Día Mundial de la Alimentación: asegurar la alimentación para no dejar a nadie atrás

Día Mundial de la Alimentación: asegurar la alimentación para no dejar a nadie atrás

Las crisis económicas, los conflictos, la desigualdad y las subsecuentes subidas de precio de los alimentos dificultan el acceso a una alimentación adecuada y la falta de disponibilidad crea aún más desigualdad. Todas estas situaciones están afectando a la seguridad alimentaria impidiendo seguir un camino hacia el fin del hambre y la malnutrición y al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2; Hambre cero, finalizar con todas las formas de malnutrición y asegurar el acceso de todas las personas a una dieta saludable, nutritiva y suficiente. La realidad ahora mismo es que 3.000 millones de personas no pueden permitirse ni siquiera una dieta saludable barata.

Inseguridad alimentaria escala experiencia
Inseguridad Alimentaria según la Escala de experiencia de inseguridad alimentaria (FIES)1

De acuerdo con el seguimiento que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hace de los principales indicadores de seguridad alimentaria y nutrición, hay tres grandes factores que suponen un importante peso; los conflictos, la variabilidad y las condiciones del clima y las desaceleraciones y debilitamientos de la economía, agravados por las causas que subyacen a la pobreza, niveles de desigualdad elevados y persistentes (por ejemplo, en cuanto a ingresos), capacidad productiva, bienes, tecnología, educación y salud (FAO, 2021)2.

No podemos ignorar la gravedad de la situación y la necesidad de tomar parte de la acción para hacer frente a la situación mundial de inseguridad alimentaria y nutrición. No cabe duda de que los sistemas alimentarios son el motor para terminar con la inseguridad alimentaria y la prevalencia de la malnutrición. Son varios los factores que afectan al coste de los alimentos y, por ende, al aseguramiento de la alimentación a través de los sistemas alimentarios, la producción de alimentos, la cadena de suministro y los entornos de la cadena de alimentación, así como la demanda de los consumidores y las políticas. Por otra parte, no se puede pensar de manera aislada en cada uno de los factores que están afectando, que se encuentran tanto en los sistemas alimentarios, como en los eventos externos que están marcando la situación actual.

El ritmo de crecimiento de la inseguridad alimentaria y la prevalencia de todas las formas de malnutrición existentes indican una tendencia muy alejada del objetivo 2030. Más aún, teniendo en cuenta las complicaciones derivadas de la situación política y económica actual y de los efectos duraderos de la pandemia de la Covid-19. Las actuaciones son más que necesarias para alcanzar la resiliencia ante los factores desestabilizantes y que los sistemas alimentarios puedan suministrar dietas asequibles, saludables, inclusivas y sostenibles.

Es necesario poner nuestro foco en que el desarrollo, la innovación y el crecimiento económico llegue a todos y #nodejarandieatrás. Este es el lema con el que la FAO quiere sensibilizar en este día Mundial de la Alimentación (16 de octubre) el grave problema mundial de la inseguridad alimentaria y la malnutrición y la necesidad de trabajar todos juntos para crear un futuro mejor y más sostenible para todos.

Para ser parte de esta acción, podemos, por ejemplo, redescubrirnos como parte de un proceso y de un sistema, aprendiendo qué implica una dieta sostenible, cambiando la forma en la que nos alimentamos, convirtiéndonos en parte de la transformación del sistema alimentario que es más que necesaria para lograr un futuro sostenible. Los desafíos a los que nos enfrentamos y el análisis realizado de las causas e interconexiones nos permite comprender mejor las actuaciones a nivel global para establecer nuevas formas de hacer las cosas, y una oportunidad única de aprendizaje ante futuras situaciones. Tenemos un camino que seguir en el que no podemos dejar a nadie atrás y establecer mecanismos innovadores que hagan frente a la variabilidad de factores que azotan el funcionamiento de los mismos. Impulsado por políticas orientadas a favorecer y proteger el entorno alimentario y natural que impulsen el cambio de comportamiento en la cadena y en el consumidor como parte de ella.

Nosotros, en CARTIF, ya somos parte de este cambio aportando nuestro granito de arena a la transición de los sistemas alimentarios en 12 ciudades paneuropeas a través del proyecto FUSILLI.

El #DíaMundialdelaAlimentación2022, uno de los días más celebrados en el calendario de las actividades de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pretende sensibilizar la necesidad de aunar esfuerzos para crear un mejor futuro y más sostenibles para todos.


