Mejorando nuestras ciudades con TICs

Mejorando nuestras ciudades con TICs

En la Unión Europea un 40% del total de la energía final se consume en los edificios residenciales y del sector terciario. Es por ello que desde Europa se han creado diferentes directivas para que los Estados Miembros diseñen estrategias a largo plazo con el objetivo de fomentar la renovación de edificios residenciales y comerciales aplicando criterios de eficiencia energética. Para poder definir estrategias eficientes, éstas deben ser establecidas de una forma holística, pensando más allá de edificios aislados: en términos de distritos y también de ciudades. Debido a esto son cuantiosos los proyectos de investigación que indagan en la mejor manera de realizar esta rehabilitación para obtener los resultados deseados.

Sin embargo, la definición de una estrategia de rehabilitación para un barrio o una ciudad no es trivial y existen numerosos factores que deben ser analizados antes de llevar a cabo la intervención. Aunque los objetivos a conseguir suelen ser claros (reducción en el consumo de energía, reducción en la emisión de gases contaminantes, introducción de energías renovables…) el camino para la consecución de esos objetivos es variable y distintas medidas pueden ser aplicadas en un mismo escenario con diferente grado de éxito. El análisis de las medidas más eficientes en términos de coste-beneficio necesita de una cantidad considerable de información sobre la zona a considerar y de la realización de una serie de cálculos complejos que nos permiten obtener unos indicadores asociados a las distintas posibles intervenciones a realizar.

Es en este punto donde el uso de tecnologías TIC aporta un valor añadido: realizando los cálculos a través de herramientas de simulación (tanto energética como de cálculo de costes y aspectos ambientales entre otros). Los análisis de los posibles escenarios resultan más precisos y además se automatizan procesos que de forma manual resultarían tediosos y proclives a fallos. Sin embargo, aunque existen distintas herramientas para realizar las simulaciones, no hay en la actualidad una herramienta que permita un diseño de proyectos de rehabilitación de forma automatizada.

En este sentido, en CARTIF trabajamos en varios proyectos orientados a la creación de este tipo de herramientas para el diseño de proyectos de rehabilitación en ciudades, como el recién iniciado Nature4Cities o el proyecto OptEEmAL  en el que se lleva trabajando desde 2015. Ambos están financiados por la Comisión Europea dentro del programa Horizon 2020.

El proyecto Nature4Cities propone el desarrollo de una herramienta para la ayuda al diseño de proyectos de rehabilitación energética en entornos urbanos mediante la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza (Nature Based Solutions – NBS), soluciones explicadas por mis compañeros en un post anterior.

Por otra parte, el proyecto OptEEmAL se centra en desarrollar una plataforma de diseño de proyectos de rehabilitación energética a nivel de distrito. Trabajando con los datos de entrada proporcionados por el usuario (BIM, CityGML y otros datos) la plataforma OptEEmAL de forma automática genera y evalúa posibles escenarios de rehabilitación basados en la aplicación de una serie de medidas de conservación de la energía.

Dichas medidas están recogidas en un catálogo de acuerdo a un modelo de datos basado en estándares (como IFC). Las soluciones incluidas en este catálogo son tanto de tipo pasivo (mejoras de la envolvente, cambio de ventanas), como de tipo activo (relativas a los sistemas de generación de energía, energías renovables o estrategias de control) y se aplican tanto a nivel de edificio como a nivel de distrito. Estas medidas podrán ser soluciones genéricas con valores establecidos por defecto o soluciones específicas proporcionadas por casas comerciales.

Para la evaluación de los distintos posibles escenarios se analiza una serie de indicadores de rendimiento, que se catalogan en distintas categorías: energéticos, de confort, medioambientales, económicos, sociales y urbanos. Una vez la optimización ha tenido lugar se muestran al usuario las soluciones que ofrecen mejores valores de la evaluación de los indicadores. La plataforma OptEEmAL suministra al usuario información detallada del proyecto de rehabilitación seleccionado, con un alto nivel de precisión.

En CARTIF seguiremos trabajando en esta área de conocimiento con el compromiso de ayudar en la búsqueda de la eficiencia energética y, en definitiva, de mejorar las ciudades y lugares donde vivimos.

