FUSILLI, mucho más que un proyecto

FUSILLI, mucho más que un proyecto

Hace cuatro años me sumergí por primera vez en el complejo mundo del sistema alimentario. No sabía bien qué esperar. Lo consideraba un campo lejano, con términos técnicos y debates que parecían pertenecer solo a expertos en la materia. Hoy, después de todo este recorrido, cada vez que tengo la oportunidad de pasearme por alguna de las ciudades de FUSILLI y veo los cambios que hemos ayudado a impulsar, me invade una sensación de orgullo difícil de describir.

No es necesario detenerse. Los cambios se reconocen con nuevas iniciativas en marcha, un mercado donde los productores locales con sus productos locales y de temporada son los principales protagonistas, escuchar cómo los ciudadanos han empezado a hablar de alimentación sostenible con naturalidad, o un huerto comunitario floreciendo en un espacio antes desaprovechado. Son pequeñas señales que confirman que algo ha cambiado. Que este esfuerzo ha valido la pena.


Mapa de ciudades participantes en el proyecto FUSILLI
Ciudades FUSILLI

No hay que viajar a la ciudades FUSILLI para acordarme del proyecto. Basta con pasearme por Valladolid para recordar que lo que hemos hecho en estos años es visible e importante en muchas otras ciudades. El impulso de alimentos locales. Eso es FUSILLI. La aparición de una estrategia alimentaria. Eso es FUSILLI. El aprovechamiento de residuos alimentarios. Eso es FUSILLI. La concienciación de ciudades hacia una alimentación más saludable y sostenible. Eso es FUSILLI. Las iniciativas de las empresas alimentarias por acercar a productores locales. Eso es FUSILLI. Las iniciativas por hacer más accesibles los alimentos en toda la población. Eso es FUSILLI. Incluso FUSILLI es llevar todo ello a unas políticas que ayuden a integrar todo esto en una comunidad. En una ciudad. En una región.


Al principio, todo parecía un reto enorme. Doce ciudades con realidades distintas, cientos de acciones, múltiples actores implicados. Coordinar esfuerzos y lograr que cada iniciativa tuviera sentido en su contexto fue un desafío. Pero, al final, la clave han sido las personas. La cooperación entre científicos, gobiernos locales, agricultores y consumidores creó una red de aprendizaje que superó las barreras iniciales. Lo más bonito de FUSILLI ha sido esa sinergia inesperada, esas conexiones humanas que hicieron posible lo que en papel parecía imposible.

No todo fue fácil. Recuerdo reuniones interminables tratando de encajar diferentes perspectivas, momentos de frustración cuando los avances no eran tan rápidos como deseábamos, y la incertidumbre de saber si todo esto dejaría una huella real. Pero la huella está ahí. Los resultados no solo se miden en cifras, sino en la transformación de las ciudades y en la mentalidad de las personas.

Personalmente, creo que para CARTIF, FUSILLI ha significado mucho más que un proyecto europeo. Nos ha permitido crecer, entender mejor el papel que podemos jugar en la transformación de los sistemas alimentarios y, sobre todo, fortalecer nuestro compromiso con la sostenibilidad. El sistema alimentario define el bienestar de nuestras comunidades y el equilibrio de nuestro entorno. No se trata solo de lo que comemos, sino de cómo producimos, distribuimos y gestionamos esos alimentos en un mundo cada vez más desafiante.

Además, esta experiencia nos deja una lección valiosa para el sector privado. Las empresas tienen un papel clave en esta transformación. Adaptar modelos de negocio a un enfoque más sostenible no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad de innovación y diferenciación. Las soluciones desarrolladas en FUSILLI pueden ser replicadas y escaladas en el ámbito empresarial, desde el aprovechamiento de residuos hasta nuevas formas de distribución y consumo consciente. No es solo responsabilidad de las ciudades y gobiernos, sino también de las compañías que tienen el poder de liderar el cambio de la cadena de valor alimentaria. Son actores fundamentales en este proceso.