1 The state of food security and nutrition in the world (2021). Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). Retrieved from: https://www.fao.org/publications/sofi/2021/en/

2 Voices of hungry (2021). Escala de experiencia en inseguridad alimentaria. Food insecurity experience scale. Recuperado de: https://www.fao.org/in-action/voices-of-the-hungry/food-insecurity-experience-scale/es/

Los mapas, una ventana al conocimiento

Los mapas, una ventana al conocimiento

Interrelación entre mapas y datos

Cuando hablamos de la palabra mapa, nos viene a la cabeza la imagen de un dibujo donde se representan países y océanos. Para los más veteranos, los mapas pueden traernos recuerdos de los tiempos en los que teníamos en los coches aquellos planos plegados, con las carreteras de España. Incluso podemos evocar aquellos mapas antiguos, prácticamente obras de arte, donde se apiñaban los nombres de puertos y pueblos de mar sobre las líneas de la costa, mientras que en las aguas veíamos pintadas sirenas y monstruos marinos. Sin embargo, también debemos pensar en los mapas como uno de los medios más atractivos y útiles para proporcionar cualquier tipo de datos que posean una relación espacial entre ellos.

Figura 1: Atlas de Cresques, 1375. Fuente: elhistoriador.es

En su concepto más sencillo y tradicional, un mapa es una representación gráfica que muestra una entidad y objeto medible (ej. carretera, ciudad o incluso un continente) a una escala representable en un medio físico (un papel o la pantalla de un ordenador). Es cierto que bajo esta definición también caben conceptos e ideas que trasciendan los espacios físicos reales, y las distancias que muestran ciertas clases de mapas pueden no ser algo medible, sino que esas representaciones muestren cosas como ideas o procesos, como en el caso de los mapas conceptuales. Sin embargo, esas otras tipologías de mapas quedan más alejadas del concepto abordado en este artículo, donde nos centraremos en la definición más clásica, pero sin renunciar a las ventajas que nos proporciona la tecnología moderna (en este caso, los lenguajes de programación más recientes).

Datos mapa cartografía

En cartografía, los mapas se utilizan para representar entidades geográficas en diversas localizaciones considerando diferentes sistemas de representación. Estas entidades, además de su geometría, pueden incluir distancias, altitudes, y un largo etcétera de atributos que ayuden a mejorar su representación. Sin embargo, y con el tiempo, se han ido utilizando mapas para representar características o atributos de los elementos, de forma estática o dinámica a través de su relación espacial con una entidad geolocalizada. Como ejemplo, podríamos poner un mapa de las personas que viven en una determinada región (densidad de población), o de los votantes de un partido político, o de la renta per cápita de las ciudades representadas.

Los datos a los que nos referimos son en definitiva cualidades o valores que se relacionan espacialmente o no con los elementos representados en un mapa. Por lo tanto, se puede hablar de datos representados sobre un mapa, aunque la realidad es que es el conjunto el que sirve al propósito esperado: los datos tienen sentido no sólo en su valor numérico, tal y como tenemos en el caso de una lista simple de datos, sino también en su valor posicional, donde la posición relativa de esos datos sobre el mapa es lo que les da sentido y significado, no solo a ellos mismos, sino a todo el conjunto.

Uso práctico de datos en mapas

Uno de los campos tecnológicos donde se necesita trabajar con datos y sus relaciones entre ellos es la programación de software orientada a la visualización de datos. Siempre sin salirnos del concepto clásico de mapa, es de gran importancia la utilización de estas herramientas para que los usuarios del software (o las personas que visitan la web) puedan tener disponibles los datos que se exponen, de una forma clara, que sea accesible, y sobre todo que de un vistazo permita hacerse una idea del conjunto de datos que se están mostrando en este momento.

Existen algunas herramientas de diseño para implementar mapas interactivos tanto en programas de escritorio como en aplicaciones web. De entre ellas las más populares son, por una parte, las interfaces que hacen de puente con aplicaciones de escritorio existentes (por ejemplo, aplicaciones que usan módulos de ArcGIS), y por otro las librerías que sirven para manejar mapas embebidos en aplicaciones de lenguajes de programación populares, como la librería Leaflet.

Figura 2: Interfaz ArcGIS

La librería Leaflet fue lanzada en 2011 por el ucraniano Volodymyr Agafonkin. Esta librería está pensada para trabajar con JavaScript, y muestra su utilidad en aplicaciones web tanto para ordenadores como para dispositivos móviles, gracias a su reducido tamaño (42 KB) y a su buena implementación, que hace que desde ambos lados de la aplicación su uso sea realmente sencillo, tanto por parte del usuario que navega por el mapa, como por parte del programador que escribe el código que permite que el mapa haga lo que se necesite.

A mayores de lo anterior, y considerando la programación de interfaces interactivos, es importante contar con una librería que permita no solo trabajar con Leaflet, sino que además utilice componentes compatibles y que ayude a integrar todo el conjunto en una aplicación práctica y sencilla de programar. En este caso, la librería más popular y utilizada es React. Y trabajando con React, la mejor forma de utilizar Leaflet es a través de la librería integrada react-leaflet, que nos permitirá utilizar todas y cada una de las características de esta librería, utilizando la forma de trabajo del propio React.

