La Planificación de los usos del suelo clave en la transición ecológica

La Planificación de los usos del suelo clave en la transición ecológica

El cambio climático y la degradación medioambiental representan una de las mayores amenazas, no solo de la Unión Europea, sino del mundo. De hecho, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres ha afirmado que «la crisis climática es un código rojo para la humanidad y, en consecuencia, es necesario una acción climática urgente y coordinada antes de que sea demasiado tarde». Esto implica trabajar en la definición de estrategias efectivas de adaptación y mitigación hacia una sociedad climáticamente neutra y resiliente, superando para ello el actual enfoque de silo a favor de uno sistémico para evaluar los impactos, riesgos e interacciones del cambio climático en todos los sectores o sistemas (e.g. los sistemas climático, energético o terrestre).

Un sistema consiste en un conjunto integrado de elementos interrelacionados que trabajan juntos e interactúan dentro de un marco socioeconómico complejo. En particular, el sistema terrestre (Land System), recientemente reconocido como uno de los límites del planeta en riesgo de ser sobrepasado, es el resultado de la interacción humana con el entorno natural, por lo que abarca todos los procesos y actividades relacionadas con el uso humano del territorio, incluidas las inversiones socioeconómicas, tecnológicas y organizativas, así como los beneficios obtenidos de la misma (e.g. alimentos, materiales, energía, vivienda, etc.) e incluso, los impactos socio-ecológicos no deseados de las actividades sociales, como por ejemplo la degradación de la biodiversidad o la pobreza energética entre otros.

En los últimos años, la ciencia del sistema terrestre (land system science) ha pasado de enfocarse en la observación del cambio y la comprensión de los impulsores de éstos, a enfocarse en explotar esa mejor comprensión para diseñar estrategias sostenibles a través de la participación de los actores clave y en el concepto de planificación territorial y de los usos del suelo. Por lo tanto, está claro que una mejor comprensión de los impulsores, el estado, las tendencias y los impactos de los diferentes sistemas ayuda a revelar cómo los cambios en el sistema terrestre afectan al funcionamiento del sistema socio-ecológico en su conjunto, así como las compensaciones que estos cambios pueden representar. Por tanto, gracias a la interrelación entre el sistema terrestre y el resto de los sistemas críticos en la lucha contra el cambio climático, la ordenación del territorio se perfila como una herramienta clave e incluso crítica, en la transición ecológica.

Como puede imaginar, la planificación de los usos del suelo no es un concepto nuevo, la regulación de los usos del territorio puede haberse originado hace unos 4000 años en las ciudades de adobe de Mesopotamia; sin embargo, a partir de la década de 1980, las prácticas de planificación de los usos del suelo han cambiado hacia un enfoque integral y participativo, involucrando expertos en planificación, tomadores de decisiones e incluso ciudadanos.

Especialmente relevante en la transición ecológica, es la planificación de los usos del suelo en las ciudades, ya que la dinámica de las ciudades, consumiendo recursos ilimitados (el 75% del consumo de los recursos naturales tiene lugar en las ciudades), es insostenible y excede la capacidad de algunas variables esenciales de los ecosistemas.

Función guía de la sostenibilidad urbana. Fuente: Rueda, S. (1995)

Salvador Rueda1, propuso considerar la ciudad como un ecosistema (formado por elementos interrelacionados entre los cuales hay organismos bilógicos), evaluando su eficiencia como la relación entre el consumo de recursos (E), el número de personas jurídicas urbanas (n) (actividades económicas, instituciones, equipamientos y asociaciones) y valor de la diversidad de personas jurídicas, también denominada complejidad urbana (H).

De acuerdo con esto, los esfuerzos en la planificación de las ciudades deben centrarse en establecer un nuevo modelo urbano siguiendo los principios del urbanismo ecosistémico: incrementando la compacidad y complejidad urbana en su organización de los usos del suelo, asegurar un uso eficiente de los recursos (metabolismo urbano) y asegurando una mayor cohesión social.