La re-naturalización de nuestras ciudades

La re-naturalización de nuestras ciudades

El 54% de la población mundial vive actualmente en las ciudades y está previsto que esta cifra aumente hasta alcanzar el 70% a mediados del presente siglo. Las ciudades se han convertido en lugares desnaturalizados donde es difícil encontrar entornos naturales conectados. El actual modelo urbanístico presenta uno de los más graves desafíos mundiales del siglo XXI: el rápido y cambiante desarrollo de las actividades industriales, así como la incontrolada expansión urbana, provocan numerosos problemas sociales, ambientales y de salud.

Nuestras ciudades se enfrentan a desafíos ambientales relacionados con la baja calidad del aire, el efecto “isla de calor”, el aumento de los riesgos por inundación, el aumento en la frecuencia y la severidad de los fenómenos extremos, el abandono de las zonas industriales y los problemas de ámbito social (incremento de la criminalidad, exclusión social, desigualdad, marginalidad, pobreza y degradación de ambientes urbanos).

Los efectos de la concentración de población en las ciudades son generalmente “invisibles” para la mayoría de la ciudadanía, pero permanecen latentes y aparecen ante la opinión pública cuando ya han causado graves problemas y la recuperación ambiental es mucho más difícil.

En muchas de las ciudades del mundo, la calidad del aire ha mejorado significativamente en las últimas décadas. No obstante, la calidad del aire aún afecta a la salud de las personas y del ambiente. En Europa, la contaminación del aire debida a la industria ha sido reemplazada por la contaminación debida al tráfico rodado y a las calefacciones. La calidad del aire es, por lo tanto, un problema ambiental común para las ciudades grandes y medianas en todo el mundo.

Otra consecuencia del cambio climático y la acumulación de población en las ciudades es el efecto “isla de calor”: áreas urbanas más calientes que zonas rurales próximas debido fundamentalmente a la topografía urbana y a los materiales empleados en los edificios o en los pavimentos. La temperatura media anual de una gran ciudad puede ser de 1 a 3 oC mayor que en sus alrededores. Además, durante las noches de verano la diferencia de temperatura puede alcanzar los 12 oC.

En lo que a la gestión de espacios urbanos se refiere, los distintos tipos de lugares abandonados y deteriorados en las ciudades suponen un importante desafío. En estas zonas, el conflicto ambiental se centra en problemas ambientales como la contaminación del suelo y determinadas emisiones, buscándose únicamente la reutilización no adaptativa de esos espacios y olvidando la vertiente social del problema, lo que genera el escepticismo y rechazo de los ciudadanos ante las acciones a emprender.

A todos estos problemas se les puede hacer frente del mismo modo que la naturaleza lo haría: empleando soluciones desarrolladas durante miles de años. Son las conocidas como Soluciones Basadas en la Naturaleza (Nature Based Solutions – NBS). Así se conseguirá la reconversión de las urbes en lugares donde la naturaleza vuelva a estar presente y donde el ciudadano pueda acercarse de nuevo a ella.

Las NBS fomentarán un urbanismo sostenible, restaurarán áreas degradadas, desarrollarán medidas de adaptación y mitigación del cambio climático y mejorarán la gestión de los riesgos asociados al mismo. Las NBS, como acciones inspiradas en la naturaleza, presentan un enorme potencial para ser energéticamente sostenibles y resistentes a los cambios, pero su éxito dependerá de su adaptación a las condiciones locales.

La implementación en las ciudades de corredores verdes, sumideros de carbono, caminos vegetales, agricultura urbana (urban farming), sistemas de drenaje sostenibles (SUDS- Sustainable Urban Drainaje Systems), muros y tejados verdes, filtros verdes urbanos, espacios acuáticos, módulos de polinizadores, entre otras NBS, será una constante en los próximos años, con el fin de conseguir un urbanismo sostenible y la re-naturalización de nuestras ciudades.

Viviendo entre dioxinas y furanos

Viviendo entre dioxinas y furanos

Hace unos días, en París, en el marco del 3º Congreso de Energía y Conocimiento del Medioambiente, E2KW 2016, celebramos el evento final de nuestro proyecto europeo LIFE DIOXDETECTOR, cuyo principal objetivo ha sido la aplicación de una nueva técnica analítica para la cuantificación de dioxinas y furanos.

¿Qué son estos compuestos?  Las dioxinas y furanos son compuestos que forman parte de un grupo de productos químicos peligrosos llamado Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs). Cuando escuchamos la palabra “dioxinas” suele crearse una cierta alarma (y no es para menos) ya que son compuestos “preocupantes” por su elevado potencial tóxico así como su persistencia en los organismos (entre los 7 y 10 años).

