo territorial actual exige una visión integradora desde el Estado. Más si cabe, si se afronta de manera conjunta con la transición ecológica y los objetivos establecidos en la Agenda 2030, el Acuerdo de París sobre cambio climática o la Nueva Agenda Urbana, todo ello gestionado desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
¿Pero qué es eso de reto demográfico?
El reto demográfico es una idea «compleja» y multifactorial que engloba la dinámica poblacional es decir, los cambios en la estructura de la población (tasa de natalidad, edad media, tasa de masculinidad, etc.), así como el patrón de asentamiento (como se distribuye la población en el territorio), en él se incluye tanto la despoblación como la superpoblación.
Pese a que en el caso de España se ha puesto el foco (al menos el mediático) en el medio rural más afectado por la despoblación, el reto demográfico también abarca el medio urbano, donde la problemática es la opuesta, es decir,una gran concentración de población en poco territorio. Ambos procesos, despoblación y superpoblación, tienen efectos en la vertebración del territorio, el consumo de materias primas, tasa de empleo o el desarrollo económico, y la accesibilidad a los recursos.
Pero, parémonos un poco a entender el por qué del reto en nuestro país. En España el 83% de la población se concentra entre Madrid, la costa, y en los valles de grandes ríos como el Ebro o el Guadalquivir, como consecuencia de un histórico mayor desarrollo económico concentrando así, numerosas empresas de distintos sectores (industrial, tecnológico, etc.).
Como consecuencia, el restante 17% se concentra en el resto del territorio donde, por destacar algunas cifras, están afectados por un crecimiento vegetativo negativo 6300 de los 8000 municipios que tiene España, es decir, el 80% están perdiendo población. Aunque es cierto que este proceso de pérdida de población no es nuevo, sí que ha sido agravado con el paso del tiempo.
Fuente: elordenmundial.com
Es sencillo identificar pues, que estos territorios destacan por valores muy reducidos de densidad de población, y es que casi la mitad de los municipios de España tienen una densidad inferior a los 12,5 hab/km2, umbral que la Unión Europea califica como “riesgo demográfico”, y la mayoría de estos presentan menos de 8 hab/km2, es decir, se encuentran en extrema despoblación. Entre las provincias más afectadas se encuentran Soria, Cuenca y Teruel.
Una vez contextualizado el reto demográfico y territorial al que nos enfrentamos en España, es necesario ir más allá e identificar las causas y consecuencias del mismo para poder hacerle frente de una manera más eficiente. Por suerte o por desgracia, éste es un claro ejemplo de lo que comúnmente se denomina “la pescadilla que se muerde la cola”, es decir, que un factor que motiva el desplazamiento poblacional entre territorios, produce unos efectos o consecuencias que con el tiempo pasan a ser la causa del mismo.
La migración de la población que reside en estas áreas se atribuye a varios factores. El primero es el sector económico predominante, pues con el avance tecnológico en áreas mayoritariamente agrícolas se han visto afectadas por un mayor nivel de automatización, con la consecuente reducción de mano de obra y por tanto, de oferta laboral. En un segundo lugar, e íntimamente relacionado con el primero ,está la falta de diversidad de empleos, y por último, pero no por ello menos importante, la falta de servicios (vivienda, educación, ocio, transporte, etc.)que satisfagan las necesidades de una sociedad del S.XXI.
Todo lo anterior se ve agravado por la disminución de la tasa de natalidad que, aunque es una problemática a nivel nacional, está más agravada en las regiones con menor población.
Consecuencia directa de la disminución de la población es la reducción en la demanda de servicios públicos como educación, atención sanitaria, transporte y seguridad social. Lo que en muchos casos conlleva recortes en el presupuesto destinado a su gestión, ya que se vuelven menos sostenibles económicamente. Como resultado, la oferta de servicios esenciales puede verse comprometida, lo que afecta especialmente a los grupos más vulnerables de la sociedad.
Por suerte no estamos solos y es que el reto demográfico no es solo un problema en España, es por ello que la Unión Europea, consciente de esta problemática, ha llevado a cabo una zonificación de las regiones europeas para poder aplicar políticas y medidas más específicas y efectivas en cada zona, teniendo en cuenta el nivel de desarrollo económico, la densidad de población, la disponibilidad de recursos naturales y la situación geográfica entre otros aspectos.