FUSILLI cierra un ciclo, pero deja abiertas muchas puertas. Ahora sabemos que la transformación es posible y que cada acción, por pequeña que parezca, suma. Nos ha enseñado que la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano y que el cambio real sucede cuando se unen visión y compromiso.


Seguiremos apostando por nuevas soluciones, explorando formas innovadoras de integrar la tecnología con la sostenibilidad y facilitando la transición hacia ciudades más resilientes y saludables. Pero este camino no lo podemos recorrer solos. Las empresas de alimentación son aliadas claves en esta transformación. Necesitamos su compromiso, su capacidad de innovación y su voluntad de formar parte del cambio. Porque transformar el sistema alimentario no es solo un reto, es una oportunidad de reinventar la manera en que vivimos, producimos y consumimos.

Porque la transformación no es un destino, sino un viaje continuo de aprendizaje, adaptación e innovación.

Integración del hidrógeno en el sistema energético español: la perspectiva desde CARTIF

Integración del hidrógeno en el sistema energético español: la perspectiva desde CARTIF

España se posiciona como un referente global en la transición energética gracias a sus ambiciosas políticas de energía y cambio climático. Según el informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), España aspira a alcanzar la neutralidad climática en 2050, con un 100% de energía renovable en el mix eléctrico y un 97% en el energético total. Esto sólo será posible con la adopción de energías renovables, la mejora en eficiencia energética y el impulso de la electrificación. Sin embargo, el hidrógeno verde también jugará un papel crucial, especialmente para descarbonizar sectores como la industria y el transporte, así como para almacenar excedentes de energía renovable, reduciendo el desperdicio energético (curtailment).

De hecho, el hidrógeno verde o renovable se está consolidando como un vector energético fundamental para lograr la descarbonización del sistema energético español. Con un 20% de los proyectos europeos de electrólisis anunciados, España se sitúa a la cabeza, seguida por Dinamarca (12%) y Alemania (10%). Estos tres países podrían generar más del 40% del hidrógeno de bajas emisiones en Europa para 2030.



Este recurso ofrece una solución viable para almacenar energía renovable y descarbonizar sectores complicados como la industria y el transporte. Desde CARTIF, hemos llevado a cabo un exhaustivo análisis mediante modelos energéticos avanzados para explorar cómo podría implementarse este vector en diferentes escenarios futuros. Para ello, hemos empleado herramientas como LEAP y otras metodologías prospectivas que nos permiten evaluar impactos económicos, sociales y ambientales.


El principal objetivo de este análisis es conocer las posibilidades de integración del hidrógeno renovable en España como una estrategia clave para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Este estudio se basa en tres escenarios fundamentales que describen diferentes trayectorias de desarrollo:

  1. Tendencial: representa una evolución tendencial del sistema energético sin la aplicación de medidas adicionales desde 2019.
  1. Objetivo PNIEC: considera las políticas y objetivos establecidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
  1. Ambicioso: propone una alta penetración del hidrógeno renovable, alineada con las metas de la Hoja de Ruta Europea del Hidrógeno.

Este análisis también incluye un enfoque integral para evaluar los impactos económicos, sociales y medioambientales, permitiendo así identificar barreras y oportunidades para la transición energética en España.

Para llevar a cabo este análisis, se desarrolló un modelo de simulación en la herramienta LEAP, capaz de proyectar tanto la demanda como la generación energética en horizontes temporales a largo plazo. El modelo combina:

  • Proyecciones socioeconómicas, incluyendo variables como el PIB y la evolución de la población.
  • Datos históricos de consumo y generación energética, esenciales para establecer un año base de referencia.
  • Escenarios específicos que incluyen diferentes niveles de penetración del hidrógeno.
  • Integración de tecnologías clave como electrolizadores y almacenamiento de hidrógeno en cavernas salinas.

Además, se evaluaron diferentes políticas energéticas nacionales e internacionales, como la Hoja de Ruta del Hidrogeno en España y la visión de un “Planeta limpio para todos” de la Unión Europea, así como restricciones de emisiones y alcanzar un determinado porcentaje de renovables en 2050.