Este modo de trabajo de React, por dar una breve pincelada, requiere interactuar con los objetos del código bien a través de funciones, o bien utilizando el concepto de clases, entendido de forma similar al empleado en lo que se denomina programación orientada a objetos. Y es de esta manera como se trabaja con Leaflet, destacando el uso de dos conceptos llamados la vista y las capas:

  • La vista es el propio sub-interfaz del mapa, y que a su vez contiene todos los usos y funcionalidades. Por ejemplo, podríamos tener botones para mostrar y ocultar capas de datos, hacer zooms y búsquedas en el mapa, etcétera.
  • Las capas son objetos que contienen el enlace a un conjunto de datos concretos, así como unas funciones y propiedades que pertenecen a la capa.

Una vista, por tanto, puede tener varias capas, que son las que contienen todos los datos que se muestran en el mapa. El mapa tiene una o más capas de datos, que muestran la información superpuesta a la capa base correspondiente.

Capas mapa
Figura 3: Capas de un mapa. Fuente: Bibhuti Bhusan Mandal. GIS based online tenement registry for Indian mineral resources. Indian Mining and Engineering Journal. 2009. Vol. 45 Nº 9: 29-30.

Para entender un poco este concepto, una imagen sencilla de algo que podría ser equivalente a esta idea es el uso de «transparencias» ( o «acetatos»), que se utilizaban antaño para mostrar diapositivas: imaginando una hoja opaca donde hay dibujado un mapa, sobre éste se pueden superponer esas láminas transparentes, donde van pintados nuestros datos, en forma de polígonos, marcas, iconos, flechas, etc. Incluso podemos superponer varias de esas láminas, y veríamos los datos unos sobre otros, pero todos sobre las líneas del mapa fijo. El mapa fijo sería lo que llamábamos antes «capa base», y los acetatos que hemos comentado serían las capas de datos.

Figura 4: hojas transparentes de acetato empleadas tradicionalmente para presentaciones, antes de la existencia del PowerPoint.

Desde CARTIF, trabajamos en la implementación de soluciones que utilizan estas tecnologías para la visualización de datos geolocalizados. Como ejemplo, habría que destacar los proyectos ReUseHeat y ePARCERO dónde se han desarrollado dos aplicaciones para la gestión de datos geolocalizados. En ReUseHeat, el visualizador estadístico, permite observar las fuentes de calor no aprovechado en hospitales, centros de tratamiento de residuos, centros de datos y transporte subterráneo de pasajeros. La capa base del mapa pertenece a OpenStreetMaps, y los datos sobre energía potencialmente aprovechable se han obtenido a partir de encuestas llevadas a cabo dentro del proyecto. Un detalle interesante del visualizador es ver cómo los objetos visualizados se agrupan en burbujas, que se desagregan al hacer zoom en las zonas concretas, lo que mejora la visualización del conjunto de datos. Y todo esto se logra gracias al uso de Leaflet.

Figura 5: Vista general del visualizador estadístico de ReUseHeat

En el caso del proyecto ePARCERO, cuyo prototipo de visualización está aún pendiente de publicación, el mapa solo es una parte de la herramienta, aunque es la más importante. El mapa, que se coordina con la tabla de datos en la parte inferior de la pantalla, así como con los filtros a la izquierda, muestra las parcelas seleccionadas como candidatas de interés para usuarios que busquen parcelas con ciertas características, y que actualmente no se encuentren en uso. El mapa permite alternar entre dos capas base, una la clásica de OpenStreetMaps, y la otra con la orto-foto del Instituto Geográfico Nacional. Como detalles añadidos, aparte de los pop-ups de los datos cuando se pulsa sobre uno de ellos, el mapa se auto posiciona al elegir una localidad y hace el auto-zoom correspondiente.

Datos mapa parcelas eParcero
Figura 6: Herramienta de selección de parcelas para el proyecto ePARCERO. Pueden apreciarse las siluetas de las parcelas (en azul) posicionadas sobre la orto-foto de base

Presente y futuro de los mapas interactivos

Como hemos visto en los dos casos anteriores, es apreciable la utilidad que este tipo de herramientas posee a la hora de mostrar información pro pantalla, yendo más allá de las visualizaciones tradicionales en las que los mapas de las páginas web eran únicamente una imagen pre-generada, o que se tenía que generar cada vez que se modificaban los datos. Ahora, los mapas generados mediante el uso de Leaflet cambian, se adaptan, y son una herramienta dinámica sobre la que observar diversos conjuntos de datos, y siempre al servicio se las necesidades de un usuario que recibe una información visual que maximiza su utilidad de esta manera. Y lo más importante, permite que el usuario no necesite tener conocimientos sobre mapas, solo ha de usar el ratón de su ordenador y la curiosidad que le lleve a descubrir los datos que se le ofrecen desde la interfaz.

Las perspectivas de futuro respecto de esta tecnología ofrecen nuevos niveles de detalle en los mapas y nuevos soportes para visualizar planos y mapas en tres dimensiones, más allá de las pantallas planas, permitiendo interacciones directas con el elemento representado tal y como se adivina en el uso poco a poco más extendido de dispositivos de realidad virtual. Pero por el momento la tecnología empleada de visualización cumple de sobra con las expectativas y demuestra su utilidad para el público en general. Desde la División de Energía, esperamos facilitar al máximo las labores de selección y chequeo de datos por parte de los usuarios, en interfaces cada vez más cómodos y sencillos de utilizar.


