Del cerdo, hasta sus andares

Del cerdo, hasta sus andares

Cuando vemos un cerdo todos pensamos que se puede aprovechar todo del mismo, sus ricos jamones, torreznos, chorizos, lomos… incluido, como dice el dicho, “hasta sus andares”. Sin embargo, en CARTIF sabemos que hay algo más allá: una gran variedad de subproductos y residuos generados en las etapas previas a la elaboración de todos estos productos.

Algo similar ocurre en el sector ovino. No todo es leche, utilizada para quesos, o carne, como el lechazo, sino que aparecen muchos residuos durante el proceso de elaboración, como es el caso de las pieles, las vísceras o la sangre, y cuyo tratamiento implica, al margen de su impacto medioambiental, un coste adicional para las empresas.

Por su parte, el sector vacuno también comparte desafíos comunes con los anteriores, enfrentándose a la gestión de una larga lista de residuos como el estiércol, los purines, la sangre, los huesos, las vísceras y las pieles, entre otros.

En un contexto actual donde la sostenibilidad y los principios de la economía circular cobran cada vez más relevancia en los procesos industriales, la valorización de los residuos en la industria cárnica se presenta como una estrategia clave para optimizar los recursos y reducir su impacto ambiental. La actividad de los sectores ovino, porcino y vacuno (que representan hasta el 75% de la producción cárnica nacional) ofrece un enorme potencial para el aprovechamiento integral de sus residuos. En definitiva, no solo podemos hablar de buenos productos (leche, quesos, chorizos o jamones), sino de buenas prácticas de las empresas cárnicas y de cerrar un ciclo productivo generando un valor añadido a partir de la valorización de los residuos. Y es que, en la mayoría de los casos, este tipo de residuos son gestionados por gestores externos, con el correspondiente coste para los productores. Por este motivo, todos los subproductos generados en la industria cárnica exigen una gestión eficiente y demandan ideas innovadoras que los conviertan en productos de valor.

Fuente: Plan territorial de ordenación de residuos de Tenerife. Residuos de mataderos, decomisos, subproductos cárnicos y animales muestras.

Un análisis del proceso de obtención de la carne, de acuerdo con Nedgia, considera que, una vaca genera 50 kg de excrementos por día, lo que supone unos 18.250 kg/año (1). Cuando la vaca llega al matadero, aproximadamente entre el 40 y el 50% de su peso son subproductos, como huesos, sangre, cuero, vísceras, grasa no comestible y contenido rumiante, que deben ser gestionados adecuadamente. Además de esto, el procesado de una vaca en el matadero puede demandar entre 500 y 1.000 litros de agua (2), que, tras ello, se convertirá en una corriente de agua residual que también deberá ser gestionada.



Por otro lado, las pieles de los animales ya se valorizan en la industria textil y del calzado, pero actualmente ha bajado su demanda frente a otros tejidos y cueros sintéticos. Por ello, se trabaja en la búsqueda de otras aplicaciones alternativas para su aprovechamiento. De las pieles, así como también de los huesos y los cartílagos, puede extraerse colágeno, un producto muy demandado por la industria cosmética por sus muchos beneficios para la salud. El colágeno nos ayuda a crear una barrera protectora en nuestra piel frente a agentes externos, da firmeza y resistencia, favorece procesos de cicatrización, retarda los efectos del envejecimiento y disminuye las arrugas, entre otros beneficios (3). Además, su uso está asociado a la mejora en el tratamiento de enfermedades comunes, como la osteoporosis, la artritis y/o la artrosis.

Según la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND) a partir de los 25 años, la producción de colágeno en una persona sana empieza a declinar y se calcula que, a partir de los 40 años, el organismo produce la mitad de colágeno que, en la adolescencia, acentuándose este descenso en las mujeres tras la menopausia (4). Además, una de las razones por las que nuestros huesos se debilitan se debe a la falta de colágeno en el cuerpo (5). En la memoria de muchos de nosotros está el recuerdo de ver a nuestras abuelas cociendo huesos de vaca para obtener colágeno, cuyo caldo se colaba para ser consumido; al refrigerar este caldo, se formaba una gelatina muy rica en colágeno. Hoy en día es posible trasladar este proceso al laboratorio con la finalidad de obtener un colágeno concentrado como suplemento nutricional, lo que requiere un proceso de purificación en el que se plantean diversos retos asociados a la obtención de un colágeno puro, libre de grasas y de otras proteínas.

