NIRS: No hablemos de «nuevas tecnologías» sino de buenas aplicaciones

NIRS: No hablemos de «nuevas tecnologías» sino de buenas aplicaciones

¿Y si tuviéramos una herramienta que pudiéramos llevar en el bolsillo y que nos permitiera controlar la calidad de los productos alimenticios en cualquier punto de su producción?

Pues muy señor@s mi@s, ¡¡¡la tenemos!!! Parece un anuncio vendiendo la panacea, lo sé, pero es que no voy más allá de la realidad… hablo de la tecnología de Espectroscopia de infrarrojo cercano, conocida como NIRS (Near Infrared Spectroscopy, por sus siglas en inglés), que lleva en nuestras vidas más de 30 años y, por fin, estamos apuntando bien aplicándola en lugares y momentos que nos pueden sacar de muchos aprietos en nuestro día a día dentro del sector agroalimentario, ¡pues démosle el trato que se merece!

NIRS portátil con muestra del proyecto CARNIQUS

Bueno, siendo rigurosos con esta tecnología, el análisis de infrarrojo cercano es una técnica instrumental en el campo de la espectroscopia molecular, que necesita del tratamiento quimiométrico de los datos obtenidos, debido a que la señal obtenida en el infrarrojo cercano es tan compleja que las bandas del espectro son difíciles de interpretar. Y aquí empezamos con los términos complicados… ¿¿quimiometría?? Pues sencillamente, técnicas estadísticas a las que hay que aplicar la lógica, un buen sentido común y mucha química!!!

La metodología seguida empleando la espectroscopía NIR nos conduce a través de análisis dirigidos a la caracterización de los productos mediante la cuantificación de parámetros analíticos que nos resulten de interés o que sean críticos para llevar un control de calidad tanto de las materias primas como de los productos durante su procesado o del producto final.

Además, otra de las aplicaciones de esta técnica es que es capaz de discriminar los productos siguiendo los estándares de calidad marcados por la propia empresa en cada momento del procesado. En este caso, se trata de modelos de clasificación (no dirigidos) que te permiten identificar o detectar que algo ha cambiado en el producto, pudiendo deberse a algún cambio en las materias primas (diferencias en la composición nutricional), cambios entre lotes (que pueden afectar al producto final), problemas en producción (dosificaciones de los ingredientes) e incluso si hay alguna adulteración en algún ingrediente empleado o una posible contaminación en su elaboración.

La verificación de un proceso productivo depende generalmente de los resultados obtenidos en un laboratorio a través de métodos analíticos largos y costosos, lo que implica tiempos de respuesta “no inmediatos”. La tecnología NIRS es una herramienta de análisis que nos permite llevar la trazabilidad en cualquier punto y a lo largo de toda la cadena de producción y, por tanto, nos proporciona importantes ventajas en la toma de decisiones o detección de problemas in situ.

Hoy en día, ya se dispone de equipos portátiles no mucho mayores que un smartphone, capaces de analizar multitud de productos con solo seleccionar el modelo adecuado en cada momento. Aunque, todo hay que decirlo, estos modelos han de ser meticulosamente desarrollados por personal experto en la tecnología y para eso estamos aquí los centros de investigación, como CARTIF.

Ya son casi 15 años desde que me crucé con esta tecnología gracias a una colega que trabajaba con ella y fue por puro convencimiento que tomé el testigo de esta gran técnica con la que sigo avanzando, aprendiendo y trabajando, para que las empresas, especialmente el sector agroalimentario, la conozcan y se aprovechen de todas sus bondades.

La Segunda Revolución Verde, o cómo la agrigenómica está transformando la agricultura

La Segunda Revolución Verde, o cómo la agrigenómica está transformando la agricultura

En los años 60, el biólogo americano Norman Borlaug creó, mediante técnicas de mejora vegetal selectiva, una variedad enana de trigo que emplea la mayor parte de su energía en producir granos en vez de tallos. Este trabajo le llevaría a ganar el premio Nobel de la Paz en 1970, y junto con el de otros muchos científicos, forma parte de lo que hoy conocemos como la primera Revolución Verde. En la revolución verde se utilizaron varios tipos de tecnologías que incluyen modernos proyectos de irrigación, pesticidas, fertilizantes sintéticos nitrogenados y otras técnicas de mejora genética vegetal. Los resultados fueron obvios: desde la década de 1960 hasta la de 1990, el rendimiento del arroz y el trigo en Asia se duplicó. Aunque la población del continente aumentó un 60%, los precios de los cereales bajaron, el asiático medio consumió casi un tercio más de calorías y la tasa de pobreza se redujo a la mitad. Actualmente, las Naciones Unidas prevén que en 2050 la población mundial crecerá en más de 2.000 millones de personas. La mitad nacerá en el África subsahariana, y otro 30% en el sur y sudeste asiático.

Sin embargo, si algo hemos aprendido en las últimas décadas es que las técnicas que tanto éxito tuvieron en su momento no han sido precisamente lo mejor para el planeta. El uso intensivo de fertilizantes y pesticidas ha contribuido a la degradación del suelo y la contaminación del agua. La adopción de monocultivos, centrados en unas pocas variedades de alto rendimiento, y la erosión genética asociada a los procesos de selección de los cultivos, han provocado la pérdida de biodiversidad y una mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades.

Ejemplares de chopo Lombardo (P. nigra cv ´Italica`) resistentes (izquierda) y susceptibles (derecha) a la infección por Melamsora sp (roya del chopo), un patógeno común en el género. Fuente: Bárbara Díez Rodríguez

La revolución también exarcebó las desigualdades sociales, ya que los pequeños agricultores tuvieron dificultades para acceder a las nuevas tecnologías, lo que creó disparidades en las prácticas agrícolas. La expansión de las tierras agrícolas para aumentar la producción ha contribuido a la deforestación y a cambios en el uso de la tierra. La Segunda Revolución Verde representa un esfuerzo contemporáneo por mejorar aún más la productividad, la sostenibilidad y la resistencia de la agricultura mediante la integración de tecnologías avanzadas, innovaciones científicas y prácticas sostenibles. Y aquí es donde entra en juego la agrigenómica.