También a nivel europeo encontramos la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (Red SSPA). Agencia centrada en el sector económico, que tiene como objetivo impulsar con los agentes del territorio, las políticas y medidas específicas que contribuyan a hacer frente a los principales desafíos estructurales que afectan a las regiones rurales menos pobladas de Europa. Forman parte de esta red las provincias de Soria, Teruel y Cuenca, territorios que según criterios de la Unión Europea se encuentran en riesgo alto de despoblación, por lo que es importante intentar frenar y revertir su situación de manera urgente.
En cuanto a las políticas desarrolladas en España en relación al reto demográfico, han sido numerosas y todas ellas enfocadas a paliar los efectos de la despoblación, con el fin de afrontar el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que busca reducir las diferencias de desarrollo entre las diferentes regiones.
A grandes rasgos, las medidas o estrategias que incluyen estas políticas son la creación de empleo, la mejora de infraestructuras y servicios, y el apoyo a emprendedores y pequeñas empresas. Además, de un mejor acceso a la vivienda y a los servicios esenciales, como son la educación y la sanidad.
Pese a que la despoblación es un problema grave hay varias regiones que con esfuerzo están consiguiendo frenarla, e incluso ganar población, como son las Highlands escocesas o Artieda (Zaragoza).
Gracias a la creación, hace más de 60 años, de una agencia de desarrollo económico y comunitario con autonomía de acción y despolitizada, han conseguido revertir la tendencia en las Highlands de Escocia, pues se prevé que para 2035 la población aumente en un 10% respecto a 2010. Esto se debe a que dotan de infraestructuras y vivienda, así como intentar mejorar la disponibilidad de servicios básicos, comercio, cultura, ocio y conectividad.
Otro caso de éxito, pero a nivel nacional lo encontramos en Artieda, pues partía de 67 habitantes en 2017, y gracias al fomento de políticas de vivienda, empleo, mejora del ocio y el acceso a internet ha conseguido que la población aumente hasta los 82 habitantes en 2022, siendo 15 jóvenes los que se han establecido en el municipio. Para que las iniciativas y proyectos que se están llevando a cabo en esta región hayan tenido efecto, la participación ciudadana y las ideas aportadas por la población han sido clave.
En CARTIF somos conocedores del reto, no solo por nuestra localización en una región que sufre la despoblación, sino también como parte activa en su afrontamiento. En particular en el proyecto SPANDAM, en el que trabajamos en el desarrollo de herramientas y modelos de evaluación integrada que permiten cuantificar el impacto de políticas que buscan la fijación de población mediante acciones en busca del desarrollo local y el fomento de su atractivo.
¡La revolución alimentaria ha comenzado y lo ha hecho en Roma! Del 24 al 26 de julio de 2023, la sede la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (Food and Agriculture Organization of the United Nations – FAO) se llenó de esperanza y acción en el evento UN Food System Summit + Stocktaking Moment.
Más de 2.000 participantes de 161 países, incluyendo 22 jefes de Estado y de Gobierno, se unieron a este épico encuentro, junto con más de 100 delegados ministeriales y más de 150 organizaciones de actores no estatales. El objetivo: transformar los sistemas alimentarios para un futuro sostenible.CARTIF, en su compromiso por la transformación del sistema alimentario y en su rol de coordinador del proyecto FUSILLI, estuvo presente en el UN Food System Summit para ir de la mano de las últimas recomendaciones y seguir diseñando proyectos y soluciones innovadoras que ayuden a las empresas, a las ciudades y a la sociedad en general en esta transición hacia un sistema alimentario sostenible.
Aunque se han logrado avances desde el Summit de 2021, aún enfrentamos desafíos apremiantes. ¡Más de 780 millones de personas sufren hambre y un tercio de los alimentos se desperdician! Pero aquí, en el UNFSS+2, nos negamos a rendirnos.
La primera sesión, «Aprovechamiento de la Urbanización para la Transformación de los Sistemas Alimentarios», brilló con ideas innovadoras. La urbanización es una poderosa fuerza impulsora de cambios en el sistema agroalimentario, y las ciudades juegan un papel crucial en la configuración del futuro de la comida.