En cuanto a la sangre, esta fracción representa aproximadamente entre el 3-7% del peso del animal vivo, según el animal considerado, y tradicionalmente se ha empleado en la elaboración de productos alimentarios (morcillas y otros). Sin embargo, también es posible su aplicación para la obtención de colorantes alimentarios o para la obtención de hemoglobina y/o proteína que se puede usar en diferentes productos para alimentación humana o animal. Una vez obtenida y tratada la sangre, se puede aislar el plasma de la hemoglobina o secar el conjunto y conseguir un producto rico en proteínas.

Otro subproducto cárnico son los intestinos de los animales que, actualmente, se emplean en la elaboración de embutidos, como pueden ser el salchichón, morcilla, chorizo y salchicha, entre otros, pero el aprovechamiento de esta fracción (y su beneficio asociado) es muy limitada. Desde hace muchos años se sabe que los intestinos constituyen una fuente rica de heparina, que es un medicamento con alta demanda en todo el mundo por su aplicación clínica como anticoagulante. El proceso de obtención de una heparina con alta pureza y estable en el tiempo exige un largo proceso de preparación y tratamiento en laboratorio. Durante su proceso de obtención se plantean muchos retos que superar, como la selección de la vía de extracción y purificación más adecuadas, dado que, además del uso de resinas, hay otras vías que permiten aislar la heparina de otros compuestos (proteínas y otras sustancias contaminantes). También se debe considerar la forma de mantener estable el principio activo, por ello se deberán evaluar si se mantiene en solución o se somete a algún proceso de secado.

El aprovechamiento de los residuos de la industria cárnica está rodeado de muchos interrogantes, pero en este mar de dudas se presenta CARTIF, cuyos investigadores estudian e investigan nuevos procesos para el tratamiento de todos estos subproductos, generando nuevo conocimiento y encontrando soluciones tecnológicas viables y sostenibles a estos problemas, ofreciendo un valor añadido a disposición de la industria cárnica.

CARTIF apuesta firmemente por esta línea de investigación, apoyando a empresas de la industria cárnica a valorizar todos sus residuos, incluyendo los purines, para su transformación en diferentes productos, tanto alimentarios como energéticos (gases renovables) e incluso agronómicos (fertilizantes orgánicos).

Como hemos visto, no sólo del cerdo se puede aprovechar todo, hasta sus andares.


Pedro Acebes. Investigador de la División de Agroalimentación y Procesos


Fuentes

  1. https://www.nedgia.es/blog-gas-natural/vacas-contaminacion-metano/
  2. https://aguasindustriales.es/origen-y-composicion-de-las-aguas-residuales-en-mataderos/
  3. https://joaquimmunoz.com/alimentos-que-ayudan-a-la-produccion-de-colageno-en-la-piel/
  4. https://www.academianutricionydietetica.org/nutricion-deportiva/colageno/
  5. https://www.anamarialajusticiabolivia.com/osteoporosis-y-falta-de-colageno/
  6. https://www.agrodigital.com/2025/03/06/coste-produccion-leche-pais-vasco-2025/
  7. Informe trimestral de indicadores económicos marzo 2025. Sector vacuno de carne. Ministerio de Agricultura, pesca y alimentación. Gobierno de España.
  8. Área de precios. Informe semanal de coyuntura. Precios Coyunturales. Semana 5-2025 del 27 de enero al 2 de febrero. Subsecretaría Subdirección general de análisis, coordinación y estadística.
  9. Plan territorial de Ordenación de residuos de Tenerife. Residuos de mataderos, decomisos, subproductos cárnicos y animales muestras.
  10. Universidad Nacional del Nordeste Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2003. Cedrés, José F.
  11. https://mecanova.eu/desfibrinador-sangre
  12. https://mecanova.eu/por-que-es-importante-el-tratamiento-de-subproductos-en-un-matadero
Aliados invisibles frente a la salinidad: microbiota y secuenciación para una agricultura resiliente

Aliados invisibles frente a la salinidad: microbiota y secuenciación para una agricultura resiliente

En un contexto donde la salinidad del suelo compromete la productividad agrícola global, la ciencia busca aliados invisibles pero poderosos bajo nuestros pies: los microorganismos del suelo.

La salinidad del suelo se ha convertido en uno de los principales desafíos para la agricultura, afectando a más del 20% de las tierras agrícolas, según la FAO. Este fenómeno, que implica la acumulación de sales solubles como sodio, magnesio y calcio en el suelo, restringe la capacidad de las plantas para absorber agua y nutrientes esenciales para su desarrollo. Además, prácticas inadecuadas en el manejo de los suelos agrícolas, como el riego excesivo sin un control apropiado, la deforestación y la urbanización, agravan esta problemática. Investigaciones científicas han demostrado que una irrigación incorrecta puede conducir a la concentración de sales en el suelo debido a la evaporación del agua, lo que, a su vez, impacta negativamente en la productividad de los cultivos.