En CARTIF, trabajamos en el desarrollo de modelos (a diferentes escalas), herramientas y soluciones para apoyar este enfoque sistémico en la transición hacia un uso sostenible del suelo, guiando los procesos de toma de decisiones de ordenación territorial y en la evaluación integral de soluciones de adaptación y mitigación al cambio climático. Por ejemplo, en el proyecto eParcero trabajamos en el soporte de la ordenación territorial identificando parcelas con potencial para determinados usos del suelo (e.g. desarrollo industrial, energético,etc.) mientras que en el proyecto RENERMap, desarrollamos modelos para la identificación de parcelas con potencial energético renovable (e.g. energía eólica, solar o geotérmica) que contribuyan a la descarbonización del sistema energético de nuestra comunidad autónoma, integrando en todos los casos, datos geoespaciales climáticos, ambientales y sociales en la planificación territorial.

planificación usos del suelo

Específicamente, el proyecto RethinkAction (GA 101037104) coordinado por CARTIF, tiene como objetivo ofrecer una plataforma de evaluación integrada para simular y evaluar soluciones basadas en la planificación territorial y de los usos del suelo a escala local, europea y global a lo largo del tiempo. A nivel local, se definirá una metodología pan-europea para el desarrollo de modelos dinámicos aplicados en los 6 casos de estudio (ejemplos representativos de los impactos del cambio climático), mediante el uso de métodos de modelado dinámico como Dinámica de Sistemas (DS) o el Modelado basado en agentes (ABM) junto con herramientas GIS.


1 Rueda, S. (1995) Ecología Urbana, Editorial Beta.

¡Larga vida a las baterías!

¡Larga vida a las baterías!

Desde el smartphone que llevamos a diario, la tablet o el ordenador portátil, hasta cualquier otra herramienta eléctrica portátil que usamos en nuestro día a día llevan implícito el uso de un sistema de acumulación de energía eléctrica, o lo que comúnmente se conoce como baterías, en este caso baterías recargables.

Pero, ¿sabemos realmente qué es una batería, qué contiene o cómo se pueden recuperar los materiales que la hacen funcionar?

Muchas veces el desconocimiento de nuestro entorno nos provoca una mala gestión de algunos de los elementos que nos rodean cuando llegan al final de su vida útil.

Antes de conocer estos detalles, ¿sabrías decirme cuántos tipos de baterías existen en la actualidad?. Hablamos de las Níquel Metal Hidruro, Níquel Cadmio o nos centramos en las de Litio-Ion, ¿ahora mismo en boca de todos?

  • Las Níquel Cadmio se utilizan principalmente para alimentar ordenadores portátiles, teléfonos móviles e inalámbricos y algunas variedades de juguetes, pero cada vez se usan menos.
  • Las Níquel Metal Hidruro son una variedad de pilas menos perjudiciales para el medio ambiente y con una vida útil más larga.
  • Las de Litio-Ion son las baterías con mayor capacidad de almacenamiento de energía en comparación con las dos anteriores y las que actualmente más se están utilizando.

Si bien, este post se podría alargar tanto como tomos tienen algunas de las enciclopedias, aquellas que cogen polvo en nuestras estanterías de casa, la idea inicial es la de poder conocer un poco mejor las baterías de Litio-Ion y el por qué es necesario atender a la recuperación de sus materiales al final de su vida útil.

Para entender la importancia de esta necesidad de materiales se debe conocer la dependencia de materias primas que sufre nuestro continente europeo, materias primas críticas como las que encontramos en las actuales baterías de Litio-Ion como son el cobalto, níquel, litio o manganeso. Muchos de estos materiales están concentrados en lugares muy concretos del planeta, lo que crea una mayor dependencia de estos.

Bien, ya sabemos que existen diferentes tipos de materiales dentro de las baterías de Litio-Ion, pero vamos a complicarlo un poco más, pues no solo existe un tipo de batería de Litio-Ion, sino que, según su aplicación, hablamos de diferentes químicas, es decir, los componentes que conforman las diferentes celdas de las baterías se basan en distintos materiales, cantidades y concentraciones, así como diferentes morfologías. Estos diferentes, digamos modelos, están cambiando desde su invención a finales de los años 90, ya sea debido a esa dependencia de materias primas o a los avances tecnológicos. Podemos contar con hasta 6 tipos distintos de modelos de baterías de Litio-Ion. Y por si lo estabas pensando, si, esto complicará su reciclaje.