En términos sencillos, la agrigenómica es un campo de investigación aplicada que se centra en la comprensión y aplicación de la información genética para mejorar diversos aspectos de la producción agroforestal y ganadera. Los macrodatos y la tecnología desempeñan un papel crucial, ya que proporcionan las herramientas y la infraestructura necesarias para gestionar, analizar y extraer información de grandes cantidades de datos genéticos, agrícolas y forestales. Con la llegada de las tecnologías de secuenciación del ADN de alto rendimiento (high-throughout DNA sequencing), la capacidad de descifrar toda la composición genética de los cultivos está a nuestro alcance.

Sistema de secuenciación de nueva generación (NGS) ubicado en los laboratorios de CARTIF, que combina la tecnología de semiconductor complementario de óxido metálico (CMOS) con la exactitud del proceso químico de secuenciación por síntesis (SBS) de Illumina. Fuente: Raúl Sánchez Francés

Esta afluencia de datos genómicos, combinada con herramientas bioinformáticas avanzadas (por ejemplo, pipelines de análisis de datos), permite a los investigadores identificar genes clave asociados a rasgos deseables como el rendimiento, la resistencia a enfermedades y la tolerancia al estrés. Además, las tecnologías de agricultura de precisión, que incluyen sensores, drones e imágenes por satélite, permiten recopilar datos en tiempo real sobre la salud de los cultivos, las condiciones del suelo y los factores medioambientales. Toda esta información nos permite optimizar las prácticas agroforestales, incluido el uso preciso y selectivo de fertilizantes, pesticidas y recursos hídricos en función de las características genéticas de los cultivos. También podemos investigar el papel de microorganismos como las bacterias y los hongos del suelo, para promover la salud del suelo, el ciclo de los nutrientes y las interacciones planta-microbio; o utilizar técnicas tradicionales de mejora genética, junto con herramientas modernas como la selección asistida por marcadores, para desarrollar cultivos con características mejoradas como un mayor rendimiento, mejor contenido nutricional y mayor resistencia a enfermedades.

En definitiva, la agrigenómica se alinea con los principios agroecológicos al proporcionar herramientas para comprender y aprovechar la diversidad genética y la adaptabilidad de los cultivos y el ganado. Estos conocimientos contribuyen al desarrollo de sistemas agrícolas resilientes, eficientes en el uso de los recursos naturales y sostenibles desde el punto de vista medioambiental, que dan prioridad a la biodiversidad, la adaptación local y la reducción de la dependencia de productos químicos nocivos.

Día Mundial de la Alimentación; con alma de agua

Día Mundial de la Alimentación; con alma de agua

Hoy 16 de octubre, celebramos una vez más una fecha muy importante para todos y cada uno de los seres vivos del planeta; el Día Mundial de la Alimentación. En esta ocasión, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) rinde homenaje a un preciado recurso esencial para la vida; el AGUA.

El agua es vida, como reza el lema de la celebración de este año.

Es una fuerza motriz para personas, economía y naturaleza y es el alma de los alimentos. El aseguramiento de la alimentación y la correcta nutrición son términos que están intrínsecamente unidos a los ecosistemas, donde sin agua no hay vida, ni se cumplen las funciones fundamentales, ni la productividad, aspectos cruciales para los sistemas alimentarios.

El agua y los sistemas alimentarios están ligados de una manera profunda a través de las actividades relacionadas con la producción, el procesado, la distribución, preparación y consumo de los alimentos dentro de un amplio y complejo contexto socio-económico, político y medioambiental.

Los alimentos que comemos y su forma de producción afectan al agua. De hecho, si pensamos en los alimentos que comemos, el 95% de ellos se producen con la combinación de agua y tierra. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el agua apta para beber, para la agricultura y la mayoría de los usos industriales, denominada agua dulce, comprende solamente el 2,5 % del total. Sorprendentemente, solo el sector agrícola consume más del 70 % del suministro de agua dulce disponible en el mundo. Y aquí viene una noticia preocupante: debido al crecimiento poblacional, la urbanización y el desarrollo económico, se espera que, para 2050, la demanda mundial de agua para esta actividad aumente un 35 %. Esta problemática ya es una realidad; de acuerdo con la FAO, 3.2 billones de personas viven en áreas agrícolas con alto o muy alta escasez de agua.

#nodejaranadieatrás; El agua es vida. El agua nutre. Sin embargo, 2.400 millones de personas viven en países en los que se sufre estrés hídrico y, aproximadamente, el 10 % de la población mundial vive en países con estrés alto y crítico.

En el caso de los alimentos procedentes de la pesca y acuicultura, cuya importancia para la dieta es elevada por su composición en nutrientes esenciales, como ácidos grasos omega 3, vitaminas y minerales, la dependencia por el agua es aún mayor. De acuerdo con los datos de la FAO; al menos 600 millones de personas dependen de los sistemas alimentarios acuáticos.

Además de las necesidades en cuanto a cantidad de agua, la calidad del agua también se está viendo afectada por el cambio climático y las enfermedades relacionadas con ello y con los alimentos en las regiones donde se producen eventos extremos de calor.