¿Cómo logramos una revolución alimentaria? Capacitando a las ciudades para liderar el cambio. La inversión en tecnología y soluciones innovadoras es clave para garantizar la sostenibilidad. ¡Es hora de preferir opciones alimentarias más saludables y respetuosas con el medio ambiente! El futuro es ahora. Perú y Marruecos son ejemplos brillantes de mecanismos de gobernanza exitosos. En Perú, los mecanismos de gobernanza a nivel local y municipal han tenido éxito en la promoción de la seguridad alimentaria y la nutrición. Más de 20 acciones directamente relacionadas con las ciudades se han centrado en mejorar la seguridad alimentaria y el bienestar de salud alimentaria. Y Marruecos, un brillante ejemplo de aprovechamiento de la urbanización para la transformación de los sistemas alimentarios, se ha centrado en ser más ecológico, localizando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), siguiendo las iniciativas de los países mediterráneos y adoptando acciones de múltiples partes interesadas. Estos esfuerzos están impulsando un cambio positivo en los sistemas alimentarios y fomentando la sostenibilidad.
Este evento es más que una cumbre, es una llamada a la acción. ¡Es hora de dar un paso adelante hacia sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles! La revolución alimentaria está en marcha, y todos podemos ser parte de ella.
El segundo día, 25 de julio, nos sumergimos en la transformación azul de los sistemas alimentarios. Representantes de diversas partes del mundo se reunieron para abordar los desafíos y oportunidades que rodean a los sistemas alimentarios acuáticos.
Fuente: @FAOenEspanol. Twitter
La creación de una Red de Acción Global para Alimentos Acuáticos Sostenibles fue el corazón de la sesión. ¿El objetivo? Monitorear y asegurar prácticas pesqueras responsables, desarrollar infraestructura, mejorar el acceso al mercado y preservar nuestras fuentes marinas. ¡Los alimentos acuáticos son un tesoro de nutrientes esenciales para la salud humana y la prosperidad!
Noruega y su compromiso con la sostenibilidad de los alimentos acuáticos me dejaron asombrada. Con iniciativas para supervisar y garantizar la sostenibilidad de la acuicultura, preservar los nutrientes y aumentar el consumo de pescado en comunidades marginadas, ¡Noruega lidera el camino hacia un futuro más saludable dentro de la economía azul!
Pero no solo Noruega brilla, Indonesia también presentó su ambicioso Plan de Economía Azul 2025 – 2035. Con amplios recursos marítimos, Indonesia aspira a un crecimiento integrador y sostenible. ¡Los alimentos acuáticos, ricos en proteínas y con una baja huella de carbono, están en el corazón de su visión de un desarrollo responsable!
Sudáfrica y Tanzania también hicieron olas con sus visiones para un futuro sostenible. Sudáfrica se enfocó en erradicar el hambre y proporcionar alimentos nutritivos mediante el uso sostenible de los recursos acuáticos. Mientras tanto, Tanzania destacó la importancia de una economía azul inclusiva y sostenible, abarcando múltiples etapas de producción, procesamiento y consumo.
La Unión Europea (UE) no se quedó atrás, mostrando su dedicación a la agenda azul y enfatizando la colaboración entre todos los actores del sistema alimentario. La UE se compromete a mejorar las infraestructuras, los medios de subsistencia y la conectividad con África para lograr una economía azul próspera.
Durante la sesión «Gobernanza para la Transformación del Sistema Alimentario», se hizo eco de una verdad esencial: la gobernanza es clave para un futuro sostenible. La inclusión, la colaboración y el liderazgo son fundamentales para moldear sistemas alimentarios resilientes en todo el mundo.
Desde el Parlamento del Líbano, se destacó el poder de la legislación como catalizador para iniciativas alimentarias impactantes. Garantizar funciones y responsabilidades claras para todas las partes interesadas es crucial para un consenso y una implementación eficaz.
La colaboración entre las partes interesadas también fue resaltada por el delegado ugandés, quien subrayó que la coordinación y la comunicación son fundamentales para impulsar el cambio en los sistemas alimentarios.
Las iniciativas de financiación para la transformación de los sistemas alimentarios también fueron discutidas, con representantes de Indonesia y Suiza compartiendo sus estrategias. El acceso a financiación y el apoyo a la inversión privada son esenciales para lograr políticas basadas en la evidencia y la sostenibilidad.
Julia Pinedo, investigadora de CARTIF, en UN Systems Summit
Además, se puso énfasis en la importancia de garantizar que las decisiones y políticas tengan en cuenta la perspectiva rural. La inclusión, la transparencia y el acceso a recursos como la tierra y el agua son fundamentales para un cambio transformador.