Con el cambio climático alterando los patrones de precipitación y elevando las temperaturas, la salinidad está en expansión, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria mundial y afectando cultivos fundamentales en diversas regiones. Este contexto de sobreexplotación y manejo inadecuado de los recursos hídricos no solo intensifica el estrés salino, sino que también contribuye a la degradación del suelo, un fenómeno ampliamente documentado que compromete su capacidad de regeneración y tiene repercusiones directas en la biodiversidad y los ecosistemas1.

Impacto de la sal en el desarrollo de las plantas. Salinidad suelo
Impacto de la sal en el desarrollo de las plantas. Fuente: Global map of salt-affected soils. GSASmap v1.0. 2021 Roma. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El aumento de la salinidad representa uno de los retos más apremiantes en la agricultura contemporánea. Sin embargo, la comunidad científica está enfrentando este problema de manera proactiva, desarrollando soluciones innovadoras. En este contexto, la secuenciación de nueva generación (NGS, por sus siglas en inglés) se destaca como una tecnología prometedora. Los avances en NGS han permitido a los investigadores examinar los genomas de las plantas con una precisión notable, facilitando la identificación de genes clave relacionados con la resistencia al estrés salino. La combinación de NGS con estudios genéticos ha impulsado el progreso en la mejora de cultivos a través de la ingeniería genética, con el objetivo de transferir características de tolerancia a la sal desde plantas halófilas, resistentes a altas concentraciones de sal, hacia cultivos más sensibles2. Este enfoque representa una vía estratégica clave para desarrollar cultivos más resilientes al estrés salino, contribuyendo así a mejorar la productividad agrícola en suelos afectados y a garantizar la seguridad alimentaria en el futuro.


Asimismo, la secuenciación de ADN de nueva generación ha permitido avances significativos en el estudio de la microbiota del suelo, un conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, actinobacterias y otros microorganismos) que habitan en él y que desempeñan un papel crucial en la salud del suelo y en el desarrollo de las plantas3, 4. Los estudios de metagenómica y bioinformática están brindando una perspectiva más clara y profunda sobre la diversidad microbiana presente en los suelos, especialmente en aquellos afectados por salinidad, y de cómo esta microbiota puede influir en la capacidad de las plantas para tolerar condiciones adversas. Un suelo equilibrado y rico en biodiversidad microbiana favorece la resiliencia de las plantas frente a diversas condiciones de estrés, mejorando así la productividad agrícola. Por lo tanto, la comprensión y gestión adecuada de la microbiota del suelo, especialmente en suelos salinos, se presentan como herramientas clave para promover prácticas agrícolas más sostenibles y eficientes.

Proceso de secuenciación de nueva generación a partir de muestras de suelos
Proceso de secuenciación de nueva generación a partir de muestras de suelos (NGS)6. Fuente: DeFord, L., Yoon, JY. Soil microbiome characterization and its future directions with biosensing. J Biol Eng 18, 50 (2024). doi: 10.1186/s13036-024-00444-1.

La microbiota halófila de los suelos salinos juega un papel crucial en la capacidad de las plantas para gestionar el estrés salino. A través de la NGS, se pueden identificar y caracterizar detalladamente los microorganismos presentes en estos suelos, en particular aquellos adaptados a condiciones de alta salinidad. La NGS permite «mapear» la diversidad microbiana, facilitando la identificación de bacterias y hongos específicos que aportan beneficios a las plantas, así como su potencial metabólico. Existen microorganismos, incluyendo ciertos hongos y bacterias, capaces de producir compuestos bioactivos que actúan como barreras protectoras para las raíces de las plantas, atenuando los efectos adversos de la salinidad5, 6. Este enfoque molecular ofrece nuevas oportunidades para el desarrollo de inoculantes microbianos basados en estos microorganismos beneficiosos, que podrían aplicarse directamente en suelos salinos con el fin de aumentar la productividad agrícola de manera más sostenible y resiliente. De este modo, el uso de estas tecnologías permite minimizar la dependencia de productos químicos que, aunque efectivos en algunos casos, pueden tener repercusiones negativas en los ecosistemas y la salud humana.



Este enfoque, que combina el estudio de la microbiota del suelo con tecnología NGS, no solo ofrece una estrategia más eficiente para abordar la salinidad, sino que también promueve prácticas agrícolas sostenibles al fomentar la salud del suelo a largo plazo y minimizar el impacto ambiental. En este sentido, la microbiota del suelo se presenta como un aliado crucial para afrontar uno de los mayores retos agrícolas del siglo XXI.