Relaciones entre el agua y el aseguramiento de la alimentación y nutrición HLPE (2015)

Estos eventos climáticos extremos pueden afectar a la calidad del agua de varias maneras. Por un lado, el aumento de las temperaturas puede provocar la proliferación de enfermedades relacionadas con el agua y los alimentos, ya que las condiciones cálidas favorecen la reproducción de microorganismos peligrosos. Además, los fenómenos climáticos extremos, como las sequías y las inundaciones, pueden contaminar las fuentes de agua potable y agrícola.

De acuerdo con los datos del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado el pasado mes de julio, el cambio climático tiene un impacto directo en la disminución del aseguramiento de la alimentación y afecta a la disponibilidad de agua, dificultando los esfuerzos para lograr cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible . Además, el calentamiento de los océanos y su acidificación está teniendo efectos adversos sobre la producción de alimentos de origen marino.
En este mismo informe se indica de nuevo la necesidad de frenar el calentamiento global. La limitación de crecimiento del calentamiento a 1,5 ºC reduciría el estrés hídrico y beneficiaria a este recurso.

Fuente: https://www.infobae.com/america/medio-ambiente/2023/08/20/que-es-el-estres-hidrico-que-afecta-a-25-paises-y-cual-es-la-situacion-de-argentina/

Por tanto, el cambio climático, la escasez de agua, la necesidad de producir alimentos para una creciente población, la degradación de los recursos y ecosistemas asociados al agua presentan desafíos significativos. Además, surgen otras dificultades como la creciente competencia por el uso del agua en los diferentes sectores y la falta de mecanismos efectivos para gestionar y proteger los intereses de quienes son más vulnerables. Es cada vez más urgente encontrar una forma sostenible de gestionar el agua, lo que se denomina “aseguramiento del agua”. Esto no sólo mejoraría la eficiencia en la producción de alimentos y rebajaría la tensión en el conflicto entre la creciente demanda de alimentos y los limitados recursos del agua, sino que también garantizaría el acceso a alimentos para todas las personas. En este sentido, el agua desempeña un papel fundamental en el proceso de mejora de nuestros sistemas alimentarios.

Es necesario reducir los factores de estrés hídrico sobre los sistemas alimentarios, ya que esto tiene un fuerte impacto negativo en su funcionamiento.

Es importante el manejo y la gestión del agua no solo en agricultura, sino también a la hora de abordar el desperdicio de agua y alimentos en todas las fases de la cadena. La falta de datos relevantes entre los diferentes procesos del nexo pone en evidencia una falta de coordinación entre los actores relacionados y es un desafío que debemos abordar de manera integral.

El futuro de la alimentación está en juego, pero no cabe duda de que este necesario cambio de paradigma está íntimamente asociado al futuro de las personas y del planeta, y que es un camino de todos hacia un futuro sostenible como ya contaba nuestra compañera Julia Pinedo en su post Hacia una revolución alimentaria.


El Día Mundial de la Alimentación es un día de celebración y, alrededor de él se organizan multitud de eventos y actividades. Pero, ante todo, es una oportunidad para reactivar nuestra conciencia sobre el hambre y las necesidades planetarias de TODOS los actores que estamos implicados en garantizar un futuro sostenible de la alimentación de las personas y el planeta.

La agricultura actual no es sostenible y compromete el futuro si no incorporamos ejes innovadores y soluciones responsables para asegurar un suministro de alimentos adecuado y sostenible para las generaciones venideras. Nuestro desafío es producir más alimentos y productos agrícolas esenciales con menos agua. Esto implica crear y participar de soluciones integradas para un uso más eficiente y una mejor conservación de los recursos hídricos existentes.
Los desafíos relacionados con el agua son acuciantes en todos los sectores, y alcanzar el equilibrio en la distribución de este recurso requiere de la colaboración de gobiernos, agricultores, investigadores y la sociedad civil. Para satisfacer las necesidades hídricas asociadas a la producción de alimentos, científicos y agricultores aúnan esfuerzos para desarrollar prácticas sostenibles en relación a su uso, como es la construcción de instalaciones para desalinizar, la creación de reservorios, la aplicación de tecnologías que facilitan el ahorro del agua reduciendo la demanda de agua per cápita y mejorando la eficiencia en agricultura.

Los investigadores buscamos nuevas soluciones sostenibles, sociales y económicas para abordar los desafíos del agua y satisfacer nuestras crecientes necesidades. Esto implica considerar las complejas interacciones entre recursos y variables en relación con el agua, la energía, los alimentos y los ecosistemas

Es esencial que nuestras acciones estén ligadas en todo el ciclo del agua y los sistemas alimentarios para mejorar tanto el propio ciclo como la seguridad alimentaria en el contexto de ecosistemas saludables y equilibrados.

La elección de los alimentos que comemos contribuye a su forma de uso. Acciones como el consumo de alimentos locales, de temporada y frescos o la minimización del desperdicio alimentario contribuye a reducir el impacto en el estrés hídrico.

Por ello, en CARTIF trabajamos desde una amplia perspectiva de actuación en los retos asociados con este valioso recurso. Un ejemplo de ello es nuestra actividad en el proyecto FUSILLI en la transformación de los sistemas alimentarios de una forma holística con el objetivo de mejorar la sostenibilidad medioambiental de los mismos a través de acciones relacionadas con el manejo del agua, la reducción del desperdicio alimentario, la desigualdad social en su uso y la evaluación de los usos asociados.

Hacia una revolución alimentaria: UN Food System Summit + Stocktaking Moment

Hacia una revolución alimentaria: UN Food System Summit + Stocktaking Moment

¡La revolución alimentaria ha comenzado y lo ha hecho en Roma! Del 24 al 26 de julio de 2023, la sede la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (Food and Agriculture Organization of the United Nations – FAO) se llenó de esperanza y acción en el evento UN Food System Summit + Stocktaking Moment.