Grandes catástrofes como el grave accidente ocurrido en 1976 en una fábrica de productos químicos en Seveso (Italia), las altas concentraciones de dioxinas que se encontraron en aves de corral y huevos procedentes de Bélgica en 1999 o la retirada del mercado de toneladas de carne de cerdo y productos porcinos a finales de 2008 en Irlanda, ya que se detectaron cantidades de dioxinas 200 veces por encima del límite de inocuidad prescrito, entre otros, han servido para estudiar los efectos que a largo plazo las dioxinas y furanos causan sobre la salud y medioambiente.

¿Dónde se producen? Sus fuentes de emisión son, principalmente, la incineración de residuos sólidos, procesos industriales (papeleras, fundiciones, etc.) y tráfico rodado, aunque también se pueden generar de modo natural (incendios forestales). De todas estas fuentes, las incineradoras de residuos sólidos constituyen la fuente más importante por ello están expresamente reguladas por la Directiva europea para los residuos peligrosos 2000/76, traspuesta en la legislación española en el RD 653/2003, estableciéndose el valor límite de sus emisiones totales en 0,1 ng/Nm3.

Esto no implica que el problema de las dioxinas y furanos no nos pueda afectar si no vivimos cerca de una incineradora, ya que, debido a la presencia generalizada de estos compuestos, todas las personas tienen antecedentes de exposición que no repercuten en la salud humana.

¿Pero cómo nos afectan? En el ser humano, estos compuestos pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario, interferir con hormonas y de este modo, causar cáncer.

En el medio ambiente, los estudios muestran que el suelo y la vegetación cercanos a las incineradoras pueden llegar a contaminarse por la liberación de dioxinas y metales pesados, a niveles por encima de las concentraciones de fondo normales.

Entonces ¿qué podemos hacer? El análisis de este tipo de compuestos es uno de los más complicados que existen.

Sin lugar a dudas, las medidas más eficaces para evitar o reducir la exposición humana a estos compuestos son las que se adoptan en la raíz, es decir, en las propias fuentes de emisión, con controles más rigurosos de los procesos industriales para minimizar su formación.

Pero es necesario ir más allá, ya que la elevada toxicidad de estos compuestos a concentraciones muy bajas hace necesario el desarrollo de técnicas de análisis altamente sensibles, como la tecnología propuesta en LIFE DIOXDETECTOR.

El resultado final ha sido muy esperanzador. La tecnología desarrollada presenta características muy interesantes:

  • Es capaz de detectar concentraciones de estos compuestos por debajo del nivel de partes por cuatrillón (ppq)
  • Presenta tiempos de análisis más bajos (tiempos de filtrado de milisegundos frente a los minutos que tardan las columnas cromatográficas)
  • No se requieren largos periodos de tiempo para que la cantidad a detectar sea apreciable y
  • El coste del análisis es considerablemente más barato

Está claro que una mejora en la calidad del aire es una mejora en nuestra calidad de vida. Sólo hay que echar un vistazo a noticias como: “Madrid supera los límites de dióxido de nitrógeno y activa la fase 2 del protocolo de anti polución del Ayuntamiento” o “La mala calidad del aire de Avilés obliga a decretar la prealerta por contaminación”, entre otras, para darse cuenta de las consecuencias que conlleva una mala calidad del aire en nuestro día a día. Merece la pena, sin duda, invertir esfuerzos en ello.

Comemos o picamos: ‘snackificamos’

Comemos o picamos: ‘snackificamos’

Sin duda el sector de aperitivos es uno de los más fuertes del agroalimentario, así lo demuestra su creciente valor de mercado. En torno a la palabra aperitivo se agrupan patatas fritas, frutos secos y otros (aperitivos extrusionados, palomitas, cortezas, etc). Sin embargo, la categoría de aperitivos se ve actualmente englobada por la de snacks, un sector que se está ampliando a un gran número de productos que en muchas ocasiones nada tiene que ver con lo que conocíamos como aperitivos.

Históricamente, los snacks eran algo que consumíamos entre horas y, que además, nos hacía sentir culpables por ingerir más calorías de la cuenta, o dar a nuestros hijos algo que “les quita el hambre” antes de la comida o cena. Sin embargo, el consumo de snacks se ha convertido en algo cada vez más habitual y ya no es entre comidas, es la comida!