Agradecimientos a Susana Martín e Iván Ramos, de la División de Energía, por sus comentarios y anotaciones técnicas en el presente artículo.

Un viaje en el tiempo a través de los bosques

Un viaje en el tiempo a través de los bosques

¿Alguna vez te has preguntado cómo eran los bosques en el pasado? Si de repente un templario que viaja a lomos de su caballo a través de un bosque cruzara una grieta en el tiempo y apareciera en el mismo bosque en la actualidad ¿notaría la diferencia? ¿vería algo extraño? Seguramente sí. Y es que la gestión de nuestros montes y la relación que establecemos con ellos ha ido evolucionando u cambiando a lo largo del tiempo.

Fotograma de «El Reino de los Cielos»

Al comienzo de la película «El reino de los Cielos» de Ridley Scott, hay una escena que está rodada en los bosques segovianos de Valsaín. En una pelea que tiene lugar a la orilla de un río, el escenario de fondo es un bosque casi monoespecífico de pino albar (Pinus sylvestris) ¿Sería extraño encontrar templarios del siglo XII en un bosque de esta especie? En absoluto. De hecho, sabemos que es una especie ampliamente distribuida por el hemisferio norte a lo largo del tiempo y bastante abundante. Pero, pese a ser una especie autóctona, no es un monte natural, ya que la distribución de los árboles parece guardar un cierto «orden». Hay una relativa abundancia de ejemplares bastante jóvenes (el tronco no tiene mucho diámetro) y que crecen muy juntos, con el espacio muy reducido entre ellos. Detrás de esta distribución está la mano del ser humano, y es que, en un sistema productivo como son los Montes de Valsaín, los árboles se plantan de forma que crezcan altos, rectos y lo más rápidamente posible. Además, la escena tiene lugar cerca de un río, donde podríamos esperar un bosque de ribera, pero en su lugar, este tipo de bosque zonal ha sido desplazado al favorecerse el crecimiento de las coníferas. Es un bosque, por tanto, sometido a manejo forestal.

Pero este manejo no es algo relativamente actual en estos momentos segovianos. Existen, de hecho, documentos que acreditan políticas de gestión que datan del siglo XVI: en una orden emitida por la corona, se especificaba que

«se allanara todo lo cavado y que se echara estiércol de caballerizas, y que desarraigaran y sacaran todos los troncos de los pinos y robles cortados (…) allanando los hoyos resultantes» 1

Podemos decir que, desde hace varios siglos, en determinados montes de nuestro país, se aplicaban estrategias de gestión encaminadas a la conservación de suelos, gestión de plagas y obtención de materias primas.

Las dehesas son otro buen ejemplo de bosque «artificial» que responde a la gestión humana a lo largo de la historia. Y en este caso, es aún más antiguo: nuestro paisaje más emblemático y que ocupa unos 4 millones de hectáreas en la Península Ibérica data del Paleolítico 2.

Pero ha sido en etapas más recientes de nuestra historia, en la que tienen lugar los cambios más drásticos en cuanto a manejo forestal. Tradicionalmente, el bosque ha sido fuente de riqueza, alimento y energía para los pueblos y ciudades, lo que suponía per se una gestión sostenible. Y es que en muchas ocasiones la necesidad genera dependencia, y la dependencia es lo que mueve la conservación. Sin embargo, el éxodo rural hacia las ciudades, la aparición de nuevos materiales alternativos al uso de la madera, las nuevas formas de energía, o la introducción de especies exóticas para explotación industrial, supusieron un cambio en la gestión del monte y tierras agrícolas, que ha ido contribuyendo así al deterioro del paisaje rural, la salud de los montes y la desprotección del suelo.

Llega un momento, por tanto, en el que surge la necesidad de planificar la gestión forestal de forma organizada, una estrategia común sustentada en base al conocimiento forestal, la economía verde y la sostenibilidad. Para dar respuesta a este desafío, a mediados del siglo XIX surgen los primeros organismos y herramientas de gobernanza forestal. Durante esta etapa, por ejemplo, se crean algunas figuras como el Catálogo de Montes (1862), la primera Ley de Montes (1865) o los Montes Públicos (1989) 3.

Monte público en resinación en Sierra de Gata (Cáceres), imagen tomada durante la Jornada Técnica celebrada en el marco del proyecto FIREPOCTEP el 6 de septiembre de 2022

Algunas de estas herramientas siguen vigentes hoy en día. Pero los montes ibéricos se enfrentan a un nuevo desafío que está motivando la necesidad de un cambio de calado en las estrategias de gestión de los bosques. Y es que el cambio climático está poniendo a prueba la supervivencia de nuestras masas forestales y en entredicho la gestión forestal que de ellas se hace.