Más de 2.000 participantes de 161 países, incluyendo 22 jefes de Estado y de Gobierno, se unieron a este épico encuentro, junto con más de 100 delegados ministeriales y más de 150 organizaciones de actores no estatales. El objetivo: transformar los sistemas alimentarios para un futuro sostenible. CARTIF, en su compromiso por la transformación del sistema alimentario y en su rol de coordinador del proyecto FUSILLI, estuvo presente en el UN Food System Summit para ir de la mano de las últimas recomendaciones y seguir diseñando proyectos y soluciones innovadoras que ayuden a las empresas, a las ciudades y a la sociedad en general en esta transición hacia un sistema alimentario sostenible.

Aunque se han logrado avances desde el Summit de 2021, aún enfrentamos desafíos apremiantes. ¡Más de 780 millones de personas sufren hambre y un tercio de los alimentos se desperdician! Pero aquí, en el UNFSS+2, nos negamos a rendirnos.

La primera sesión, «Aprovechamiento de la Urbanización para la Transformación de los Sistemas Alimentarios», brilló con ideas innovadoras. La urbanización es una poderosa fuerza impulsora de cambios en el sistema agroalimentario, y las ciudades juegan un papel crucial en la configuración del futuro de la comida.

¿Cómo logramos una revolución alimentaria? Capacitando a las ciudades para liderar el cambio. La inversión en tecnología y soluciones innovadoras es clave para garantizar la sostenibilidad. ¡Es hora de preferir opciones alimentarias más saludables y respetuosas con el medio ambiente! El futuro es ahora. Perú y Marruecos son ejemplos brillantes de mecanismos de gobernanza exitosos. En Perú, los mecanismos de gobernanza a nivel local y municipal han tenido éxito en la promoción de la seguridad alimentaria y la nutrición. Más de 20 acciones directamente relacionadas con las ciudades se han centrado en mejorar la seguridad alimentaria y el bienestar de salud alimentaria. Y Marruecos, un brillante ejemplo de aprovechamiento de la urbanización para la transformación de los sistemas alimentarios, se ha centrado en ser más ecológico, localizando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), siguiendo las iniciativas de los países mediterráneos y adoptando acciones de múltiples partes interesadas. Estos esfuerzos están impulsando un cambio positivo en los sistemas alimentarios y fomentando la sostenibilidad.

Este evento es más que una cumbre, es una llamada a la acción. ¡Es hora de dar un paso adelante hacia sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles! La revolución alimentaria está en marcha, y todos podemos ser parte de ella.

El segundo día, 25 de julio, nos sumergimos en la transformación azul de los sistemas alimentarios. Representantes de diversas partes del mundo se reunieron para abordar los desafíos y oportunidades que rodean a los sistemas alimentarios acuáticos.

Fuente: @FAOenEspanol. Twitter

La creación de una Red de Acción Global para Alimentos Acuáticos Sostenibles fue el corazón de la sesión. ¿El objetivo? Monitorear y asegurar prácticas pesqueras responsables, desarrollar infraestructura, mejorar el acceso al mercado y preservar nuestras fuentes marinas. ¡Los alimentos acuáticos son un tesoro de nutrientes esenciales para la salud humana y la prosperidad!

Noruega y su compromiso con la sostenibilidad de los alimentos acuáticos me dejaron asombrada. Con iniciativas para supervisar y garantizar la sostenibilidad de la acuicultura, preservar los nutrientes y aumentar el consumo de pescado en comunidades marginadas, ¡Noruega lidera el camino hacia un futuro más saludable dentro de la economía azul!

Pero no solo Noruega brilla, Indonesia también presentó su ambicioso Plan de Economía Azul 2025 – 2035. Con amplios recursos marítimos, Indonesia aspira a un crecimiento integrador y sostenible. ¡Los alimentos acuáticos, ricos en proteínas y con una baja huella de carbono, están en el corazón de su visión de un desarrollo responsable!

Sudáfrica y Tanzania también hicieron olas con sus visiones para un futuro sostenible. Sudáfrica se enfocó en erradicar el hambre y proporcionar alimentos nutritivos mediante el uso sostenible de los recursos acuáticos. Mientras tanto, Tanzania destacó la importancia de una economía azul inclusiva y sostenible, abarcando múltiples etapas de producción, procesamiento y consumo.

La Unión Europea (UE) no se quedó atrás, mostrando su dedicación a la agenda azul y enfatizando la colaboración entre todos los actores del sistema alimentario. La UE se compromete a mejorar las infraestructuras, los medios de subsistencia y la conectividad con África para lograr una economía azul próspera.

Durante la sesión «Gobernanza para la Transformación del Sistema Alimentario», se hizo eco de una verdad esencial: la gobernanza es clave para un futuro sostenible. La inclusión, la colaboración y el liderazgo son fundamentales para moldear sistemas alimentarios resilientes en todo el mundo.

Desde el Parlamento del Líbano, se destacó el poder de la legislación como catalizador para iniciativas alimentarias impactantes. Garantizar funciones y responsabilidades claras para todas las partes interesadas es crucial para un consenso y una implementación eficaz.

La colaboración entre las partes interesadas también fue resaltada por el delegado ugandés, quien subrayó que la coordinación y la comunicación son fundamentales para impulsar el cambio en los sistemas alimentarios.

Las iniciativas de financiación para la transformación de los sistemas alimentarios también fueron discutidas, con representantes de Indonesia y Suiza compartiendo sus estrategias. El acceso a financiación y el apoyo a la inversión privada son esenciales para lograr políticas basadas en la evidencia y la sostenibilidad.

Julia Pinedo, investigadora de CARTIF, en UN Systems Summit

Además, se puso énfasis en la importancia de garantizar que las decisiones y políticas tengan en cuenta la perspectiva rural. La inclusión, la transparencia y el acceso a recursos como la tierra y el agua son fundamentales para un cambio transformador.