En el escenario tendencial, donde no se consideran políticas energéticas para la reducción de la demanda ni la descarbonización, la demanda total de energía en España aumentaría un 7% entre 2020 y 2050. Este crecimiento se debe a un incremento en la electrificación de los sectores clave, siguiendo la tendencia observada hasta ahora. El escenario del Objetivo PNIEC plantea una mejora mucho más significativa de la eficiencia energética y, sobre todo, transiciones desde tecnologías muy intensivas a opciones con menor consumo (p. e. autobuses) o alternativas que consuman energía eléctrica (p. e. bombas de calor), llegando a emplear un 40% menos de energía total en 2050 frente al escenario tendencial. Además, hay una electrificación más alta (un aumento del 26.6% entre 2019 y 2050). En los escenarios que incluyen hidrógeno, se aumenta el consumo de energía eléctrica en los electrolizadores a cambio de disminuir el uso de energías fósiles en el cómputo global del sistema energético.

Evolución de la demanda del sistema por sector en los distintos escenarios (TWh)

En cuanto al suministro del sector eléctrico, los escenarios con almacenamiento de hidrógeno logran reducir la energía renovable que no se puede aprovechar por falta de demanda, llamada curtailment, hasta en un 68%, permitiendo una mayor eficiencia en el uso de las energías renovables y evitando inversiones sobredimensionadas en capacidad instalada. Esto se debe principalmente a la capacidad del hidrógeno para actuar como un vector de almacenamiento de energía, transformando el exceso de generación renovable en hidrógeno que puede ser almacenado y utilizado en periodos de alta demanda o baja producción renovable. Además, los sistemas de hidrógeno como los electrolizadores y las pilas de combustible también mejoran la flexibilidad del sistema eléctrico, permitiendo una integración más eficiente de fuentes intermitentes como la solar y la eólica. Estos avances tecnológicos también reducen la dependencia de fuentes no renovables durante los periodos de alta demanda, consolidando un sistema energético más sostenible.

Resumen de resultados

En cuanto a emisiones, en el escenario tendencial las emisiones de CO₂ equivalente aumentan ligeramente hasta 2050 debido a una electrificación limitada y una dependencia continua de los combustibles fósiles.

El escenario objetivo del PNIEC reduce las emisiones un 30% entre 2019 y 2050, cumpliendo parcialmente con los objetivos climáticos. Se alcanza una red eléctrica 100% renovable, aunque con una gran inversión. Sin embargo, no se llega al objetivo del 90% de reducción de emisiones respecto a 1990 debido a las emisiones causadas por la demanda energética de otros sectores.

De forma similar al caso de los costes, en el escenario de penetración de hidrógeno básico, las emisiones se reducen levemente, pero no de forma relevante. En el escenario ambicioso de hidrógeno, gracias a una alta penetración de electrolizadores y almacenamiento energético, se logra una reducción del 90% de las emisiones, alineándose con la neutralidad climática planteada por el PNIEC.

Evolución de las emisiones (M ton. Co2 eq.)

La integración del hidrógeno renovable en el sistema energético español es esencial para alcanzar los objetivos climáticos y descarbonizar sectores clave como la industria y el transporte. Los resultados de este estudio destacan que:

  • Es imprescindible incorporar tecnologías de almacenamiento energético, como el hidrógeno, para maximizar el uso de energías renovables y reducir las pérdidas y sobrecostes asociados al curtailment.
  • Las políticas actuales deben reforzarse y actualizarse para garantizar el cumplimiento de los objetivos de 2050, incluyendo incentivos para la instalación de electrolizadores y almacenamiento de hidrógeno.
  • Una mayor inversión en I+D para el desarrollo de tecnologías de hidrógeno mejorará la sostenibilidad económica y ambiental del sistema.
  • Es muy importante una buena planificación de la transición energética hacia la neutralidad climática, con esfuerzos paralelos en la descarbonización de la generación eléctrica y la demanda de energía, y la generación de hidrógeno renovable.

Desde CARTIF, no solo desarrollamos soluciones tecnológicas innovadoras que impulsan la transición hacia sistemas energéticos descarbonizados, sino que también ofrecemos informes y estudios energéticos detallados como el presente, diseñados para apoyar a instituciones y empresas en la toma de decisiones clave para un futuro sostenible.