Sin duda, la cultura de la alimentación está en constante cambio (y ¿quién dijo que para mejor?) adaptándose a los nuevos estilos de vida (cocinar menos, estar más tiempo fuera de casa) y en esta nueva actitud cada vez hay cabida para más variedades de productos que sean sencillos de comer, con ninguna o muy poca preparación y que tengan un tamaño fácil de llevar.

De acuerdo con la consultora Nielsen, actualmente en España el 45 % de los consumidores ingiere regularmente un snack como alternativa a una o más comidas al día de las comidas del día. De este porcentaje, 52 % lo hace como desayuno, 43 % en la comida y 40 % en la cena.

Eso sí, el consumidor pide a los snacks que sean saludables (o que nos hagan sentir menos culpables de no comer en condiciones…) y que aporten algún beneficio sobre el organismo. Esto está llevando a la industria alimentaria a desplegar las alas de la innovación y crear todo tipo de productos ricos en nutrientes (proteínas, vitaminas, minerales, etc), productos frescos (o poco procesados, pero envasados y listos para usar), productos de alta densidad, de bajo índice glucémico, bajo contenido en azúcar, sal y grasa entre otros.

Veamos una pequeña muestra de lo que ya hay en el mercado y de lo que está viniendo:

Cereales, legumbres, verduras y frutas. El snack saludable

La percepción del snack como algo poco saludable y cargado de calorías se desvanece con los productos lanzados para ocupar esta categoría. Encontramos una amplia variedad de frutas y vegetales deshidratados (recubiertos o no y con más o menos contenido en azúcar), cereales de todas las formas y colores, pero en su mayoría, integrales, sólos o mezclados con bayas de goji, frutos rojos o frutos secos. Muy presentes, los denominados “cereales milenarios” (chia, sorgo, quino, mijo..) cocidos y listos para el consumo, en productos expandidos o  en barritas.

Los probióticos migran. Ya no están en el yogur, se pasan al snack a través de vegetales fermentados y chips a base de cereales milenarios, proteínas, arroz integral y semillas de chia en los que se  incluye el cultivo de probioticos

Gran tendencia también los germinados: harina de cereales y de leguminosas germinados a los que se les atribuye propiedades nutricionales muy interesantes y se consideran más fácilmente digeribles.

Y, sin duda, vienen con fuerza las combinaciones de cereales y vegetales o frutas y vegetales que aportan sabor, color y, sobre todo, nutrientes, especialmente vitaminas A, C E y D.

Snacks de frutas y verduras deshidratadas

Snacks a partir de leguminosas

Smoothies de frutas

Proteinas: el snack cárnico

Considerando la carne como un fuente de proteínas, surgen distintos tipos de snacks e incluso, innovación en formatos para el consumo de productos cárnicos elaborados.

Virutas de jamón o cecina, los llamados jerkies (carne deshidratada y o macerada), aderezados con toda clase de especias y aromas.

Jerkyde distintos sabores

Y están llegando al mercado: barritas de carne. Con alto contenido en proteínas, ternera, cordero, cerdo, visón…o insectos.

Barritas de ternera con vegetales

Snacks a base de carne de ternera, pollo, cerdo o visón

Formatos mini para productos cárnicos

El snack lácteo

En este sector, las novedades están más enfocadas al público infantil. Así, encontramos una amplia variedad de formatos pouch, o bolsita para tomar en cualquier momento.

Soluciones saludables para niños mediante el desarrollo de barritas lácteas (por ejemplo, con el contenido en calcio equivalente a un vaso de leche, rico en proteínas y bajo en calorías) pero sobre todo, innovación en el formato de presentación: monodosis o listo para consumo.

Todo tipo de pequeños formatos para el queso

Está muy claro que este sector ofrece grandes oportunidades y son muchas las empresas que ven en la snackización una oportunidad para desarrollar un producto apetecible y fácil de comer entre horas. Eso sí, ajustándose a los criterios de lo que el consumidor conoce como saludable, sostenible y a lo que está dispuesto a pagar por ello.

Sin duda, es necesario un ejercicio de reflexión por parte de la Industria Alimentaria para combinar todas estas claves y que la innovación pasa, en gran medida, por nuevas formas en los ingredientes y por nuevos procesos de producción.