La digitalización brilló durante la sesión «Digitalización para Sistemas Alimentarios Resilientes». La tecnología, los datos y las soluciones digitales son la clave para acelerar la transformación del sistemas alimentario.

Desde el Foro Económico Mundial, se subrayó que la digitalización supone un cambio de juego. La inteligencia artificial y el análisis en tiempo real son esenciales para el progreso.

Las plataformas de datos también fueron mencionadas como una poderosa herramienta para capacitar a los agricultores con información valiosa y aplicable en tiempo real.

El sector privado demostró su importancia en la configuración de sistemas alimentarios resilientes. Las asociaciones público-privadas, las inversiones responsables y la colaboración son fundamentales para lograr resultados sostenibles.

El gobierno alemán resaltó que incluir la inversión privada es crucial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, se enfatizó la necesidad de actuar de manera responsable y sostenible para garantizar el progreso.

El sector privado también fue incentivado a apoyar la nutrición y priorizar la salud sobre la rentabilidad. La colaboración y la responsabilidad son fundamentales para impulsar un cambio positivo.

En conclusión, los sistemas alimentarios resilientes están a nuestro alcance. Con una transformación azul de los sistemas acuáticos, una gobernanza inclusiva, la digitalización y la participación del sector privado, podemos construir un futuro sostenible y equitativo para todos.

¡El tercer día fue una jornada llena de soluciones, desafíos y próximos pasos para la transformación de los sistemas alimentarios!

En la primera sesión del día, expertos y partes interesadas se reunieron para discutir la «Movilización de Medios para la Implementación de la Transformación de los Sistemas Alimentarios». Se exploraron aspectos críticos para acelerar el progreso hacia sistemas alimentarios más sostenibles. El Banco Mundial presentó una herramienta innovadora llamada «REALTIME 3Fs«, diseñada para apoyar financieramente a las pequeñas y medianas empresas, agricultores y otros actores clave. Esta herramienta aborda cinco pilares esenciales-infraestructura para los sistemas alimentarios, desarrollo agrícola y cadena de valor, protección social, cambio climático y recursos naturales, y nutrición- asegurando que los recursos financieros lleguen a los sectores más vulnerables y se promueva una transformación holística.

No obstante, se identificaron desafíos en la financiación de los sistemas alimentarios, ya que la Ayuda Oficial al Desarrollo mundial destinada a ellos disminuyó en 2021. Esto suscita preocupación sobre la adecuación de los fondos para impulsar cambios integrales. Es aquí donde el papel del sector privado se vuelve fundamental, ya que se espera que invierta en el 50% de los logros de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La inversión en ciencia, innovación y tecnología, así como el fortalecimiento de sistemas de datos y seguimiento, se propusieron como soluciones clave para acelerar la transformación. Además, se destacó la importancia del comercio en la satisfacción de las deficiencias alimentarias globales y el cumplimiento del ODS2 (Hambre Cero). Sin embargo, para lograr una transformación efectiva, se enfatizó la necesidad de una gobernanza adecuada, la participación de todos los actores y una agenda de financiación global que involucre al sector privado.

La sesión de clausura reafirmó la urgente necesidad de movilizar recursos para la transformación de los sistemas alimentarios. Se destacaron varios retos, incluyendo la pandemia de COVID-19, las crisis planetarias y la guerra en Ucrania, que han desestabilizado aún más los sistemas alimentarios y amenazado a poblaciones vulnerables con hambre y malnutrición.

Se instó a una acción concertada y urgente en seis áreas clave para alcanzar el potencial de los sistemas alimentarios: incorporar estrategias alimentarias en políticas nacionales de desarrollo sostenible, gobernanza inclusiva, inversión en investigación e innovación, diseño e implementación participativos, compromiso del sector privado y acceso a financiación.

El Centro de Sistemas Alimentarios de la ONU se centrará en coordinar procesos nacionales inclusivos, y todo el sistema de las Naciones Unidas trabajará para mejorar la coordinación y asociaciones para lograr una transformación real.

En resumen, la transformación de los sistemas alimentarios es un camino colectivo hacia un futuro sostenible. La colaboración entre países, organizaciones y sectores es esencial para lograr cambios significativos y asegurar que nadie se quede atrás. Con un enfoque en la sostenibilidad, al equidad y la responsabilidad mutua, podemos construir sistemas alimentarios más resilientes y justos para todos. ¡El futuro de la alimentación está en nuestras manos!

Proyecto POCTEP INBEC: La bioeconomía circular y sostenible llevada a la cooperación empresarial transfronteriza

Proyecto POCTEP INBEC: La bioeconomía circular y sostenible llevada a la cooperación empresarial transfronteriza

Los retos mundiales a los que nos enfrentamos para lograr una gestión sostenible de los recursos, a la vez que se produce un desarrollo económico, requieren de la estrecha colaboración de todos los actores de una cadena formada por los sectores industriales (negocio), gobiernos e investigación. En este contexto, la Economía Circular ofrece soluciones para cambiar y potenciar la tradicional Economía Lineal y el desarrollo de una Bioeconomía Circular es una oportunidad crucial para el crecimiento sostenible a nivel regional, nacional e internacional, mediante la contribución de todos los sectores implicados. La Bioeconomía se define como aquel conjunto de actividades que alcanza a todos los sectores y sistemas que se basan en recursos biológicos (animales, plantas, macroorganismos, y la biomasa que se deriva de todo ello, incluyendo los subproductos orgánicos).