Desde nuestro laboratorio en CARTIF, contamos con las capacidades tecnológicas y el conocimiento necesario para estudiar y caracterizar tanto la microbiota del suelo como su interacción con las plantas bajo condiciones de estrés salino. A través del uso de herramientas de secuenciación de nueva generación (NGS), análisis bioinformáticos y ensayos moleculares, podemos identificar microorganismos beneficiosos que favorezcan la salud del suelo y la resiliencia de los cultivos, contribuyendo así al desarrollo de prácticas agrícolas más sostenibles y adaptadas a los desafíos ambientales actuales.


1 Global status of salt-affected soils, Foro Internacional del Suelo y el Agua. 2024 Bangkok. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

2 Singh AK, Pal P, Sahoo UK, Sharma L, Pandey B, Prakash A, Sarangi PK, Prus P, Pașcalău R, Imbrea F. Enhancing Crop Resilience: The Role of Plant Genetics, Transcription Factors, and Next-Generation Sequencing in Addressing Salt Stress. Int J Mol Sci. 2024 Nov 22;25(23):12537. doi: 10.3390/ijms252312537.

3 Frąc M, Hannula SE, Bełka M, Jędryczka M. Fungal Biodiversity and Their Role in Soil Health. Front Microbiol. 2018 Apr 13;9:707. doi: 10.3389/fmicb.2018.00707.

4 Mishra A, Singh L, Singh D. Unboxing the black box-one step forward to understand the soil microbiome: A systematic review. Microb Ecol. 2023 Feb;85(2):669-683. doi: 10.1007/s00248-022-01962-5.

5 Pérez-Inocencio J, Iturriaga G, Aguirre-Mancilla CL, Vásquez-Murrieta MS, Lastiri-Hernández MA, Álvarez-Bernal D. Reduction in Salt Stress Due to the Action of Halophilic Bacteria That Promote Plant Growth in Solanum lycopersicum. Microorganisms. 2023; 11(11):2625. doi:10.3390/microorganisms11112625.

6 Adomako MO, Roiloa S, Yu FH. Potential Roles of Soil Microorganisms in Regulating the Effect of Soil Nutrient Heterogeneity on Plant Performance. Microorganisms. 2022 Dec 3;10(12):2399. doi: 10.3390/microorganisms10122399.

El apagón del 28-A y las lecciones pendientes de la transición energética

El apagón del 28-A y las lecciones pendientes de la transición energética

En marzo de 2024 estuve en una jornada sobre tecnologías de la información durante la cual una persona de REE afirmó que en el futuro no podremos dar por sentada la seguridad del suministro de electricidad. Esta persona no explicó el porqué de semejante afirmación, pero no creo que estuviera pensando en un apagón catastrófico como el que sufrimos el 28 de abril de 2025 en España. Por el contexto de la jornada, es posible que quisiera decir que, en un sistema eléctrico basado exclusivamente en generación renovable, podrá haber momentos en los que la generación disponible no logrará cubrir toda la demanda sin que eso supusiera la caída de todo el sistema eléctrico. En cualquier caso, esa hipotética situación está relacionada con la que algunos consideran que es, si no la causa del apagón, al menos, su marco. Me refiero a la falta de inercia en el sistema eléctrico.

Desde hace años se vienen publicando artículos de investigación en los que se caracteriza la inercia y se estudia cómo ha ido disminuyendo a medida que aumenta la penetración de energías renovables. Esto no ha ocurrido solo en España, también ha ocurrido en todos los países que están introduciendo energías renovables de manera significativa. Los famosos 50 Hz de la red, que vemos en las placas de características de cualquier aparato doméstico, tienen su origen en el giro de los rotores de los alternadores de las centrales hidroeléctricas, térmicas y nucleares que, gracias a su masa, tienen la inercia que les permite compensar variaciones repentinas y transitorias de la frecuencia. A medida que este tipo de generadores pierden peso en la generación de electricidad también desaparecen las fuentes físicas de los 50 Hz y el sistema se vuelve más vulnerable a las inestabilidades que pueden alterar esa frecuencia. La misma Redeia admitía en su Informe de Gestión Consolidado del ejercicio 2024 el riesgo que esta situación supone para la capacidad de balance del sistema eléctrico. Esto debería hacernos pensar que la transición hacia un sistema eléctrico basado solo en energías renovables no puede consistir solo en instalar más y más capacidad de generación renovable.