Los incendios forestales de grandes dimensiones son cada vez más frecuentes y virulentos. La acumulación de combustible más seco, la continuidad vertical y horizontal, y unas condiciones climáticas de baja humedad y calor intenso persistentes, hacen que la propagación del fuego se intensifique y convierta el incendio en inextinguible. Por otro lado, las plagas y enfermedades forestales proliferan con mayor facilidad en individuos debilitados por el calor y la sequía (o los incendios) y se propagan hacia nuevas áreas geográficas debido al cambio climático.

Incendio forestal en Bitterroot
Incendio en el parque nacional de Bitterroot 4

¿ Y cómo afrontamos el futuro? Necesitamos hacer cambios en la gestión y estrategias de manejo que sean capaces de dar respuesta al desafío climático del presente y del futuro. Gracias a los avances tecnológicos contamos con herramientas muy poderosas para tomar datos, hacer modelos y realizar predicciones con las que llevar a un nivel «virtual» el manejo forestal adaptativo. Satélites, drones o sensores son las nuevas herramientas de trabajo en la Ingeniería forestal con las que se pueden obtener datos detallados y casi en tiempo real sobre el comportamiento del monte. Pero también necesitamos echar la vista atrás y recuperar usos tradicionales del monte que nos permitan no sólo protegerlo, sino también generar una economía verde local sostenible como lo hacía el monte en el pasado, pero con la ventaja de poder aplicar las tecnologías y conocimientos actuales.

Ganado caprino como herramienta de control del combustible en el monte y fuente de recurso económico local. Imagen tomada durante la Jornada Técnica celebrada en el marco del proyecto FIREPOCTEP el 6 de septiembre de 2022.

Para ello, es imprescindible avanzar en la investigación y conocimiento de la ciencia forestal y otras ciencias afines, para que nuestros bosques perduren en el tiempo y que ese bosque que fue escenario de rodajes históricos no lo sea de un futuro distópico.

En CARTIF, trabajamos en proyectos que hacen que nuestros bosques estén mejor preparados y adaptados para afrontar un futuro marcado por el cambio climático. Ejemplo de ellos es el proyecto FIREPOCTEP, que trabaja por el desarrollo de estrategias de gestión de los bosques para lograr una mayor resiliencia frente a los incendios forestales, generando a la vez recursos que sustenten una economía verde local. También trabajamos en la detección temprana y control de enfermedades emergentes, como es el caso de la Phytophthora spp. en proyectos como SUPERA y ForT-HiS.


1 https://www.miteco.gob.es/es/parques-nacionales-oapn/centros-fincas/valsain/estudio_historico_tcm30-81782.pdf

2 https://web.archive.org/web/20070630082614/http://www.dip-badajoz.es/publicaciones/reex/rcex_1_2007/estudios_17_rcex_1_2007.pdf

3 https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/desertificacion-restauracion/libro75anosdeunailusion_b_tcm30-530962.pdf

4 John McColgan. Forest Service, an agency of the U.S. Department of Agriculture.

SmartEnCity, protagonista del Palacio de Congresos de Europa

SmartEnCity, protagonista del Palacio de Congresos de Europa

Hemos hablado ya en numerosas ocasiones del impacto que suponen las ciudades en el consumo energético y en las emisiones generadas al medio ambiente. Y consecuentemente, también del importante papel que han de jugar en la obligada transición hacia la neutralidad climática, objetivo final del Pacto Verde europeo para nuestro continente (como indicaba mi compañero Rubén García en un post anterior, se pretende que Europa sea neutra en emisiones de carbono en 2050).

El camino hacia esa neutralidad se pavimenta con muchas intervenciones, más grandes o más pequeñas, y que abarcan un amplio espectro de áreas (movilidad, energía, rehabilitación de edificios, involucración ciudadana, digitalización…). Los proyectos de escala de distrito o de ciudad – Smart City – financiados por los diferentes programas de la Unión Europea (desde el 7º Programa Marco, pasando por Horizon 2020 y el actual Horizon Europe) trabajan todas esas dimensiones con la idea de generar demostraciones reales, y mostrar el camino (o posibles caminos) que otras ciudades pueden seguir. Evidentemente se necesitan expertos en diferentes campos para cubrir las diversas áreas competenciales que abarcan estos proyectos.

En CARTIF llevamos muchos años coordinando y trabajando en numerosos proyectos en esa línea, y participando además dentro de muchas de las áreas de trabajo de estos gigantes, que lo son tanto en variedad de actividades como en la amplitud de la escala temporal.

Recientemente ha terminado uno de estos proyectos «faro» en los que hemos trabajado durante años, SmartEnCity. 78 meses de trabajo compartido por 38 socios de seis países diferentes en un proyecto financiado por el Programa de Investigación e Innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, y coordinado por Tecnalia, en el que se ha pretendido hacer realidad la visión de convertir nuestras ciudades europeas en inteligentes y con cero emisiones de carbono.

En el proyecto SmartEnCity han participado tres ciudades Faro: Vitoria-Gasteiz en España, Tartu en Estonia y Sonderborg en Dinamarca. En todas ellas se han desplegado diversas soluciones inteligentes e innovadoras en diferentes ámbitos con la idea de lograr la ansiada neutralidad.

