Nuestros maravillosos aliados ¡y vecinos!

Nuestros maravillosos aliados ¡y vecinos!

Se oye hablar mucho del declive de las abejas, de la falta de polinizadores, pero ¿qué son los polinizadores? Y lo más importante ¿qué hacen por nosotros y que hacemos por ellos?

El grupo de polinizadores es muy amplio, no solo son las abejas productoras de miel, las cuales pertenecen a una familia. De hecho, solo en España tenemos más de 1.000 especies de abejas de seis familias diferentes, el 75% de las abejas son solitarias y viven en el suelo, y es que con más de 20.000 especies de abejas en el mundo han evolucionado y se organizan de muy distintas maneras.

Polinizadores

Otros polinizadores son las aves, mamíferos y reptiles, y es que las plantas son muy listas ¡llevan muchos millones de años más que nosotros sobre la tierra! Y eso se traduce en mayor evolución y adaptación. Los vegetales han desarrollado sofisticados métodos de atracción para lograr sus propósitos reproductivos, ya que ¡hay que hacer llegar el polen a su destino! por ello se valen desde una lagartija hasta una mosca, pasando por el murciélago, sin olvidar también el aire y el agua, que también ayudan en la polinización.

Pero si hay tantos medios para la polinización, ¿por qué son tan importantes los polinizadores, en concreto las abejas? Pues es que, al menos en este caso, ¡el tamaño y la forma importa! Hay todo tipo de insectos pequeños, gordos, largos, con lengua muy larga, en fin, ¡de muchos tamaños! Al igual que hay muchas formas y tamaños de flores, de granos de polen, y es que las plantas, son muy sibaritas.

Las plantas han evolucionado de tal manera que cada una ha desarrollado su sistema, algunos muy exclusivos, para que no le llegue el polen de otra planta, por eso hay tantos olores, para hacer una primera criba de «invitados a comer»; y muchos tamaños, algunas abejas deben sacar hasta 20mm su probóscide o «lengua» para llegar a la comida; algunas como la flor de la pasión que tiene los estambre y pistilos muy grandes, y solo pueden ser polinizada por abejorros grandes; otras son complicadas como la flor boca de dragón que la abeja tiene que meterse como si fuera una cueva; y otras más pequeñas como las margaritas que necesitan que el insecto sea pequeño y, por eso, son polinizadas por ejemplo, por pequeñas moscas a rayas negras y amarillas que son los sírfidos, pasando por el girasol que es una margarita en grande y por tanto necesita un polinizador más grande como es la abeja de la miel. Y es que hay miles de familias de abejas de distintos tamaños, que van desde los 4-5 mm, hasta los 30-35 mm (las de la miel miden entre 15 y 20mm).

Ambas flores, girasol y margarita, tienen unos «pétalos» grandes alrededor blancos o amarillos (que en realidad son lígulas) y un montón de florecillas amarillas en el centro de donde salen las semillas (que en el girasol las llamamos pipas), la próxima vez que paséis por un parque coged una margarita y fijaros bien en la parte amarilla ¡son todo pequeñas flores! Con sus estambres, estigmas y todas las partes de una flor ¡ que recordamos a duras penas de cuando lo estudiamos en el colegio!

Corte de nido de abejas solitarias. Fuente: Luis Óscar Aguado

Los colores, otro mecanismo de atracción para que los polinizadores las detecten ¡desde muy lejos! Con nuestra vista nos parecen todos los colores iguales, pero con su visión especial ven de distinta forma los colores de las flores. Y es que al final las plantas han hecho que los insectos y polinizadores evolucionen como transportadores de polen, y ellas, a cambio, dan manjares, en forma de frutos, semilla, polen, néctar etc. Como veis, hay numerosos mecanismos para atraer al polinizador correcto, por tanto, si la población de alguno desaparece en un corto periodo de tiempo, la planta no puede adaptarse y menos reproducirse.

Abeja poniendo huevo en caña de bambú. Foto: María González

Muchos polinizadores obtienen recompensas alimenticias de las plantas, pero no se alimentan exclusivamente de ellas como son los reptiles o las aves, sin embargo, las abejas si, las abejas dependen en exclusiva de las plantas para alimentarse. Y es que tanto sus larvas como el insecto adulto se alimenta de productos florales como son el néctar y el polen. Y como hemos visto no todas las flores alimentan a todos los polinizadores.