Fuente: https://enrd.ec.europa.eu/news-events/news/committing-climate-neutrality-2050-commission-proposes-european-climate-law-and_en

Ya hemos asumido que somos dependientes en cuanto a materias primas pero, además, tenemos que añadir la tendencia a la descarbonización de nuestro sistema energético, que principalmente en el sector transporte está tendiendo hacia el vehículo eléctrico, que como ya sabemos, usa baterías de Litio-Ion. El objetivo de Europa es el de alcanzar la neutralidad del carbono en 2050.

Volviendo a la pregunta inicial, ya sabemos qué materiales conforman una batería y que existen muchos tipos de estas, pero además sabemos de la necesidad de nuestra comunidad europea en cuanto a la reutilización de estos materiales, por lo tanto, tendremos que recuperar dichos materiales al final de la vida útil de las baterías de Litio-Ion, pero, ¿cómo se hace?

Existen a día de hoy 3 grandes métodos para el reciclaje de dichas baterías denominados pirometalurgia, hidrometalurgia y reciclaje directo, cuya influencia sobre la cadena de valor es la siguiente:

  • Pirometalurgia: proceso de fundición a alta temperatura, que suele constar de 2 pasos: primero, las baterías se queman en una fundición, donde se descomponen los compuestos y se queman los materiales orgánicos, como el plástico y el separador; después se generan nuevas aleaciones mediante la reducción del carbono de las cenizas.
  • Hidrometalurgia: en este proceso, la recuperación de materiales se logra mediante una química acuosa, a través de la lixiviación en disoluciones ácidas (o básicas) y su posterior concentración y purificación, mediante evaporación o separación del disolvente. La pureza y calidad de los metales extraídos se suele diferenciar en función de esa última etapa de purificación del proceso.
  • Reciclaje Directo: método de recuperación propuesto para reacondicionar y recuperar directamente los materiales activos de las baterías, conservando su estructura original.

Si atendemos a la neutralidad del carbono, el primer método dejará de ser viable a largo plazo, pues conlleva una serie de emisiones de gases de efecto invernadero asociadas, por lo que las vías más sostenibles serán la hidrometalurgia y el reciclaje directo.

Nuestros maravillosos aliados ¡y vecinos!

Nuestros maravillosos aliados ¡y vecinos!

Se oye hablar mucho del declive de las abejas, de la falta de polinizadores, pero ¿qué son los polinizadores? Y lo más importante ¿qué hacen por nosotros y que hacemos por ellos?

El grupo de polinizadores es muy amplio, no solo son las abejas productoras de miel, las cuales pertenecen a una familia. De hecho, solo en España tenemos más de 1.000 especies de abejas de seis familias diferentes, el 75% de las abejas son solitarias y viven en el suelo, y es que con más de 20.000 especies de abejas en el mundo han evolucionado y se organizan de muy distintas maneras.

Polinizadores

Otros polinizadores son las aves, mamíferos y reptiles, y es que las plantas son muy listas ¡llevan muchos millones de años más que nosotros sobre la tierra! Y eso se traduce en mayor evolución y adaptación. Los vegetales han desarrollado sofisticados métodos de atracción para lograr sus propósitos reproductivos, ya que ¡hay que hacer llegar el polen a su destino! por ello se valen desde una lagartija hasta una mosca, pasando por el murciélago, sin olvidar también el aire y el agua, que también ayudan en la polinización.

Pero si hay tantos medios para la polinización, ¿por qué son tan importantes los polinizadores, en concreto las abejas? Pues es que, al menos en este caso, ¡el tamaño y la forma importa! Hay todo tipo de insectos pequeños, gordos, largos, con lengua muy larga, en fin, ¡de muchos tamaños! Al igual que hay muchas formas y tamaños de flores, de granos de polen, y es que las plantas, son muy sibaritas.