La Bioeconomía Circular requiere de un impulso desde el ámbito privado que, conjugado con una estrategia valiente y decidida desde las administraciones públicas, dote de un marco regulatorio que genere consenso social, participación activa de la cadena de valor, impulse las inversiones empresariales y refuerce la seguridad jurídica; todo ello con el doble objetivo de crear empleo estable y de calidad y avanzar en la transición ecológica de nuestra economía. Es una oportunidad que no se puede dejar pasar. Según las estimaciones de la Comisión Europea, por ejemplo, si se aplica toda la normativa vigente en el caso específico de residuos, se crearían más de 400.000 empleos en la Unión Europea, de los cuales 52.000 se localizarían en España.

Algunos de los proyectos planteados en esta temática están vinculados con la reutilización de envases, el desarrollo de gases renovables, el fomento del autoconsumo energético doméstico o el incentivo del reciclaje industrial en sectores como la automoción. Todos ellos, impulsados con la clara intención de contribuir a la transformación del sistema productivo, elevando sus estándares de sostenibilidad y aprovechando todas las oportunidades económicas que ofrece la Economía Circular en su conjunto y la Bioeconomía Circular en particular.

En este sentido, el proyecto INBEC es un proyecto de Bioeconomía Circular cuyo objetivo ha sido el fomento de la creación de nuevas industrias y actividades económicas, así como la diversificación de actividades productivas mediante la transformación de recursos biológicos y el desarrollo de nuevos bioproductos y servicios. Este proyecto ha buscado maximizar el potencial de este ámbito en Castilla y León y Portugal, fomentando la presencia en nuevos mercados y la demanda de este tipo de recursos y productos.

Mapa de las regiones de Portugal y Castilla y León donde se ha desarrollado el proyecto INBEC
Localización del proyecto INBEC

Para ello, desde INBEC se ha impulsado y promovido una economía sostenible mediante el incremento de la competitividad empresarial en todos los sectores identificando los recursos existentes en el sector regional de la Bioeconomía y Economía Circular, y fomentando así el desarrollo de proyectos de I+D+i y la cooperación transfronteriza, la creación de nuevas industrias y actividades económicas basadas en la transformación de recursos de tipo biológico y maximizando el potencial de la Bioeconomía.

Entre las acciones que se han llevado a cabo a lo largo del proyecto hay que destacar:

  • Los estudios de caracterización e identificación de empresas, recursos y actividades por zonas con la finalidad de conocer las base industrial y los recursos endógenos que se encuentran presentes en las zonas de actuación. Desde CARTIF se han contactado y visitado más de 25 empresas de Valladolid y Zamora.
  • Se han realizado nueve planes de actuación, uno por cada zona objetivo, para definir el potencial de acciones posibles a ejecutar en materia de bioeconomía y economía circular.
  • En cuanto a las jornadas prácticas divulgativas de sensibilización, CARTIF ha participado activamente en las 16 jornadas realizadas en el proyecto con el objeto de informar y debatir con las PYMES, emprendedores y autónomos sobre los principios de la bioeconomía y los beneficios que esta genera en las empresas y en la sociedad.
Foto del grupo que desarrolla el proyecto INBEC en las instalaciones de IPN en la reunión en Coimbra en Abril de 2022
Reunión en Coimbra [Abril 2022]

  • CARTIF ha organizado nueve talleres formativos de capacitación e innovación, sobre soluciones innovadoras en materia de organización y gestión de procesos productivos, soluciones para la implementación de nuevos diseños de productos, envases y embalajes.
  • Diagnósticos individuales y planes de implementación, que versan sobre el grado de innovación de las empresas, autónomos y emprendedores en materia de organización y gestión de procesos. CARTIF ha realizado más de 25 diagnósticos personalizados en España (Valladolid, Salamanca y Ávila) y Portugal (Beiras e Serra da Estrela, Coimbra y Douro) con las actuaciones y hojas de ruta a seguir para implantar las innovaciones propuestas.
  • En cuanto al banco de proyectos, se han recogido iniciativas para generar nuevas tecnologías o actividades económicas en el campo de la Bioeconomía. CARTIF ha llevado a cabo más de 20 tutorizaciones en las zonas de Portugal (Terra Tràs Os Montes, Beiras, Coimbra, Serra da Estrela y Douro) y ha dado apoyo técnico en la puesta en marcha de proyectos colaborativos de I+D+i y/o proyectos que han generado nuevas actividades en materia de Bioeconomía.
  • Por último, en lo que respecta al fomento de la demanda y desarrollo de mercados, desde el proyecto INBEC se ha trazado un itinerario de digitalización para las empresas, autónomos y emprendedores que desarrollan su actividad en el sector de la Bioeconomía y Economía Circular. Para ello, se han realizado talleres de digitalización, diagnósticos y planes de implementación enfocados a acercar y facilitar la incorporación de soluciones TIC como herramientas para la mejora sustancial de la competitividad de las empresas, autónomos y emprendedores. Por otra parte, se han identificado y se ha puesto en valor los subproductos y materiales secundarios derivados de la Bioindustria con la finalidad de ampliar la cadena de valor de materias y productos biotecnológicos. También se ha llevado a cabo un Plan de Comercialización Conjunta y de Marketing de bioproductos y subproductos presentes en cada zona de estudio y, que tiene por objetivo ser más competitivos a través de una estrategia de comercialización conjunta con la colaboración de los distintos agentes y empresas. Para finalizar esta actividad y el proyecto, CARTIF ha organizado un Foro Internacional de exposición e intercambio de bioproductos, bioprocesos, tecnologías de aplicación y conocimientos, etc. para poner en común todos los resultados del proyecto y de esta manera valorizar y aprovechar las potencialidades de los agentes participantes en el mismo y promover el desarrollo de esta nueva economía entre la sociedad.