Co-autor

Pablo Serna Bravo. Ingeniero Industrial. Trabaja en CARTIF desde 2023 como investigador especializado en hidrógeno, modelado energético y análisis de políticas energéticas a nivel global.

Calidad de aire interior: Lo que no ves, pero sí te afecta

Calidad de aire interior: Lo que no ves, pero sí te afecta

Históricamente, se ha prestado gran atención a la calidad del aire exterior, especialmente a la contaminación generada por los automóviles y las fábricas, así como a su impacto en la salud. Si bien, esta preocupación por el aire exterior está bien fundamentada, y desde luego es preocupante, «su hermana», la calidad de aire interior, queda en un segundo plano muchas veces, cuando en realidad, la concentración de contaminantes y el tiempo de exposición a estos es muy superior.

Pensadlo: ¿Cuánto tiempo pasáis en un interior? Cenáis, dormís en una habitación cerrada, os despertáis, vais a trabajar (seguramente en autobús o coche), vais al trabajo, donde estáis ocho horas, volvéis a casa en coche, y luego, dependerá de las actividades de cada uno, pero, a no ser que hagáis algún deporte o actividad que sea exclusivamente al aire libre, seguiréis estando en un interior. Es decir, supongamos que, si cenáis a las 22h, probablemente hasta que salgáis del trabajo y comáis (si salís a las 15h, y según llegáis coméis), habréis estado casi de continuo 18 horas dentro de un espacio cerrado. 18 horas de 24 horas en un interior como mínimo.

Teniendo esto en cuenta, desde luego que preocuparse por lo que respiramos en casa, o en el trabajo, tiene sentido, y más aun sabiendo que los estudios atribuyen más de cinco millones1 de muertes prematuras anuales a la mala calidad de aire interior. Por otro lado, también existen muchas enfermedades asociadas, o que se ven exacerbadas por esto mismo: el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (conocida como EPOC), enfermedades cardiovasculares, dolores de cabeza y migrañas.

Aquí entra el proyecto K-HEALTHinAIR, un proyecto que busca identificar y abordar los diferentes contaminantes presentes en los interiores, y evaluar como afectan a la salud humana. Para ello, combina tecnologías de monitorización de aire de bajo coste en diferentes espacios (hospitales, aulas, casa, residencias…) con herramientas de análisis de datos para entender la exposición a estos contaminantes, y proponer soluciones innovadoras para mitigar sus efectos.


Llegados a este punto, seguramente surja la duda de cuáles son esos contaminantes tan dañinos que respiramos diariamente, y sus fuentes: algunos de los principales contaminantes en ambientes interiores más comunes son el CO2, proveniente de la respiración humana, y puede causar fatiga, dolor de cabeza, o disminución de la concentración; el formaldehído, presente en muebles, pinturas, materiales de construcción, humo de cigarro, causante de irritación en ojos, nariz y garganta, bronquitis y relacionado con un mayor riesgo de cáncer; el material particulado (PM), con origen en el cocinado y actividades de combustión en general. Las partículas más pequeñas pueden penetrar en los pulmones, provocando problemas respiratorios y cardiovasculares; los compuestos orgánicos volátiles (COVs), provenientes del cocinado, humo de cigarro, ambientadores, pinturas… Pudiendo provocar mareos, asma, irritación; y el dióxido de nitrógeno (N2O), presente debido a combustiones en cocinas o estufa de gas, o de combustibles. Este contaminante puede empeorar los síntomas respiratorios.2 Además, las fuentes exteriores también pueden influir en la calidad de aire interior.