Entonces, ¿cómo podemos ayudar a los polinizadores?

Podemos construirles un refugio, según la familia de abejas tiene distintas formas de vivienda o agrupación social. Algunas construyen galerías en el suelo donde viven, por lo que colocar un tiesto en la ventana es suficiente; otras en agujeros en los troncos o trozos de madera ¡incluso conchas! Así que una manera sencilla que no ocupa mucho espacio es poner un hotel para abejas solitarias, es muy sencillo, consiste en un manojo de cañas de bambú cortadas o un trozo de madera con agujeros de distintos diámetros entre 5-25 mm, con fondo, es decir, que no atraviesen la madera y sin grietas, ya que son posibles entradas para parásitos y predadores. Ahí las abejas pondrán poner los huevos que dejarán con el néctar o el polen recolectado y lo taparán, y al cabo de un año saldrán las nuevas abejas y se irán a buscar otro agujero. Así que no hay peligro de que nos piquen. Las abejas no viven ahí, solo dejan los huevos, son solitarias, no forman colmenas, no forman comunidades, duermen en las flores y ramas.

Las abejas solitarias ¡no pican! Bueno sí, pero no como las de la miel, me explico, muchas abejas mueren al picarte, las abejas solitarias no forman comunidades, como no tienen que defenderla, no son agresivas, no atacan, no pican, esto hace que instalar este tipo de refugios sea recomendable en colegios, los niños pueden acercarse y ver cuantos agujeros hay tapados y contar así las abejas a las que han ayudado.

Además, estas abejas solo recolectan sustento para comer y para sus propias larvas, por lo que no necesitan hacer tanta recolección, otras necesitan comida para criar a toda su descendencia, y otras a toda la colonia y a los humanos, por eso si las molestas con la mano, la mayoría se van, no quieren problemas, atacarte les cuesta la vida, pero otras son más insistentes porque necesitan mucha comida y cuanto más cerca de la colmena estés, como las de la miel, más agresivas se vuelven y te atacan. Por eso hay una regulación especial para tener colmenas, considerándose un tipo de ganadería (apicultura o ganadería de la miel) y teniendo que cumplir requisitos de distancias a poblaciones, etc. Incluso tiene que respetar distancia entre ellas, ya que, si hay poca comida, ataca a otros polinizadores, como las abejas solitarias, ya que están compitiendo por el alimento.

Hotel de abejas con dos agujeros ocupados situado en CARTIF. Foto: María González.

También es importante que haya flores todo el año, por ellas y por nosotros, hay muchas plantas autóctonas con distintos periodos de floración para que tengan comida todo el año, de distintos tamaños para abejas de todos los tamaños.

¿Cómo nos ayudan? La parte más conocida de la labor de los polinizadores, es la de polinización y es que el 80% de las plantas dependen de ellos, de entre ellas muchas su función es la de proveernos de comida, actualmente el 75% de los cultivos necesitan de la polinización, y ahí incluimos los cultivos necesarios para la alimentación del ganado, por lo que de ellos también depende la producción de derivados ganaderos.

Módulo de polinizadores en CARTIF
Módulo de polinizadores, módulo con flores todo el año situado en CARTIF. Fuente: María González

Los polinizadores por tanto son nuestros aliados, gracias a ellos se mantiene una gran parte de las comunidades vegetales naturales y urbanas, y de nuestros alimentos. El cambio climático, los pesticidas, la intensificación agrícola, el desbroce y segado continuado de parques y lindes, incluida la proliferación de colmenas, están haciendo que su población descienda de manera rápida. Además, todavía nos queda mucho por aprender de ellas por lo que es muy necesario ayudarlas de manera consciente y racional, y no solo a nivel de expertos, sino también a nivel social, todos nosotros podemos ayudar a su conservación, cuidando a los polinizadores y cultivando más flores a nuestro alrededor, ya que sin flores no hay polinizadores y viceversa.


Bibliografía

Si queréis saber más podéis consultar las webs de grandes profesionales como son www.lepidopteros.com y www.abjeassilvestres.es

Bibliografía: Curro Molina & Ignasi Bartomeus. 2019. Guía de campo de las abejas de España. Editorial Tundra, Castellón. 250pp. 19,5 x 12’5 cm. ISBN 978-84-1670-77-0.

http://arba-va.blogspot.com/2019/06/la-importancia-de-las-abejas-solitarias.html

Fotos: Óscar Aguado y María González.