Como conclusión final, tras la finalización de este proyecto que ha tenido una duración de tres años cabe destacar que, a lo largo del proyecto, se han realizado más de 140 entrevistas a empresas, emprendedores, autónomos y agentes relevantes. Por otro lado, se ha formado a más de 200 participantes en jornadas de capacitación, a más de 150 participantes en talleres formativos en el ámbito de la Bioeconomía y Economía Circular y se ha facilitado la transferencia de tecnología a más de 100 empresas, asesorándolas y tutorizándolas para que incorporen innovaciones y mejoras a sus procesos productivos y en el diseño de sus productos/servicios. Así mismo, se ha realizado un estudio de las mejores iniciativas en materia de Bioeconomía y Economía Circular (más concretamente 20 iniciativas detalladas), se ha dado apoyo técnico y tutorización en la puesta en marcha de proyectos colaborativos de I+D+i y/o proyectos que han generado nuevas actividades en materia de Bioeconomía a más de 50 empresas en colaboración con organismos de investigación y/o centros tecnológicos. Se ha formado a más de 100 personas para la incorporación de TICs enfocadas al marketing y al comercio electrónico, se ha evaluado el grado de madurez digital de las empresas elaborando un plan personalizado para implementar las tecnologías identificadas, se ha llevado a cabo un análisis de bio-productos y bio-procesos susceptibles de ser incorporados en la cadena de valor de las entidades con objeto de fomentar su competitividad (en las zonas de actuación) y se ha elaborado un plan de Comercialización conjunta y de Marketing de bio-productos y subproductos presentes en cada zona de estudio con la finalidad de que las empresas sean más competitivas a través de dicha estrategia de comercialización conjunta. Finalmente, mediante la organización del Foro Internacional y mediante distintas mesas de trabajo y con la presencia institucional de entidades relevantes a nivel internacional se ha valorizado y aprovechado las potencialidades de todos los agentes participantes y de esta manera promover el desarrollo de esta nueva economía entre la sociedad.

Sergio Sanz, subdirector general de CARTIF, presentando el foro internacional del proyecto INBEC

El proyecto INBEC, en sus inicios coincidió con la situación sanitaria causada por la COVID-19, situación que afectó a al ejecución de las tareas. Sin embargo, a lo largo del proyecto hemos tenido la oportunidad de reunir un gran equipo de trabajo (Instituto para la Competitividad Empresarial de la Junta de Castilla y León; Universidad de Salamanca; Diputación de Ávila; Fundación CESEFOR; Fundación Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León; Fundación CARTIF; Instituto Politécnico de Bragança e Instituto Pedro Nunes) para evaluar los avances del mismo, poner en común toda la información recopilada, así como los problemas surgidos a lo largo de su ejecución para lograr un indudable éxito de ejecución.


El proyecto INBEC con expediente 0627_INBEC_6_E ha sido cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional FEDER a través del Programa INTERREG V-A España-Portugal (POCTEP) 2014-2020.

https://www.poctep.eu/
https://inbec.org

Redefiniendo el valor de los snacks; estrés & snacks

Redefiniendo el valor de los snacks; estrés & snacks

Déjame que te cuente…

La comida está intrínsecamente ligada a nuestra salud y a nuestra calidad de vida hasta el punto de que los momentos de comida juegan un papel crucial en la satisfacción de nuestras necesidades tanto a nivel biológico (los nutrientes que nos aportan los alimentos que ingerimos) como a nivel psicosocial. Entre estos momentos, se encuentran aquellos asociados a los descansos, pausas, ocio o momentos de distracción típicamente asociados al consumo de los denominados snacks.

El concepto de snack engloba un amplio rango de productos y se asocia con alimentos listos para consumir, que encontramos apetecibles, que no tienen un coste muy elevado, que son fáciles de llevar a cualquier sitio y que satisfacen nuestros deseos de consumo en el momento en el que los necesitamos.

La pandemia causada por la Covid exarcebó el consumo de estos productos, por diferentes razones, como el estrés asociado a la soledad, a la situación per se que hemos vivido o al cuidado de nuestros seres queridos en las condiciones de pandemia, convirtiéndolos en productos de auténtico autopremio e indulgencia y, aún más, de inseparables acompañantes de la cerveza y el vino que aminoraban la sensación asocial que nos asedió en muchos casos.

No cabe duda de que nuestras elecciones en el consumo de alimentos están asociadas a multitud de factores, y que el estrés es uno de ellos. Las personas, estamos sufriendo actualmente más estrés que nunca y hay estudios que indican que, específicamente, el año 2020 ha sido «el peor y más estresante año que hemos vivido» (Gallup, 2021)1.

En la postpandemia, se ha mantenido un escenario híbrido de consumo donde seguimos comiendo snacks dentro de casa, pero volvemos a las ocasiones del ocio, a nuestros sitios de trabajo convirtiendo los descansos y los tiempos de comida en ocasiones para este picoteo.

Este «picoteo», o el consumo de snacks y alimentos o bebidas calóricas entre comidas es un factor relacionado con la salud mental y física y, se ha vinculado específicamente, con la obesidad y, por ende, con las enfermedades relacionadas con ésta. De hecho, este tipo de productos se han definido como una categoría de productos obesogénicos.

Aquí es donde podemos discernir entre un consumo de snacks saludables (frutas, verduras, alimentos elaborados bien formulados desde el punto de vista nutricional) y los snacks sobre los que debería caer todo el peso de la ley (ricos en grasas, azúcar, y elevado contenido en sal).

Los snacks, del tipo que sean, son parte de nuestra dieta e, incluso, hay personas que prefieren esta forma de alimentarse a través de comer en pequeñas cantidades como parte de su ritmo de vida, en lugar de comidas más grandes que pueden englobar el concepto de sentarse a la mesa. Ya hace algún tiempo que hablamos de la snackificación como una tendencia y aquí, en CARTIF, seguimos buscando las mejores formas de satisfacer esta nueva forma de alimentarnos o esta tendencia a comer entre horas para que sea de una forma más saludable.