Fuente: González-Martín J, Kraakman NJR, Pérez C, Lebrero R, Muñoz R. A state–of–the-art review on indoor air pollution and strategies for indoor air pollution control. Chemosphere. 2021;262:128376. doi:10.1016/J.CHEMOSPHERE.2020.128376

Es decir, muchas de las actividades o materiales usados día a día, puede ser fuente de contaminantes interiores. Pero al igual que estos contaminantes tienen unas fuentes “sencillas y comunes”, algunas de las estrategias que puedes aplicar para contrarrestarlos, también lo son: la ventilación de forma regular (sí, ahora es invierno y los días que hay temperaturas cercanas a las de Siberia no es agradable, pero con unos minutos seguramente sea suficiente) siempre será una buena forma. O en el caso del cocinado, el uso de campanas de extracción. Disminuir el uso de ambientadores, también puede ayudar a reducir estos contaminantes y, por lo tanto, mejorar la calidad de aire interior. Como se ha explicado, el tabaco es muy dañino también, por lo que lo ideal sería no realizar esta actividad dentro de casa. Estos son ejemplos de actividades sencillas a realizar para mejorar la calidad de aire interior, y, por lo tanto, tu calidad de vida.

En definitiva, la calidad del aire interior es un aspecto fundamental que no debe pasarse por alto. Aunque las fuentes de contaminación en el hogar o en los espacios cerrados puedan parecer inevitables, pequeños cambios en nuestros hábitos diarios y decisiones conscientes pueden marcar una gran diferencia en nuestra salud y bienestar. No se trata solo de mejorar el ambiente en el que vivimos, sino de protegernos a nosotros mismos y a nuestras familias de los efectos negativos de un aire contaminado. Después de todo, si pasamos gran parte de nuestra vida en interiores, ¿por qué no hacer de esos espacios un lugar donde respirar sea sinónimo de salud y tranquilidad?


1 González-Martín J, Kraakman NJR, Pérez C, Lebrero R, Muñoz R. A state–of–the-art review on indoor air pollution and strategies for indoor air pollution control. Chemosphere. 2021;262:128376. doi:10.1016/J.CHEMOSPHERE.2020.128376

2 Mannan M, Al-Ghamdi SG. Indoor Air Quality in Buildings: A Comprehensive Review on the Factors Influencing Air Pollution in Residential and Commercial Structure. International Journal of Environmental Research and Public Health 2021, Vol 18, Page 3276. 2021;18(6):3276. doi:10.3390/IJERPH18063276

¡Lo hemos vuelto a hacer, nuevo producto en el mercado!

¡Lo hemos vuelto a hacer, nuevo producto en el mercado!

Cada vez que paso por la estantería del supermercado y la veo, sonrío, no puedo evitarlo. En CARTIF estamos muy orgullosos de compartir con vosotros que el fruto del proyecto KOMFIBRA ha llegado al mercado. De nuevo, un producto en el que ha trabajado CARTIF se ha hecho realidad y está disponible para disfrutarlo. Todo ello gracias al trabajo conjunto realizado con nuestros amigos de KOMVIDA.

Se trata de una kombucha enriquecida en fibra, un té fermentado que contiene probióticos y prebióticos, con un refrescante sabor a lima limón y unas ligeras burbujas naturales, sin pasteurizar. Una bebida saludable y rica de la que todo el mundo habla.

Este proyecto ha sido un auténtico desafío científico y tecnológico, pero cada paso del camino nos ha acercado más a nuestro objetivo: crear un producto funcional que sea saludable, innovador y que esté al alcance de todos.

Durante la primera fase, evaluamos diferentes tipos de fibra en función de su solubilidad y capacidad para mantener las características sensoriales de la kombucha original. También durante esta fase, hicimos diversas pruebas para descubrir cuál era el momento ideal para añadir la fibra a lo largo del proceso de elaboración y garantizar así su estabilidad y sabor.

Con la segunda fase del proyecto llegó la hora de pasar del laboratorio a la planta industrial. El resultado: una bebida con burbujas perfectas, un sabor delicioso y además, pudimos comprobar que la fibra añadida potencia un dulzor natural que hace que sea aún más apetecible.