Placa características electrodoméstico. Fuente: https://www.siemens-home.bsh-group.com/es/servicio-oficial/servicio-de-reparaciones/enr-y-fd-de-un-electrodomestico

Las fuentes de energía renovables, tanto la eólica como la fotovoltaica, utilizan convertidores electrónicos de potencia. Estos convertidores están pensados para verter la energía a una red bien constituida con sus esperados 50 Hz. Son convertidores que siguen a la red. Por esa razón, si detectan que la red es inestable se desconectan de ella. Esto es lo que pudo pasar el 28 de abril cuando, según ENTSO-e, la frecuencia cayó a 48 Hz. A diferencia de los convertidores convencionales, existen otros capaces de generar inercia sintética, es decir, mediante dispositivos y técnicas de control adecuadas, es posible que los convertidores reaccionen en milisegundos a cambios en la frecuencia de la red e imitar así la respuesta de un generador con inercia natural. De esta manera, la generación renovable podría contribuir a la estabilidad de la red. Este tipo de convertidores también pueden conseguir el mismo efecto con baterías, de manera que las baterías no solo almacenarían los excedentes renovables, sino que también contribuirían a la estabilidad de la red. Pero para que este tipo de convertidores se desarrollen comercialmente es necesario que la normativa los contemple. La Unión Europea puso en marcha en 2022 el procedimiento para iniciar la revisión de los códigos de red correspondientes, pero es un proceso que requiere años hasta que finalmente cada país los integra en su normativa. También será necesario modificar la normativa para que las baterías puedan acceder a todos los servicios relacionados con la estabilidad de la red.

No se puede olvidar que la demanda también puede contribuir a la estabilidad de la red. En España ya se ha activado cuatro veces el servicio de respuesta activa de la demanda (SRAD) a través del cual el operador del sistema solicita la desconexión de las cargas de aquellos consumidores que voluntariamente participan en el servicio y que reciben una remuneración a cambio de su flexibilidad. Pero las condiciones para participar dejan fuera a muchos posibles participantes. Es necesario rebajar la potencia mínima o permitir la agregación de consumidores y aumentar la frecuencia de las subastas para facilitar la incorporación de más potencia al servicio. Parece que todas estas ideas ya están sobre la mesa y podrían ser una realidad pronto. En la misma línea, el anunciado mercado de capacidad puede tener un papel importante en la estabilidad del sistema. En este mercado podrá participar tanto la generación, como el almacenamiento y la demanda. Parece que se va a permitir la agregación, lo que podría abrir las puertas a los consumidores pequeños, como los domésticos, y sacar provecho de la flexibilidad de su demanda en beneficio propio y del sistema.


Para terminar, para lograr transformar el sistema eléctrico, además de todo lo citado, habrá que tender nuevas líneas en los lugares más saturados y mejorar la monitorización de la red. No es suficiente con llenar miles de hectáreas con paneles y aerogeneradores. Y queda en pie una pregunta importante: cómo financiar todo esto.

De la ambición a la acción: evolución de la Misión Europea de Ciudades

De la ambición a la acción: evolución de la Misión Europea de Ciudades

En 2022, la Comisión Europea lanzó una de sus iniciativas más ambiciosas: la Misión de Ciudades inteligentes y climáticamente neutras para 2030. En esta misión, 112 ciudades fueron seleccionadas de entre 377 candidatas para liderar la transición hacia la neutralidad climática y alcanzarla en 2030, 20 años antes que el objetivo global marcado para todo el continente en el Pacto Verde Europeo. Entre ellas, se encuentran 7 ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Valladolid, Vitoria y Zaragoza.

La Misión introdujo una lógica orientada a resultados, con los Contratos Climáticos de Ciudad (CCC) como herramienta central que permite articular tres pilares necesarios para conseguir esta transformación: compromiso político, hoja de ruta técnica y mecanismos de financiación integrados.



Tres años después de su lanzamiento, y en el contexto de la reciente Conferencia de la Misión1Aprovechar los éxitos de las ciudades: impulsar la acción climática para 2030”, celebrada en Vilnius (Lituania) del 6 al 8 de mayo, que sirvió como punto de encuentro clave para las ciudades misión, sus socios tecnológicos y la Comisión Europea, es oportuno analizar los avances. Desde CARTIF, como socio activo en varios proyectos vinculados a la Misión, hemos vivido de cerca esta evolución de la visión inicial a la implementación actual que podemos resumir echando un vistazo a los proyectos de la misión en los que trabajamos:

NETZEROCITIES (GA 101036519), plataforma que da apoyo a la implementación de la misión, actúa como su eje metodológico, aportando asistencia técnica, el apoyo a las “ciudades pioneras” y el desarrollo de herramientas para la innovación urbana (varias diseñadas y desarrolladas por CARTIF como socio tecnológico del proyecto) que están ayudando a consolidar un enfoque común para todas las ciudades participantes, más allá de los proyectos individuales. En este contexto, destaca también el papel de CapaCITIES (GA 101056927), del que CARTIF también es parte, y que actúa como catalizador para reforzar las capacidades institucionales, técnicas y de gobernanza de las ciudades, replicando el concepto de plataforma de implementación de la misión en contextos nacionales.