Mesa debate de la Conferencia Final de SmartEnCity
Mesa debate de la Conferencia Final de SmartEnCity

Como broche final, los pasados días 14 y 15 de junio, el proyecto celebró su Conferencia Final en el Palacio de Congresos de Europa, de Vitoria-Gasteiz. Más de 120 participantes asistieron al evento durante los dos días en el que se presentaron los resultados del proyecto y los planes hacia un futuro libre de carbono a través de charlas magistrales, presentaciones, sesiones de debate y momentos de interacción por áreas temáticas.

Julia Vicente y Javier Antolin en la Conferencia Final de SmartEnCity
Julia Vicente y Javier Antolín en la Conferencia Final de SmartEnCity

Tuve el honor de participar y moderar una de las mesas de debate que se centró en uno de los aspectos en los que CARTIF lleva años trabajando y en el que tenemos amplia experiencia: la monitorización y evaluación. Un aspecto clave para cuantificar el impacto real que estos proyectos consiguen. En este caso tratamos de abordar estos aspectos, a menudo arduos, de un modo más cercano a la audiencia, compartiendo las experiencias de diferentes expertos y proyectos en torno a los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de evaluar las actividades de los proyectos, los mayores problemas encontrados, las soluciones implementadas y como colofón, las principales lecciones aprendidas. Tuve la suerte de compartir debate con mi compañero Javier Antolín, que representó en la mesa el proyecto REMOURBAN, coordinado por CARTIF y que contaba con Valladolid como una de sus ciudades faro. Los proyectos MAtchUP, ATELIER, Replicate y Stradust también tuvieron presencia en la misma.

Uno de los aspectos comunes que todos pudimos constatar, es la enorme importancia que tienen los ciudadanos en la viabilidad y éxito de estos proyectos. Es algo que impacta de forma directa en los resultados de evaluación, y en el proceso en sí mismo. La transición hacia unas ciudades que no generen impacto negativo en emisiones y que sean sostenibles en el amplio significado de la palabra, solo puede conseguirse si nosotros, sus ciudadanos, nos involucramos en el proceso de transformación. Si no suponemos barreras sino vectores de cambio. Si pasamos de ser espectadores a protagonistas.

Desde CARTIF seguimos y seguiremos trabajando en proyectos del ámbito de las Smart Cities con la idea de caminar hacia ese horizonte de ciudades sostenibles. ¿Nos acompañas en el camino?

CARTIF ,PYMES y la Transformación Digital

CARTIF ,PYMES y la Transformación Digital

¿Qué es la transformación digital?

El mundo actualmente está inmerso en un profundo cambio de transformación digital, lo queramos o no. Además, parece el orden lógico de la evolución humana, ya que el desarrollo del ser humano, va ligado al desarrollo tecnológico, desde el «descubrimiento» del fuego, o las primeras herramientas rudimentarias, hasta la aparición de Internet o la exploración espacial. Este proceso de cambio, o mejor dicho revolución, no solo atañe a las personas, sino que también implica a las empresas, que están plenamente inmersas en esta revolución desde hace años: la 4º revolución industrial.


«Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes»
– Klaus Schwab, autor de «La cuarta revolución industrial» –

Dentro de esta revolución hay distintos aspectos clave, siendo uno de ellos la transformación digital. Un concepto que muchas personas asocian con digitalización, una parte fundamental de la transformación digital, pero que no recoge esta nueva realidad más amplia y compleja.

En muchas ocasiones este término se asocia a la integración de herramientas digitales como por ejemplo un CRM (Customer Relationship Management) para la gestión de clientes, un ERP (Enterprise Resource Planning) de gestión de la producción, etc. Pero en realidad, es un concepto mucho más amplio, que se puede definir como un proceso que consiste en orientar las actividades empresariales hacia la aplicación de las tecnologías emergentes, y para ello hay que pasar por un proceso de cambio cultural, organizativo y, por último, por la aplicación de las nuevas tecnologías a toda la organización.

Por lo tanto, podríamos diferenciar el concepto de digitalización (implantar herramientas digitales en ciertos procesos) del de transformación digital, siendo este último mucho más amplio, ya que orienta a la compañía hacia la implementación de nuevas tecnologías y hacia un cambio en el modo de trabajo tradicional. Teniendo todo esto en cuenta, podemos definir la Transformación Digital como el conjunto de proyectos y tareas que permiten adaptarse a las nuevas necesidades surgidas de la 4º revolución industrial. Tareas que deben orquestarse a través de un plan que englobe los siguientes aspectos:

  • Cambio hacia una cultura digital.
  • Plan de formación global.
  • Plan de reorganización organizativa.
  • Plan de formación específico.
  • Incorporación de nuevos perfiles.
  • Plan tecnológico progresivo.