La digitalización brilló durante la sesión «Digitalización para Sistemas Alimentarios Resilientes». La tecnología, los datos y las soluciones digitales son la clave para acelerar la transformación del sistemas alimentario.
Desde el Foro Económico Mundial, se subrayó que la digitalización supone un cambio de juego. La inteligencia artificial y el análisis en tiempo real son esenciales para el progreso.
Las plataformas de datos también fueron mencionadas como una poderosa herramienta para capacitar a los agricultores con información valiosa y aplicable en tiempo real.
El sector privado demostró su importancia en la configuración de sistemas alimentarios resilientes. Las asociaciones público-privadas, las inversiones responsables y la colaboración son fundamentales para lograr resultados sostenibles.
El gobierno alemán resaltó que incluir la inversión privada es crucial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, se enfatizó la necesidad de actuar de manera responsable y sostenible para garantizar el progreso.
El sector privado también fue incentivado a apoyar la nutrición y priorizar la salud sobre la rentabilidad. La colaboración y la responsabilidad son fundamentales para impulsar un cambio positivo.
En conclusión, los sistemas alimentarios resilientes están a nuestro alcance. Con una transformación azul de los sistemas acuáticos, una gobernanza inclusiva, la digitalización y la participación del sector privado, podemos construir un futuro sostenible y equitativo para todos.
¡El tercer día fue una jornada llena de soluciones, desafíos y próximos pasos para la transformación de los sistemas alimentarios!
En la primera sesión del día, expertos y partes interesadas se reunieron para discutir la «Movilización de Medios para la Implementación de la Transformación de los Sistemas Alimentarios». Se exploraron aspectos críticos para acelerar el progreso hacia sistemas alimentarios más sostenibles. El Banco Mundial presentó una herramienta innovadora llamada «REALTIME 3Fs«, diseñada para apoyar financieramente a las pequeñas y medianas empresas, agricultores y otros actores clave. Esta herramienta aborda cinco pilares esenciales-infraestructura para los sistemas alimentarios, desarrollo agrícola y cadena de valor, protección social, cambio climático y recursos naturales, y nutrición- asegurando que los recursos financieros lleguen a los sectores más vulnerables y se promueva una transformación holística.
No obstante, se identificaron desafíos en la financiación de los sistemas alimentarios, ya que la Ayuda Oficial al Desarrollo mundial destinada a ellos disminuyó en 2021. Esto suscita preocupación sobre la adecuación de los fondos para impulsar cambios integrales. Es aquí donde el papel del sector privado se vuelve fundamental, ya que se espera que invierta en el 50% de los logros de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La inversión en ciencia, innovación y tecnología, así como el fortalecimiento de sistemas de datos y seguimiento, se propusieron como soluciones clave para acelerar la transformación. Además, se destacó la importancia del comercio en la satisfacción de las deficiencias alimentarias globales y el cumplimiento del ODS2 (Hambre Cero). Sin embargo, para lograr una transformación efectiva, se enfatizó la necesidad de una gobernanza adecuada, la participación de todos los actores y una agenda de financiación global que involucre al sector privado.
La sesión de clausura reafirmó la urgente necesidad de movilizar recursos para la transformación de los sistemas alimentarios. Se destacaron varios retos, incluyendo la pandemia de COVID-19, las crisis planetarias y la guerra en Ucrania, que han desestabilizado aún más los sistemas alimentarios y amenazado a poblaciones vulnerables con hambre y malnutrición.
Se instó a una acción concertada y urgente en seis áreas clave para alcanzar el potencial de los sistemas alimentarios: incorporar estrategias alimentarias en políticas nacionales de desarrollo sostenible, gobernanza inclusiva, inversión en investigación e innovación, diseño e implementación participativos, compromiso del sector privado y acceso a financiación.
El Centro de Sistemas Alimentarios de la ONU se centrará en coordinar procesos nacionales inclusivos, y todo el sistema de las Naciones Unidas trabajará para mejorar la coordinación y asociaciones para lograr una transformación real.
En resumen, la transformación de los sistemas alimentarios es un camino colectivo hacia un futuro sostenible. La colaboración entre países, organizaciones y sectores es esencial para lograr cambios significativos y asegurar que nadie se quede atrás. Con un enfoque en la sostenibilidad, al equidad y la responsabilidad mutua, podemos construir sistemas alimentarios más resilientes y justos para todos. ¡El futuro de la alimentación está en nuestras manos!