Cuando los edificios históricos hablan (I)

Cuando los edificios históricos hablan (I)

Permíteme recordarte que Europa es el continente que cuenta con el más diverso, rico y numeroso patrimonio cultural de todo el mundo. 609 millones de turistas visitaron en 2015 el “viejo continente” (29 millones más que en 2014) según la Organización Mundial del Turismo, y, aunque resulte un tanto pretencioso, se sugiere que el 37% de esos turistas son turistas culturales, cifra que crece un 15% cada año. Esta “curiosa especie” que deambula por las ciudades tiene la imperiosa necesidad de visitar el patrimonio cultural construido del lugar y participar en eventos culturales.

Estoy de acuerdo con que hablar de los inmuebles históricos como recursos turísticos tiene un punto “mezquino” al considerarse el Patrimonio como elemento integrador e identificador social totalmente intangible, pero igual de cierto es que es un recurso económico y sólo haciendo caja se asegura su sostenibilidad. De esta manera se fijan y crean miles de empleos, que a su vez refuerzan ese carácter de vertebrador social que tiene y que incluso permite mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Precisamente por esto el sector público viene dando un empujón a la creación de más y más atracciones culturales con el patrimonio construido como escenario. El turismo cultural se percibe como la principal fuente de financiación para la preservación de los inmuebles, al generar los turistas los recursos necesarios para su mantenimiento y restauración. Veremos si esto es realmente así en los próximos años, porque según el informe Richards, ahora mismo existe una oferta muy superior a la demanda.

Asegurar la protección y la preservación de nuestro patrimonio cultural construido es, hoy por hoy, más urgente que nunca. No ya sólo como “presa” del turismo cultural, y no ya sólo también como marca de territorio (incluyendo al ciudadano), sino por su vulnerabilidad a la contaminación, el cambio climático y las presiones socioeconómicas. Todos estamos malos de vez en cuando y sabemos que, aunque no lo hagamos, siempre es mejor prevenir que curar. Pues lo mismo le ocurre al patrimonio cultural construido: es tan deseable como importante disponer de sistemas automáticos que continuamente nos indiquen cómo se encuentran los inmuebles culturales, previniendo males antes de que estos sean tan costosos como irreparables. Como cuando un médico nos ausculta. Ahora bien, ¿qué necesitamos auscultar? En el argot técnico decimos “monitorizar”, y para ello se utilizan sensores de muchos tipos, pero principalmente registran tres aspectos:

  • La temperatura y la humedad relativa. Ambas siempre están ligadas (de hecho la segunda es inversa de la primera). Cualquier bien cultural tiene una cantidad mayor o menor de vapor de agua a una temperatura determinada, lo que influye decisivamente en la estabilidad físico-química de los materiales de que están hechos. Inadecuadas condiciones de temperatura y humedad producen deformación y rotura; oxidación y corrosión; así como biodeterioro (aparición de microorganismos).
  • Luz natural y artificial. La iluminación puede ser de origen natural (el sol), o artificial (fuentes eléctricas), pero independientemente de su origen es una radiación electromagnética que cubre fundamentalmente los rangos ultravioleta (UV), visible (VIS) e infrarrojo (IR). En conjunto provocan fotodegradación (decoloración) y aumento de temperatura, sobre todo en materiales orgánicos (pinturas, textiles, libros y documentos).
  • Contaminantes. La composición y calidad del aire se ven alterados por compuestos que provienen en su mayoría de la utilización de combustibles fósiles (tráfico rodado, calefacciones de los edificios y actividades industriales). Estos compuestos pueden desencadenar reacciones químicas que afectan a los materiales provocando corrosión; manchas y costras; y también biodeterioro.

Iremos desglosando particularmente estos parámetros en posts sucesivos.

En cualquier caso el papel de centros tecnológicos como CARTIF es decisivo para dar un pasito más en los desarrollos técnicos necesarios para hacer que la monitorización pueda hacerse a coste admisible y de forma totalmente compatible con la estética y la funcionalidad del lugar. Proyectos de referencia internacional en este sentido en que CARTIF está jugando un importante papel son:

Tras Italia y China, España es el país del mundo que atesora el mayor número de bienes patrimonio de la humanidad. Además, somos un destino turístico mundial de primer orden, con una componente cultural en alza. Jugando en casa, Castilla y León acapara el 60% del patrimonio español… ¿Nos ponemos las pilas?