Gracias a la transformación digital las empresas consiguen grandes ventajas probadas a la hora de mejorar en una serie de aspectos empresariales clave:

  • Genera nuevas experiencias para el cliente.
  • Mejora le eficiencia operativa.
  • Genera nuevas fuentes de ingresos.
  • Incrementa la capacidad de respuesta rápida ante los cambios en el mercado.
  • Crea una ventaja competitiva para la organización.
  • Mejora la colaboración interna.
  • Profundiza el análisis de datos (Big Data).

Una de las grandes revoluciones de esta transformación digital es el Big Data y la inteligencia artificial. Hay que tener en cuenta que en los últimos años, prácticamente se ha duplicado la cantidad de información que hay disponible en Internet cada dos años, y esta tendencia continuará en ascenso. Gracias a esta cantidad de información y las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el machine learning, Deep Learning, etc. el mundo actual que conocemos va a cambiar, como también lo harán la forma de trabajar, de comprar y de relacionarnos.

Esta nueva realidad, que se ha hecho mucho más evidente a raíz de la pandemia de 2020, nos ha enseñado que las empresas que no consigan hacer frente a los rápidos cambios que se producen en la actualidad están condenadas a desaparecer, al igual que lo hicieron las especies que no se adaptaron al deshielo de la última glaciación.

En la actualidad, la transformación digital no es una opción. Hoy en día las empresas ya no pueden plantearse la adaptación a este nuevo panorama, pues no hay otra manera de renovarse e incrementar la competitividad que mediante la elaboración de un plan de transformación digital.

¿Cómo te ayudamos desde CARTIF?

Desde CARTIF nos hemos volcado en esta tarea de ayudar a las empresas, principalmente a las pequeñas, que son las que más dificultades encuentran en este complejo y cambiante mundo de la transformación digital. Porque sabemos de primera mano, que a veces la falta de tiempo o el desconocimiento, hacen que no avancemos en estos procesos tan fundamentales. Es por ello que contamos con un plan para ayudarte en este camino. Disponemos de un servicio de asesoramiento en Transformación Digital totalmente gratuito para las empresas.

¿En qué consiste este programa?

Tras contactar con nosotros para recibir información, te enviaremos un formulario de solicitud del servicio, y una vez remitido:

  1. Realizaremos una visita o reunión con la persona responsable en la empresa para poder llevar a cabo un diagnóstico de la situación actual, metodología de trabajo y herramientas digitales utilizadas.
  2. En función de este informe, crearemos un plan de acción personalizado con las distintas acciones que se identifiquen para mejorar la competitividad de la empresa.
  3. Por último, llevaremos a cabo un periodo de tutorización para acompañar a la empresa durante el proceso.

Estas acciones permitirán a tu empresa iniciar o continuar el proceso de transformación digital generando una hoja de ruta para poder abordarlo.


Contacto

Marcos Lodeiro Fernández

marlod@cartif.es

La pobreza energética se abre paso en Europa entre las olas de calor y los precios de la energía

La pobreza energética se abre paso en Europa entre las olas de calor y los precios de la energía

El pasado junio la Comisión Europea (desde el Centro de Asesoramiento sobre Pobreza Energética – Energy Poverty Advisory Hub: EPAH) publicó una guía para entender y abordar la pobreza energética, que se ha convertido en una realidad en Europa, y particularmente en España. Aunque no hay un acuerdo para una definición común de la pobreza energética, sí está comúnmente aceptado que hay pobreza energética cuando las personas no pueden mantener una temperatura adecuada en sus viviendas (ya sea calentando, enfriando o mediante la aplicación de otras soluciones energéticas a un coste asequible). La extensión y gravedad del problema se ha visto agravada en los últimos meses por el cambio climático, cuyas consecuencias en forma de olas de calor o sequías extremas son ya perceptibles a lo largo de todo el continente europeo; y por la crisis energética en Europa como consecuencia de la invasión de Ucrania.

El compromiso de la Comisión Europea (CE) para abordar los desafíos relacionados con el clima y medio ambiente, se ratificó con el Pacto Verde Europeo. Este establecía como una de las principales prioridades que la UE debe transformarse en una sociedad justa y prospera, donde no haya emisiones netas de GEI en 2050 y donde el crecimiento económico esté desvinculado del uso de los recursos. Además, se reafirma que esta transición debe ser justa e inclusiva, por lo que aliviar la pobreza energética es una condición previa clave en este contexto.

¿Cuáles son las causas de la pobreza energética?

Causas comunes pobreza energética
Causas más comunes de la pobreza energética. Fuente: EPAH, Introducción a la pobreza energética (2022)

La pobreza energética es un reto complejo y vinculado a varios factores, por lo que no hay una sola razón que podamos señalar como causa única, además de que su naturaleza varía mucho de un contexto local a otro y que ocurre a nivel doméstico, lo que dificulta bastante su identificación y cuantificación. La pobreza energética tiene consecuencias también para la salud y el bienestar de las personas, pues las temperaturas interiores extremas están relacionadas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, golpes de calor o exceso de muertes. En menores, puede tener también consecuencias relacionadas con un bajo rendimiento escolar, así como con el desarrollo de problemas de salud respiratorios a edad temprana, y un menos bienestar social y emocional.