Por último, el estudio clínico. No solo queríamos que esta kombucha supiera bien, sino también estar seguros de los beneficios que aporta para la salud. En un estudio con 60 voluntarios sanos, se observó:

  • Una reducción de los niveles de trigliceridos en sangre en comparación con el grupo control.
  • Las bacterios beneficiosas como Bifidobacterium, esenciales para una microbiota saludable, aumentaron en el grupo estudio.
  • Una disminución de un microorganismo asociado con problemas intestinales.
Beneficios de la Kombucha fibra de Komvida

Lo mejor de todo es que esta kombucha es un ejemplo de cómo la innovación puede ir de la mano con el sabor. No solo hemos logrado que sea segura y bien tolerada, sino que también ha superado con creces las expectativas de satisfacción de los consumidores durante el estudio.

Queremos agradecer a KOMVIDA por su confianza en la innovación de CARTIF y por el gran equipo que hemos formado para llevar este reto a las estanterías. Ver, tocar y saborear el fruto de nuestro trabajo es una satisfacción inmensa.

Komvida Fibra es mucho más que una bebidas; es un aliado para tu bienestar. Ya está disponible en el mercado, y estamos seguros de que te encantará tanto como a nosotros.

¡Gracias a todos los que habéis formado parte de este emocionante viaje!

¿Se están cumpliendo los objetivos del hidrógeno?

¿Se están cumpliendo los objetivos del hidrógeno?

En 2020, España dio un paso firme hacia la descarbonización con la publicación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Entre las medidas destacadas, el hidrógeno renovable o hidrógeno verde, es decir, hidrógeno generado en electrolizadores que se alimentan de energía renovable, emergió como una solución clave para reducir emisiones en diversos sectores.

Una de estas medidas fue la publicación de una Hoja de Ruta del Hidrógeno, que plantea estrategias concretas para evitar las emisiones de CO2 a través del hidrógeno, sustituyendo combustibles fósiles en usos como generación de calor para la industria o la vivienda, o como alimentación en medios de transporte como camiones o barcos. Se fijan además objetivos del uso de hidrógeno para 2030, entre ellos tener 4 GW de potencia instalada de electrolizadores y sustituir un 25% del hidrógeno consumido en la industria por hidrógeno verde.

Hoja de ruta del hidrógeno
Fig.1. Objetivos de la Hoja de Ruta del Hidrógeno. Fuente: Hoja de Ruta del Hidrógeno

Gracias a estas políticas, empresas tanto locales como internacionales comenzarán a apostar por el hidrógeno, proponiendo proyectos con electrolizadores de hasta 100 MW que alimenten a consumidores de la península. Para financiar estos proyectos, se contará con la ayuda de los programas europeos, aunque también dependerá en gran medida de la inversión privada.


La Comisión Europea aprobó su estrategia sobre hidrógeno en julio de 2020, en la que planteaba un total de 40 GW de capacidad de electrolizadores para toda la región en 2030, y un consumo de hidrógeno que suponga el 24% de toda la energía final en 2050. Además, a través de otras políticas como el paquete «Fit for 55» o RePowerEU, fijará un objetivo de generación de 10 Mt de hidrógeno y un consumo de 20 Mt; sustitución de combustibles fósiles por renovables (entre los que se incluye el hidrógeno) de un 75% en la industria y del 5% en el transporte; y una construcción de hasta 28.000km de tuberías para el intercambio de hidrógeno, todo para 2030.

También se crean programas que financian la instalación de infraestructura del hidrógeno, como «Hy2Tech» o «Hy2Infra», que, entre distintas convocatorias de financiación pública y privada, han conseguido más de 38 mil millones de euros; así como instituciones diseñadas para salvar las diferencias de precio que tiene el hidrógeno verde actualmente, como el European Hydrogen Bank.

En la figura 2 se observan los objetivos de instalación de los distintos países de la Unión, que consiguen superar de manera conjunta el objetivo general de la región. Países como Francia o Países Bajos prevén alcanzar hasta 6 GW de capacidad nacional, seguidos por Alemania, Italia o Dinamarca que buscan tener 5 GW, o Rumanía y España con 4 GW.