La mejor película de Leonardo DiCaprio

La mejor película de Leonardo DiCaprio

Pensaba seguir hablando sobre iniciativas de Green Manufacturing, pero he decidido hacer una entrada con un enfoque distinto a la fabricación sostenible, pero aun así complementario.

El pasado 30 de octubre se estrenó la película documental sobre el cambio climático Before the Flood (Antes del diluvio) en el canal de televisión de National Geographic. La película, de 95 minutos de duración, está dirigida por Fisher Stevens, protagonizada por Leonardo Dicaprio y producida, entre otros, por el propio DiCaprio y Martin Scorsese.

La película ha sido filmada durante tres años y en ella se muestra a DiCaprio visitando varias regiones del planeta que ya han sido afectadas por el calentamiento global causado por el hombre. También incluye  entrevistas con personalidades como Barack Obama, el Papa Francisco, Sunita Narain, Elon Musk, y Johan Rockström. Recomiendo a todo el mundo el visionado de dicha película que puede ser vista de forma gratuita (y en castellano) en el canal de youtube de National Geographic España.

He tenido la gran suerte durante los últimos tres años de trabajar en el proyecto demostrativo REEMAIN. En este proyecto, entre otras muchas cosas, tres fábricas (galletas, fundición de hierro y tela vaquera) de manera voluntaria (y con el apoyo de fondos europeos)  están realizando varias iniciativas que les permitan aumentar su eficiencia  en cuanto al consumo de energía y recursos materiales.

Aun en casos subvencionados como los del REEMAIN, las modificaciones del proceso productivo  cuyo único fin es reducir el impacto ambiental del proceso productivo no son nunca fáciles, especialmente si van en contra de los beneficios esperados. Incluso en algunas situaciones, las medidas propuestas no afectan sustancialmente a la rentabilidad de la fábrica, pero son percibidas por la Dirección como elementos de riesgo o incertidumbre innecesarios.

¿Por qué una empresa cualquiera va a poner patas arriba todos sus sistemas de producción y trabajo para luchar contra el cambio climático? ¿Qué pasa con aquellas empresas cuyos productos o procesos productivos son inherentemente contaminantes?

Animar simplemente a las empresas a que incluyan entre sus principales objetivos la lucha contra el cambio climático es buena idea, o al menos es mejor que no hacer nada, pero es claramente insuficiente. El proceso no será lo suficientemente rápido. El cambio debe ser impulsado de forma externa y es nuestra responsabilidad como ciudadanos-votantes-consumidores que ocurra. O bien impulsado por el poder político a través de legislación restrictiva como la prohibición de instalar calderas de carbón a partir del 2012. O también puede ser impulsado por un movimiento de rechazo de los consumidores a adquirir aquellos productos y servicios  asociados a un alto impacto medioambiental. Por ejemplo, las campañas de concienciación contra los productos que contienen aceite de palma.

La película de DiCaprio, lógicamente está más orientada hacia el público norteamericano, por lo que dedica algo de tiempo a explicar  su sistema político y las relaciones que existen entre los políticos y las grandes empresas de hidrocarburos. Ésto hace que en el congreso de Estados Unidos haya un porcentaje importante de representantes que todavía en el año 2016 directamente niegan el cambio climático. En Europa, nuestros representantes políticos afortunadamente ya no dudan del cambio climático. Sin embargo, el miedo a los posibles efectos negativos sobre la economía parece frenar el desarrollo de normativas que restrinjan o prohíban los productos y procesos más contaminantes. Esto último ha quedado claramente patente en la gestión del escándalo “Dieselgate”.

La película finaliza (no es un spoiler, puesto que lo importante no es el final sino todo el desarrollo) con el mensaje de que detener el cambio climático está en nuestras manos a través de dos herramientas: nuestro consumo y nuestro voto.

Consumir de forma diferente. Reflexionando sobre lo que compramos, lo que comemos y  quien nos suministra la energía, puede marcar un primer paso.

Votar a líderes que lucharán contra el cambio climático, marcará el segundo paso. Líderes que acaben con los subsidios y la explotación de los combustibles fósiles, que inviertan en renovables y que establezcan algún tipo de impuesto sobre el carbono.

No podría estar más de acuerdo con estas dos reflexiones. Sin embargo, yo añadiría que además de consumidores y votantes también somos ciudadanos y por tanto también debemos intentar comunicar y convencer al resto de ciudadanos de la importancia de detener el cambio climático. Este post es mi primer granito de arena.