En general, las causas más comunes que derivan en pobreza energética son tres: unos niveles de ingresos bajos, una falta de eficiencia energética en las viviendas, así como el bajo rendimiento energético de los edificios y sus sistemas, y los altos precios de la energía.

Relacionado con estas tres causas, cabe destacar también la gran influencia del cambio climático, haciendo que la pobreza energética suponga un problema para los colectivos más vulnerables no solo en invierno, sino también en verano, como consecuencia de las altas temperaturas registradas recientemente debidas a las olas de calor.

Y es que estas recientes olas de calor han batido récords de temperatura en todo el mundo este verano, y sus impactos y consecuencias para la sociedad y el medioambiente están siendo dramáticos en forma de incendios forestales y cultivos arrasados, infraestructuras clave afectadas (ej. cortes de suministro eléctrico, deformando carreteras y pistas, etc.), y causando graves problemas de salud en miles de personas (además del aumento de mortalidad).

En las ciudades el problema es aún mayor, pues se ve acrecentado por el llamado efecto isla de calor, fenómeno originado por cambios en la reflectividad (o absorción) de la energía solar en la superficie terrestre, con la consecuencia de que se eleva la temperatura en áreas urbanas. Esto es debido a que los edificios, pavimentos y techos tienden a reflejar menos luz solar que las superficies naturales, absorbiendo, reteniendo y volviendo a emitir el calor del sol.

Si seguimos analizando las causas de la pobreza energética anteriormente identificadas , bien es sabido que en España hay un importante número de edificios con un bajo rendimiento energético. Ya sea por su baja eficiencia energética en términos pasivos (la envolvente térmica no está aislada adecuadamente y eso supone importantes pérdidas en invierno y ganancias térmicas en verano) o por el bajo rendimiento de los sistemas de generación de calefacción y refrigeración. Y es que, en conjunto, los edificios son responsables del 40% del consumo energético de la UE, y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que es necesario poner un foco especialmente importante en la rehabilitación energética de lo ya construido.

Un importante avance en este sentido viene de la mano de la recién aprobada Ley de la Calidad de la Arquitectura, que tiene como objetivo garantizar la calidad de la arquitectura como bien de interés general, y dando respuesta a cuestiones sociales, medioambientales y de revalorización del patrimonio arquitectónico.

Con respecto a los precios de la energía como causa de la pobreza energética, la invasión rusa de Ucrania ha provocado un aumento de los precios de la energía no solo en España sino en toda Europa, en concreto de los combustibles fósiles. Como señala el reciente Informe de las Naciones Unidas sobre el Impacto global de la guerra en Ucrania: Crisis energética, este aumento de los precios de la energía está acelerando la crisis del costo de vida, y manteniendo el circulo vicioso de presupuestos familiares restringidos, inseguridad alimentaria, pobreza energética y creciente malestar social. La crisis está impactando profundamente a las poblaciones vulnerables en los países en desarrollo. Si bien durante los dos años de pandemia el mercado energético experimentó una gran volatilidad en los precios (por reducción de la demanda), la guerra en Ucrania ha afectado al suministro de combustibles fósiles y al mercado en general, en el que Rusia es el principal exportador de gas natural y el segundo exportador de petróleo.

¿Que pueden hacer los líderes mundiales ante esta situación tan cambiante?

Todo esto lleva a los líderes mundiales a replantearse sus políticas y planes energéticos. Pues mientras en el corto plazo, los países deben buscar primero cómo gestionar la demanda de la energía (nuevas tecnologías, cambios de comportamiento en el consumo de la energía, soporte de los sistemas pasivos, etc.), las medidas a medio y largo plazo pasan por alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como con el Acuerdo de París, enfatizando el uso de fuentes de energía renovables y la necesidad de la resiliencia climática/energética. En Europa especialmente, esto puede ser también una oportunidad para dirigir los esfuerzos hacia el objetivo de convertirse en el primer continente climáticamente neutro del mundo en 2050.

¿Qué hacemos desde CARTIF?

Dese el área de Políticas de Energía y Clima de CARTIF trabajamos para ayudar a las diferentes administraciones públicas en el desarrollo de planes y estrategias de adaptación y mitigación frente al cambio climático, como los planes enmarcados en el Pacto de los Alcaldes donde, además de tomar medidas para mitigar el cambio climático y adaptarse a sus efectos inevitables, los firmantes se comprometen a proporcionar acceso a energía segura, sostenible y asequible para todos, ayudando así a aliviar la pobreza energética.

En la actualidad CARTIF, junto con GEOCYL Consultoría S.L., está desarrollando el Plan de Acción por el Clima y Energía Sostenible de Logroño y entre los proyectos de investigación cabe destacar el proyecto NEVERMORE, donde trabajamos en el desarrollo de metodologías y herramientas para la evaluación de medidas de adaptación y mitigación a varias escalas, que les sirvan de referencias a los políticos a la hora de definir sus estrategias climáticas y energéticas.