¿Qué es generalmente conocido como Inteligencia Artificial – o IA?. Hoy en día es un término universalizado, que aparece no solo en círculos académicos reconditos y oscuros escondidos del resto de la sociedad. La mayoría de nosotros hemos, en cierto nivel, escuchado el término. IA no es otra palabra de moda; está aquí para quedarse. Esto realmente no es noticia: muchos ejemplos de historias de éxito de sistemas basados en IA han sido muy popularizados por los medios de comunicación (AlphaGo, DeepBlue, Chat-GPT, por nombrar algunos). El auge del Deep Learning y su aplicación a un amplisimo espectro de áreas han ayudado a su difusión masiva en años muy recientes. Dado que IA es transversal; la tecnología de IA es, en la mayoría de los casos, independiente de la tarea. Esto significa que los métodos de IA pueden utilizarse para una amplia gama de aplicaciones y problemas muy diferentes.

Y, aunque esto es absolutamente cierto, existe una brecha importante entre lo que significa IA para las personas que trabajan en la investigación de IA y para las personas ajenas a ella (público general, responsables políticos, empresas tecnológicas, diferentes sectores económicos…). Que no se me malinterprete, esa brecha es natural: los especialistas en cualquier área tienen su propia jerga para abordar los temas de una manera específica en comparación con los no especialistas. Pero también creo que 1) los esfuerzos para cerrar esta brecha y desmitificar la IA pueden tener un impacto muy positivo y 2) esto puede fomentar un ecosistema mucho mejor para la investigación y la innovación en todos los sectores económicos y sociales, y a nivel local, nacional e internacional.

Aquí está mi opinión al respecto: una gran parte de la brecha proviene del lenguaje. Cójase esta opinión con pinzas y saque sus conclusiones de los sistemas basados en IA con los que se pueda encontrar.

Apuesto a que probablemente hayas oído, ya sea en las noticias, al hablar con amigos, o en un proyecto relacionado con IA, una afirmación similar a:

"Este sistema es una IA. Esta IA es inteligente. La IA hace esto como lo haría un especialista humano"

Tengo tres problemas con esta afirmación, y los problemas son lingüísticos, no tecnológicos. Los explicaré desde un punto de vista práctico usando un ejemplo de sistema que incluye métodos de IA en un proyecto del área de Salud y Bienestar de CARTIF: un robot del modelo Temi (llamado Matías) en el proyecto EIAROB, que es un robot social que se desplegará en los domicilios de personas mayores durante el proyecto, para ayudar a monitorizarlas y acompañarlas, mejorando así el bienestar de las personas, reduciendo la soledad, y extrayendo información sobre el estado de salud de las personas y su progresión para su personal médico. En este contexto, las capacidades del robot Temi se describen en la siguiente figura.

Funcionalidades del robot Temi; en verde aquellos que incluyen métodos de IA. El robot Temi se usa en el proyecto EIAROB, en el que CARTIF participa, innovando en la creación de nuevas extensiones para el robot para mejorar el bienestar de las personas mayores en sus casas.

Los tres problemas que me plantean las afirmaciones anteriores sobre IA son:

  1. Una app o sistema artificial no es una IA o Inteligencia Artificial: la app o sistema puede incluir elementos que usan métodos de IA o que pueden estar basados en IA; la IA es un campo de estudio, como lo es por ejemplo la física, la química o la biología. Por ejemplo, el robot Temi no es una Inteligencia Artificial; incluye elementos que usan métodos de IA (en verde en la imagen, como reconocimiento y generación del habla para una conversación).

  1. Decir que un sistema artificial es inteligente, aunque es absolutamente válido, tenemos que ser conscientes de que es un atajo lingüístico. El sistema puede usar mecanismos de IA, pero no funcionan de la misma manera que una persona de la que se dice que es inteligente. En general, hay que hacer un esfuerzo por intentar evitar poner gratuitamente propiedades humanas en los sistemas artificiales (antropomorfizar). Por ejemplo, decir que el robot Temi es inteligente porque puede mantener conversaciones es un atajo lingüístico; incluye métodos de IA (Procesamiento del Lenguaje Natural) que son capaces de interactuar en lenguaje llano con los humanos, pero estos métodos son en realidad estadísticos, y no son una representación real de cómo los humanos procesan el lenguaje en sus cerebros.

  1. Un sistema basado en IA realiza una función. Es posible que el sistema incluya mecanismos, métodos o algoritmos que se inspiren, imiten o modelen la forma en que los humanos abordarían el problema. Pero, en última instancia, el sistema no usa el mismo proceso que los humanos. Contiene elementos que pueden haber sido diseñados pensando en cómo los humanos abordarían un problema (por ejemplo, basándose en matemáticas, estadística, lógica o cálculos), pero realizan abstracciones y aproximaciones y, como tales, no puede decirse que hagan las cosas como los humanos. Por ejemplo, algunos de los mecanismos que utiliza el robot Temi para hablar con los humanos se basan en redes neuronales artificiales, que es un conjunto de métodos matemáticos y estadísticos de IA que permiten reconocer y generar lenguaje en la conversación. Estos métodos de redes neuronales artificiales, en sus inicios (años 50-70), estaban ligeramente inspirados en cómo funcionan las neuronas en el cerebro biológico, pero no pretenden reproducirlo.

Estos factores no cambiarán la manera en que se crean los sistemas basados en IA, pero podrían cambiar la manera en que pensamos sobre los sistemas basados en IA. Así pues, en lugar de hablar de «inteligencias artificiales» como sistemas, abogo por hablar de «sistemas con métodos de IA» o «sistemas basados en IA», e intentar ser claros y específicos al hablar de IA de manera consciente. No olvidemos que el propósito de cualquier sistema artificial es tener un impacto positivo en la vida de las personas. Las personas deben estar en el centro de todos los esfuerzos de ingeniería; en consecuencia, los sistemas basados en IA deben concebirse como herramientas de ayuda a las personas y entenderse como tal.

En CARTIF, trabajamos en un amplio espectro de proyectos que implican IA aplicada a diferentes fines, y en cada paso de nuestros esfuerzos en I+D+i mantenemos la mirada puesta en el objetivo de crear o mejorar procesos que, en última instancia, sirvan a las personas y a la sociedad. Por ello, los sistemas que creamos y desarrollamos en estos proyectos son sistemas con métodos de IA, o sistemas basados en IA, pero no son «inteligencias artificiales».

Iñaki Fernández Pérez
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