En NEUTRALPATH (GA 101096753), proyecto coordinado por CARTIF, trabajamos con Zaragoza y Dresde para desarrollar barrios o distritos de energía positiva (PEDs), capaces de producir más energía de la que consumen como uno de los elementos fundamentales para mejorar la eficiencia energética, reducir las emisiones y por tanto, alcanzar la neutralidad climática. Esta transformación requiere soluciones integradas en eficiencia energética, energías renovables, almacenamiento, digitalización y participación ciudadana. El proyecto está demostrando que el enfoque a escala de barrio puede ser no solo viable, sino replicable, y clave para alcanzar la neutralidad climática urbana.


En ASCEND (GA 101096571) , donde CARTIF participa como socio, colaboramos con las ciudades de Lyon y Múnich en la demostración acelerada de soluciones urbanas integradas y escalables, también asociadas al concepto de distritos de energía positiva (PED). Nuestro papel se centra en el diseño de herramientas de planificación y seguimiento del impacto climático, que permiten a las ciudades tomar decisiones fundamentadas y adaptativas. ASCEND busca no solo probar tecnologías, sino orquestarlas en ecosistemas urbanos reales, con ambición de escalado.


Por último, en MOBILITIES FOR EU (GA 101139666), coordinado por CARTIF, colaboramos con Madrid y Dresde en la demostración de soluciones de movilidad eléctrica y autónoma, conectadas a infraestructura energética renovable y redes urbanas inteligentes como sistemas avanzados 5G. Nuestro enfoque combina tecnología, análisis sistémico y modelos de negocio para acelerar la adopción de soluciones limpias en la movilidad de personas y mercancías.


La conferencia de Vilnius ha puesto de relieve que la Misión ya no es una promesa, sino una red de ciudades en plena transformación. Desde CARTIF, en primera línea de la implementación de la misión, reafirmamos nuestro compromiso con esta visión: poner la innovación al servicio de ciudades y las empresas para que sean más sostenibles, justas y resilientes.

Estos proyectos están financiados por el programa de investigación e innovación Horizonte Europa.


1 Cities Mission Conference “Harnessing City Successes: Advancing Climate Action for 2030”

Cambio climático y el efecto isla de calor urbana: ¿Cómo nos afecta?

Cambio climático y el efecto isla de calor urbana: ¿Cómo nos afecta?

Cuando llega el verano y las temperaturas comienzan a ser más elevadas, es frecuente hacerse la siguiente pregunta: ¿por qué hace más calor en el centro de una ciudad que en un área edificada de un entorno rural?

La respuesta resulta sencilla: es debido al efecto de la isla de calor urbana

La isla de calor urbana es un fenómeno climático local que provoca que el entorno construido presente temperaturas significativamente más altas que las zonas circundantes. Este efecto se intensifica especialmente durante la noche y en las épocas más cálidas del año como el verano. La aparición de este fenómeno genera efectos negativos tanto a la salud como a la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, pero también tiene un impacto considerable sobre la vegetación y en general sobre el medio ambiente urbano, contribuyendo de forma muy notable a incrementar los efectos del cambio climático.



El origen de la isla de calor urbana radica en las propias características del entorno construido. Materiales como el asfalto, el hormigón y el ladrillo absorben la radiación y retienen calor durante el día y lo liberan lentamente por la noche evitando que se regule la temperatura. Este problema, se suele acrecentar cuando la vegetación urbana es reducida o escasa, cuando el diseño y orientación de las calles limita la circulación del aire y por tanto la evacuación del calor acumulado por el día, y la existencia de fuentes de emisión antropogénica, es decir, calor procedente de vehículos, industrias y sistemas de climatización. Todo ello contribuye a que, en promedio, la temperatura en el centro de una ciudad pueda ser varios grados más elevada que su periferia o en los entornos rurales.


En primer lugar, destaca su impacto sobre la salud ya que las altas temperaturas pueden provocar malestar general, problemas respiratorios, insolaciones, deshidratación, cansancio e, incluso, aumentar la mortalidad por el efecto de golpes de calor1. En segundo lugar, cabría mencionar la necesidad de un mayor consumo de energía por las necesidades de refrigeración, lo cual suele ir asociado a un aumento del precio de la electricidad. En tercer lugar, la isla de calor urbana contribuye a un empeoramiento de la calidad del aire agravando el problema del efecto invernadero. Finalmente, habría que poner de manifiesto el impacto económico que ocasiona, pudiendo llegar a duplicar las pérdidas previstas por el cambio climático.