Las plantas han evolucionado de tal manera que cada una ha desarrollado su sistema, algunos muy exclusivos, para que no le llegue el polen de otra planta, por eso hay tantos olores, para hacer una primera criba de «invitados a comer»; y muchos tamaños, algunas abejas deben sacar hasta 20mm su probóscide o «lengua» para llegar a la comida; algunas como la flor de la pasión que tiene los estambre y pistilos muy grandes, y solo pueden ser polinizada por abejorros grandes; otras son complicadas como la flor boca de dragón que la abeja tiene que meterse como si fuera una cueva; y otras más pequeñas como las margaritas que necesitan que el insecto sea pequeño y, por eso, son polinizadas por ejemplo, por pequeñas moscas a rayas negras y amarillas que son los sírfidos, pasando por el girasol que es una margarita en grande y por tanto necesita un polinizador más grande como es la abeja de la miel. Y es que hay miles de familias de abejas de distintos tamaños, que van desde los 4-5 mm, hasta los 30-35 mm (las de la miel miden entre 15 y 20mm).

Ambas flores, girasol y margarita, tienen unos «pétalos» grandes alrededor blancos o amarillos (que en realidad son lígulas) y un montón de florecillas amarillas en el centro de donde salen las semillas (que en el girasol las llamamos pipas), la próxima vez que paséis por un parque coged una margarita y fijaros bien en la parte amarilla ¡son todo pequeñas flores! Con sus estambres, estigmas y todas las partes de una flor ¡ que recordamos a duras penas de cuando lo estudiamos en el colegio!

Corte de nido de abejas solitarias. Fuente: Luis Óscar Aguado

Los colores, otro mecanismo de atracción para que los polinizadores las detecten ¡desde muy lejos! Con nuestra vista nos parecen todos los colores iguales, pero con su visión especial ven de distinta forma los colores de las flores. Y es que al final las plantas han hecho que los insectos y polinizadores evolucionen como transportadores de polen, y ellas, a cambio, dan manjares, en forma de frutos, semilla, polen, néctar etc. Como veis, hay numerosos mecanismos para atraer al polinizador correcto, por tanto, si la población de alguno desaparece en un corto periodo de tiempo, la planta no puede adaptarse y menos reproducirse.

Abeja poniendo huevo en caña de bambú. Foto: María González

Muchos polinizadores obtienen recompensas alimenticias de las plantas, pero no se alimentan exclusivamente de ellas como son los reptiles o las aves, sin embargo, las abejas si, las abejas dependen en exclusiva de las plantas para alimentarse. Y es que tanto sus larvas como el insecto adulto se alimenta de productos florales como son el néctar y el polen. Y como hemos visto no todas las flores alimentan a todos los polinizadores.

Entonces, ¿cómo podemos ayudar a los polinizadores?

Podemos construirles un refugio, según la familia de abejas tiene distintas formas de vivienda o agrupación social. Algunas construyen galerías en el suelo donde viven, por lo que colocar un tiesto en la ventana es suficiente; otras en agujeros en los troncos o trozos de madera ¡incluso conchas! Así que una manera sencilla que no ocupa mucho espacio es poner un hotel para abejas solitarias, es muy sencillo, consiste en un manojo de cañas de bambú cortadas o un trozo de madera con agujeros de distintos diámetros entre 5-25 mm, con fondo, es decir, que no atraviesen la madera y sin grietas, ya que son posibles entradas para parásitos y predadores. Ahí las abejas pondrán poner los huevos que dejarán con el néctar o el polen recolectado y lo taparán, y al cabo de un año saldrán las nuevas abejas y se irán a buscar otro agujero. Así que no hay peligro de que nos piquen. Las abejas no viven ahí, solo dejan los huevos, son solitarias, no forman colmenas, no forman comunidades, duermen en las flores y ramas.

Las abejas solitarias ¡no pican! Bueno sí, pero no como las de la miel, me explico, muchas abejas mueren al picarte, las abejas solitarias no forman comunidades, como no tienen que defenderla, no son agresivas, no atacan, no pican, esto hace que instalar este tipo de refugios sea recomendable en colegios, los niños pueden acercarse y ver cuantos agujeros hay tapados y contar así las abejas a las que han ayudado.