Objetivos de potencia instalada de electrolizadores de los países de la UE para 2030
Fig.2. Objetivos de potencia instalada de electrolizadores de los países de la UE para 2030. Fuente: Elaboración propia para el proyecto HYDRA

Según la Global Hydrogen Review de 2024 publicada por la Agencia Internacional de la Energía, la potencia instalada actualmente en Europa es de 2 GW, por lo que aún queda lejos el objetivo de 40 GW. Es necesario superar los retos de la financiación para las grandes infraestructuras, la capacidad de fabricación de electrolizadores y la conexión entre productores y consumidores de hidrógeno para acelerar este crecimiento.


A nivel global, la preocupación de los gobiernos por la situación energética y medioambiental ha impulsado políticas y estrategias de descarbonización empleando hidrógeno renovable. No solo grandes países productores y consumidores de hidrógeno, sino también países que ven en el hidrógeno una gran oportunidad de desarrollo y crecimiento económico, pensando en la posibilidad del comercio internacional.

En la figura 3 se pueden ver los objetivos de instalación de electrolizadores de otros países comparados con la Unión Europea, alcanzando en conjunto más de 250 GW. Regiones como Europa, Rusia y EEUU tratarán de alcanzar más de 40 GW de generación, pero también países como Chile, India o Canadá planean grandes inversiones, aprovechando la oportunidad de comerciar con el hidrógeno.

Objetivos de potencia de hidrógeno instalada a nivel global para 2030
Fig.3. Objetivos de potencia instalada a nivel global para 2030. Fuente: elaboración propia para el proyecto HYDRA

Lograr los objetivos propuestos, especialmente considerando que estamos a mitad del camino en muchos de ellos, se presenta como un desafío considerable. De 520 GW de proyectos anunciados en 2024 únicamente 20 GW han alcanzado la decisión final de financiación, suponiendo esta el mayor reto a superar para la penetración del hidrógeno. En cuanto a la capacidad de fabricación de electrolizadores, actualmente alcanza los 5 GW, aunque se ha multiplicado por nueve desde 2021. Los desafíos son grandes, sin embargo, el compromiso global y el deseo de liderar esta revolución energética mantienen viva la apuesta por el hidrógeno como solución transformadora.


España actualizó el PNIEC en 2023, incrementando el objetivo de capacidad de electrolizadores a 12 GW para 2030, más de una cuarta parte del objetivo total de la Unión Europea. Actualmente, España cuenta con una potencia instalada de electrolizadores de 35 MW, y tiene el mayor electrolizador de uso industrial de Europa: un electrolizador de 20 MW situado en Puertollano, Ciudad Real. Sin embargo, por el momento depende de fabricantes de electrolizadores externos.



Este compromiso refuerza la necesidad de planificar cuidadosamente para maximizar los beneficios económicos, ambientales y sociales de esta revolución. A pesar de los avances en la financiación y aprobación de proyectos, aún es necesario profundizar en el análisis de los impactos del hidrógeno en la economía, el uso del suelo y la sociedad.

Gracias al uso de Modelos de Evaluación Integrada, podemos simular escenarios complejos y evaluar los efectos de esta transición, garantizando una planificación basada en datos y con una perspectiva de sostenibilidad integral. En CARTIF, trabajamos para entender y optimizar el papel del hidrógeno en la transición energética. A través del proyecto HYDRA (nº GA 101137758), hemos analizado las políticas de hidrógeno a nivel europeo y global, utilizando Modelos de Evaluación Integrada (Integrated Aseessment Models-IAM por sus siglas en inglés) para explorar cómo esta tecnología puede integrarse de manera sostenible en distintos sectores.

La implementación de políticas como REPowerEU y el apoyo a «valles del hidrógeno» demuestran un compromiso sólido con el desarrollo de esta tecnología. Sin embargo, la colaboración internacional y la planificación estratégica seguirán siendo esenciales para maximizar su impacto positivo.

El hidrógeno renovable representa una oportunidad única para transformar nuestro modelo energético y avanzar hacia una economía más limpia y sostenible. Desde CARTIF, seguimos investigando y desarrollando soluciones que hagan realidad esta visión.