Fundamentalmente, destacan estrategias como el incremento de superficies vegetales y cuerpos de agua (infraestructura verde y azul), donde destacan la plantación de árboles y la creación de parques urbanos para ayudar a regular la temperatura del entorno, o las cubiertas verdes y jardines verticales que al revestir los edificios con vegetación mejoran el aislamiento térmico y reducen la temperatura en superficie. También, destacan estrategias como el uso de materiales reflectantes (alto albedo)que permiten reflejar la luz solar en lugar de absorberla para así contribuir significativamente a reducir la acumulación de calor. Sin embargo, una de las medidas más eficientes, es la adecuada planificación urbana a través de estrategias que integren las condiciones climáticas en el diseño del entorno construido, como el fomento de una densidad equilibrada para asegurar eficiencia energética, acceso a servicios y espacios abiertos sin generar hacinamiento térmico, el fomento de calles y espacios públicos alineados con los vientos predominantes, permitiendo la ventilación natural reduciendo a su vez el efecto de cañón térmico asociado a calles estrechas. Por último, cabe destacar también las estrategias de movilidad sostenible, ya sea mediante el diseño de ciudades caminables, con acceso al transporte público y medios no motorizados, como el fomento del vehículo eléctrico que ayude a reducir el calor emitido por los motores.

Aunque las grandes transformaciones urbanas que pueden generar impactos muy visibles frente a la isla de calor urbana requieren decisiones de gobiernos en colaboración con expertos en planificación urbana, cada ciudadano puede contribuir con su pequeño granito de arena a reducir el impacto de la isla de calor urbana. En este sentido, cabe destacar pequeñas acciones como plantar árboles en patios y jardines, optar por pinturas de colores claros para cubiertas y fachadas de las viviendas, reducir el consumo de energía a través de la regulación del confort térmico de la vivienda, utilizar más el transporte público, caminar o utilizar la bicicleta. Todas estas medidas, pueden contribuir notablemente a la disminución del calor acumulado en el entorno urbano. La acción conjunta que integre pequeñas acciones individuales y grandes iniciativas colectivas, se puede presentar como la forma más eficiente de mitigar la isla de calor urbana la cual, es considerada como uno de los retos más importantes de la urbanización moderna.

Desde CARTIF, trabajamos para ayudar a las diferentes administraciones públicas en el desarrollo de soluciones, planes y estrategias de adaptación frente al cambio climático y sus efectos. Cabe destacar el proyecto en el que trabajamos junto a GEOCYL Consultoría S.L. y la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León (CENCYL_ISLACALOR) en el que se ha trabajado en la cuantificación del efecto isla de calor urbana en tres ciudades españolas (Valladolid, Salamanca y Ciudad Rodrigo) y cinco portuguesas (Almeida, Aveiro, Coimbra, Guarda y Viseu) de la red CENCYL, en las que además, se evaluó el impacto ocasionado por el aumento de las temperaturas y se definieron indicadores relevantes para su monitorización. Para ello, se ha trabajado con imágenes Sentinel 2 y Sentinel 3 definiendo mapas de alta resolución (10 metros) para la temperatura diurna y nocturna en superficie, la cual se ha integrado en un análisis de decisión multicriterio para definir con detalle las áreas con mayor carga térmica a nivel de la ciudad. Además, en los proyectos CLIMRES e INHERIT trabajamos en el desarrollo de servicios climáticos para contribuir a disminuir los efectos del aumento de las temperaturas sobre el sector edificatorio y el patrimonio respectivamente.


1 En 2022 los desastres naturales en España han ocasionado 45 fallecidos, de los cuales el 45% se ha producido por altas temperaturas. (Fuente: Fundación Aon España a partir de datos del Ministerio del Interior (2023))

El reto oculto de la energía eólica: ¿qué hacemos con las palas de aerogeneradores?

El reto oculto de la energía eólica: ¿qué hacemos con las palas de aerogeneradores?

Hoy quiero hablaros de un problema del que cada vez se habla más, pero que aún sorprende a muchas personas: ¿qué pasa con las palas de los aerogeneradores cuando ya no sirven? Porque sí, también se “jubilan”, y cuando lo hacen, generan un residuo difícil de gestionar.