«El snack es un alimento que, generalmente, supone una pequeña porción que se consume entre las comidas principales. Los snacks forman parte de la dieta diaria. La cuestión que nos planteamos es ¿qué es lo que buscamos en ese snack?

¿Cómo está el mercado actual? ¿Qué queremos comer como snack?

Los snacks siguen en absoluto auge en todas sus variopintas formas. No en vano, el mercado de snacks es uno de los más grandes y su previsión de crecimiento hasta 2025 es del 6,2% anual. Este crecimiento viene marcado por una serie de factores como el estilo de vida, factores económicos y, especialmente, el hecho de que volvemos a comer más fuera de casa, lo que ha incrementado la demanda de productos de este tipo, envasados en porciones y listos para consumir.

Con todo esto, los hábitos de consumo de snacks se han convertido en objeto de estudio tanto para la industria de alimentos como para los expertos en nutrición, especialmente desde el momento en que los consumidores ponemos más atención en maximizar los momentos de bienestar, indulgencia o desconexión de la larga lista de actividades que nos esperan cada día.

Por otra parte, cada vez somos más conscientes de lo que comemos y de la importancia que tiene una dieta saludable. Con todo esto, queremos snacks, son parte de nuestra dieta, pero muchas veces no hacemos la mejor elección (incluso sabiendo que no elegimos bien) o no tenemos a nuestro alcance los mejores productos.

Esta dicotomía en la selección del snack que vamos a degustar, hace muy compleja la determinación de las pautas que usamos para elegirlo y que permita hacer un análisis de qué realmente demanda el consumidor.

«Estamos cada vez más comprometidos con nuestra alimentación como consecuencia de un mejor conocimiento de la relación salud y alimentación y los snacks no escapan a esta tendencia»

Más allá de la percepción personal de lo que significa el bienestar y la salud, y de la importancia que ésta percepción tiene en las elecciones que realizamos a la hora de consumir estos productos, sí existen algunos aspectos establecidos que, además, son los que claramente marcan la tendencia de mercado; queremos consumir menos azúcar, menos sal, menos alimentos ultraprocesados, sin aditivos, menos grasas trans y más frutas y verduras.

Ante el auge en el consumo, aunque es indudable que el mejor snack está en la parte baja de la pirámide nutricional (frutas y verduras), Industria de Alimentos e investigadores ponemos nuestro empeño en promover y crear productos de snack de calidad que contribuyan a una alimentación más equilibrada a través de una composición nutricionalmente equilibrada. Por ejemplo, que contengan, carbohidratos complejos de absorción lenta, proteínas, micronutrientes relevantes y grasas más saludables de manera que, en conjunto, se pueda considerar un alimento que aporta una energía con una duración adecuada y nutrientes con beneficios asociadas a la salud.

Y, ¿qué otros factores intervienen en nuestras decisiones?

Entre los factores que se pueden incluir en nuestra conducta alimentaria están los denominados ambientes alimentarios, o lo que constituyen las oportunidades de obtener alimentos donde se consideran factores como la disponibilidad y accesibilidad a alimentos. Lo que nos facilita u obstaculiza la elección y el consumo de alimentos.

Si queremos cuidarnos, pero no queremos renunciar al picoteo, y con las constricciones del ambiente alimentario en el que nos movemos, nuestras elecciones particulares y el consumo de alimentos pueden ser una gran oportunidad para dirigir nuestra atención hacia snacks más sanos.

En este sentido, el vending (o la venta de productos por medio de máquinas automáticas) constituye una buena oportunidad donde institutos, colegios, centros de trabajos u otras instituciones permitan disponer de snacks más adecuados a nuestro alcance, facilitando una mejor elección.

¿No sería increíble poder decir que los snacks han llegado a relacionarse con beneficios en la salud de los consumidores?

Podemos pensar en formular este tipo de productos desde una perspectiva holística en el que dicho producto sea parte de una dieta saludable y sostenible a través de su participación en la creación de un ambiente alimentario positivo y teniendo en cuenta los citados factores psicosociales. Bajo este prisma, podemos empezar a pensar en los ingredientes necesarios.

Es más que conocido el creciente interés en el consumo de determinados ingredientes o nutrientes por las propiedades funcionales que estos imprimen en el producto y su relación con el mantenimiento o mejora de la salud o por su efecto en la reducción de padecer determinados tipos de enfermedades relacionadas con la salud. Algunas opciones son la incorporación en la formulación para enriquecer con proteínas provenientes de cereales o leguminosas, harinas de semillas y granos germinados, incluir ingredientes procedentes de la valorización de subproductos, eliminar cualquier aditivo y procesar lo mínimo.

El concepto plant-based o alimentos elaborados a base de ingredientes vegetales ha entrado con fuerza en este sector y es percibido como productos saludables. Buscamos snacks que promuevan nuestra «salud mental» o una disminución de la fatiga en forma de snack que nos ofrezcan energía para mantener nuestra atención. Sustitutos de desayuno en forma de snack, pero con todos los nutrientes que necesitamos, pero también queremos saber que son productos sostenibles, productos de cercanía y snacks que nos aporten un beneficio al sistema inmune. ¡Una larga lista de deseos!

En el Área de Alimentación de CARTIF, seguimos trabajando en línea con los requisitos nutricionales en la investigación del uso de nuevas fuentes de ingredientes para el desarrollo de snacks saludables y sostenibles y con buena aceptación sensorial. Se trata de un auténtico reto para la industria de alimentos, conscientes de la prioridad de disponer de productos que mejoren el bienestar, aporten una buena calidad nutricional y algún beneficio sobre la salud.


1 Gallup (2021). Gallup Global Emotions. https://www.gallup.com