Rutinas

Rutinas

En un entorno geopolítico y socioeconómico como el que tenemos en el que en el ámbito industrial y empresarial se necesitan directivos líquidos con capacidad de tomar decisiones que se adaptan al entorno igual que el agua al recipiente que lo contiene, en el que el desaprender y reaprender vale más que el conocimiento adquirido hasta el momento, en el que los planes de acción deben considerar al mismo nivel de importancia la actividad de explotación y la de exploración. En ese mundo de velocidad vertiginosa, se necesita que el resto de agentes del ecosistema de innovación, -centros tecnológicos y agentes de investigación, administraciones públicas, y sociedad- introduzcan acciones rutinarias que equilibren para cada entidad el binomio de rentabilidad-riesgo objetivo. Acciones rutinarias repetidas por cada uno de ellos afianzando el rol de cada uno de ellos. El rol de cada agente es un tema que traté en el post “cada palo que aguante su vela”.

Se necesitan rutinas que reduzcan el nivel de incertidumbre del entorno en el que nos movemos, rutinas que permitan tomar decisiones rápidas y con el riesgo adecuado a la rentabilidad que queremos conseguir, rutinas que respondan el how, el what, el who, el where y el why de cada propuesta de valor.

Estas rutinas empiezan en la formación de las universidades, donde se debe sembrar la semilla para que las rutinas empiecen a echar raíces y el ecosistema lo haga crecer en un terreno fértil que le permita reproducirse y dejar un legado.

Estas rutinas, aunque puedan parecer antónimos de la innovación, debido a su carácter repetitivo y predecible, son, en realidad, los pilares que sustentan la posibilidad de explorar lo desconocido. En un ecosistema de innovación dinámico, las rutinas no son simplemente hábitos inertes; son el andamiaje que permite experimentar, aprender y evolucionar con propósito. Como el músico que ensaya las mismas escalas día tras día para improvisar magistralmente en un concierto, las rutinas en la innovación son el ensayo disciplinado que precede a la genialidad disruptiva.



En este contexto, las rutinas no deben confundirse con la rigidez. Más bien, se trata de patrones organizativos que proporcionan estabilidad sin sacrificar la flexibilidad necesaria para adaptarse al cambio. Por ejemplo, los procesos de design thinking o metodologías ágiles, aunque estructurados, dejan margen para la creatividad y la iteración. Estas prácticas demuestran que la innovación no surge del caos absoluto, sino de un equilibrio entre orden y libertad.


Además, las rutinas desempeñan un papel crucial en la transferencia del conocimiento. Las universidades y los centros tecnológicos, especialmente, podemos estructurar programas de capacitación de personas y empresas, así como proyectos colaborativos a demanda de los CIOS (Chief Innovation Officer) que conviertan la actividad de la exploración en aplicaciones prácticas y escalables de una manera sistemática. En este sentido, la rutina se convierte en el mecanismo que facilita la fertilización cruzada de ideas y mercado..

Por otro lado, en un mundo que exige respuestas rápidas y soluciones eficaces, las rutinas ayudan a reducir la fricción entre la creatividad y la implementación. Estas rutinas no solo aclaran los pasos necesarios para ejecutar una idea respondiendo al how, what, who, where y why, sino que también alinean a todos los agentes implicados, desde empresas y administraciones públicas hasta investigadores y tecnólogos, en una dirección común.

La clave radica en diseñar rutinas que fomenten el aprendizaje continuo y la experimentación sistemática. Esto implica desaprender aquello que ya no sirve y desarrollar nuevos hábitos que incorporen la diversidad, la tecnología y la sostenibilidad como principios básicos. De este modo, el ecosistema de innovación será coherente con su propósito y no solo podrá adaptarse a los retos del presente, sino también anticiparse a las oportunidades del futuro.

En última instancia, las rutinas en el ámbito de la innovación no son un fin en sí mismas, sino el medio para generar impacto sostenible. Las rutinas afianzan el rol de cada agente, equilibran el binomio rentabilidad-riesgo y promueven el asentamiento de una cultura de colaboración y crecimiento. Estas prácticas repetitivas se convierten en el motor que impulsa un cambio transformador. Porque, paradójicamente, la verdadera innovación nace de la constancia: la constancia de hacer, de probar, de fallar y de volver a intentarlo.