Todos estamos de acuerdo en que la energía eólica es una maravilla. Es limpia, renovable y una gran aliada contra el cambio climático. Pero, como casi todo en esta vida, también tiene su cara B. Lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en un aerogenerador son esas enormes palas girando con el viento para darnos electricidad sin contaminar. Y sí, eso es fantástico… mientras están en funcionamiento. El problema llega cuando estas palas llegan al final de su vida útil y hay que deshacerse de ellas. Entonces, lo que era una solución brillante, se convierte en un quebradero de cabeza. Y muy grande. Porque estas palas están diseñadas para resistirlo todo: viento, lluvia, sol, nieve… Por eso son ligeras y muy resistentes, gracias a los materiales con los que están construidas: materiales compuestos (fibra de vidrio y resinas) y madera de balsa. El inconveniente es que, precisamente por esos materiales resistentes, no son nada fáciles de reciclar. Y claro, la pregunta es inevitable: ¿qué hacemos con ellas?

Para que os hagáis una idea del tamaño del problema, solo en España, a finales de 2024, había 1.371 parques eólicos repartidos en 828 municipios, con nada menos que 22.210 aerogeneradores y más de 65.000 palas instaladas1. Y ojo, porque casi un 35% de esos aerogeneradores se pusieron en marcha antes de 2002, lo que significa que ya han superado los 20 años de vida útil, que suele estar entre 15 y 25 años. En otras palabras, en los próximos años nos enfrentamos a una auténtica avalancha de palas que habrá que desmontar y gestionar.



¿Y si miramos más allá de nuestras fronteras? En Europa, se estima que para 2050, el volumen de residuos de palas generará más de 2 millones de toneladas al año, y que el total acumulado podría alcanzar los 43 millones de toneladas2. Todas esas toneladas se entienden mejor si recordamos que una sola pala puede medir más de 50 metros y pesar alrededor de 6 toneladas. ¡Casi nada! Toneladas y toneladas de palas que no podemos simplemente esconder bajo la alfombra (o más bien en el vertedero). Y no, obviamente esa no es una buena opción, ni es sostenible. Y lo más preocupante: todavía no existe una solución generalizada para todo ese material.


Y aquí es donde entra nuestro trabajo. En CARTIF, hemos estado trabajando precisamente en esto, en buscarle una segunda vida a estas palas. Uno de los proyectos en los que he participado se llama LIFE REFIBRE, y en él hemos desarrollado un equipo para reciclar mecánicamente estas palas. Lo que hacemos es triturarlas en condiciones muy controladas para recuperar la fibra de vidrio que contienen. ¿Y qué hacemos con esa fibra? Pues la hemos incorporado en mezclas asfálticas para carreteras. ¡Y funciona! Aporta propiedades extra que mejoran la durabilidad del firme. Así no solo evitamos que ese residuo acabe en el vertedero, sino que además damos un valor añadido a las carreteras, siendo un claro ejemplo de economía circular.

Lo interesante es que no hay una única forma de reciclar estas palas. Además del reciclado mecánico, en CARTIF también hemos investigado otras vías más avanzadas y prometedoras, como la pirólisis y el reciclado químico. La pirólisis es un proceso térmico en el que se calientan las palas en ausencia de oxígeno, lo que permite descomponer las resinas sin quemarlas. En este proceso se obtienen gases, líquidos y fibras de vidrio. Los gases y líquidos pueden valorizarse energéticamente, y las fibras de vidrio quedan prácticamente libres de resina. En CARTIF hemos trabajado en optimizar las condiciones del proceso para maximizar la recuperación de fibra con sus propiedades mecánicas lo más intactas posible. Por otro lado, el reciclado químico consiste en aplicar reactivos específicos para degradar las resinas de forma selectiva y así separar las fibras de vidrio sin dañarlas y conservando mejor sus propiedades estructurales. Esto permite reutilizarlas en aplicaciones de mayor valor añadido, como nuevos materiales compuestos, componentes para automoción, etc. Ambas técnicas presentan retos, como la eficiencia energética, la recuperación de subproductos o la escalabilidad industrial, pero su potencial es enorme. Al obtener las fibras de vidrio sin resina, se abre la puerta a reutilizarlas en productos mucho más exigentes. En CARTIF seguimos investigando estas vías porque creemos firmemente que el futuro pasa por soluciones que no solo eviten el vertedero, sino que transformen un residuo complejo en un recurso valioso.

Lo importante es no mirar hacia otro lado y pensar en lo que pasa cuando el molino deja de girar. Porque las palas no son de usar y tirar, ni de enterrar con disimulo. También merecen una segunda vida, y por eso necesitamos soluciones que sean sostenibles de verdad y circulares. Y, desde mi experiencia, os aseguro que se pueden encontrar. Porque sí, las palas también tienen derecho a una jubilación digna… y sostenible.


1 Asociación eólica española / Anuario Eólico 2024. La voz del sector

2 Wind energy in Europe / 2024 Statistics and the outlook for 2025-2030