Además, estas abejas solo recolectan sustento para comer y para sus propias larvas, por lo que no necesitan hacer tanta recolección, otras necesitan comida para criar a toda su descendencia, y otras a toda la colonia y a los humanos, por eso si las molestas con la mano, la mayoría se van, no quieren problemas, atacarte les cuesta la vida, pero otras son más insistentes porque necesitan mucha comida y cuanto más cerca de la colmena estés, como las de la miel, más agresivas se vuelven y te atacan. Por eso hay una regulación especial para tener colmenas, considerándose un tipo de ganadería (apicultura o ganadería de la miel) y teniendo que cumplir requisitos de distancias a poblaciones, etc. Incluso tiene que respetar distancia entre ellas, ya que, si hay poca comida, ataca a otros polinizadores, como las abejas solitarias, ya que están compitiendo por el alimento.

Hotel de abejas con dos agujeros ocupados situado en CARTIF. Foto: María González.

También es importante que haya flores todo el año, por ellas y por nosotros, hay muchas plantas autóctonas con distintos periodos de floración para que tengan comida todo el año, de distintos tamaños para abejas de todos los tamaños.

¿Cómo nos ayudan? La parte más conocida de la labor de los polinizadores, es la de polinización y es que el 80% de las plantas dependen de ellos, de entre ellas muchas su función es la de proveernos de comida, actualmente el 75% de los cultivos necesitan de la polinización, y ahí incluimos los cultivos necesarios para la alimentación del ganado, por lo que de ellos también depende la producción de derivados ganaderos.

Módulo de polinizadores en CARTIF
Módulo de polinizadores, módulo con flores todo el año situado en CARTIF. Fuente: María González

Los polinizadores por tanto son nuestros aliados, gracias a ellos se mantiene una gran parte de las comunidades vegetales naturales y urbanas, y de nuestros alimentos. El cambio climático, los pesticidas, la intensificación agrícola, el desbroce y segado continuado de parques y lindes, incluida la proliferación de colmenas, están haciendo que su población descienda de manera rápida. Además, todavía nos queda mucho por aprender de ellas por lo que es muy necesario ayudarlas de manera consciente y racional, y no solo a nivel de expertos, sino también a nivel social, todos nosotros podemos ayudar a su conservación, cuidando a los polinizadores y cultivando más flores a nuestro alrededor, ya que sin flores no hay polinizadores y viceversa.


Bibliografía

Si queréis saber más podéis consultar las webs de grandes profesionales como son www.lepidopteros.com y www.abjeassilvestres.es

Bibliografía: Curro Molina & Ignasi Bartomeus. 2019. Guía de campo de las abejas de España. Editorial Tundra, Castellón. 250pp. 19,5 x 12’5 cm. ISBN 978-84-1670-77-0.

http://arba-va.blogspot.com/2019/06/la-importancia-de-las-abejas-solitarias.html

Fotos: Óscar Aguado y María González.

La educación es algo más que contenidos

La educación es algo más que contenidos

La educación que recibimos las personas durante toda nuestra vida se encuentra muy influenciada por el entorno en el que vivimos. Cuando somos pequeños y empezamos a tomar consciencia del mundo, la sociedad suele proporcionarnos los modelos y el nivel de conocimientos que se consideran, de forma general, necesarios. Las familias, el vecindario, profesionales de la sanidad y el colegio quizás sean los que más influencia ejercen porque desde la sociedad adulta se cree que son los que más nos pueden ayudar a alcanzar el nivel de cultura mínimo que se considera, de forma estándar, necesario. Sin entrar en la discusión del modelo educativo más adecuado, lo cierto es que actualmente se pone mucho énfasis en el tipo de educación que se tiene que ofrecer en los colegios y otros centros educativos.

Desde el proyecto LIFE myBUILDINGisGREEN, en el que participa CARTIF, queremos explorar cómo incorporando espacios saludables y re-naturalizados en los colegios, se puede ayudar a, además de adaptar los edificios a los efectos del cambio climático, a formar personas y a aumentar la cultura en la infancia.

Los colegios tienen una gran importancia en la niñas y niños, ya que es donde pasan una amplia parte de su infancia y las nuevas generaciones empiezan también a formarse como personas. Por un lado, empiezan a adquirir los conocimientos básicos que forman parte de la cultura colectiva y que en distinto grado los humanos vamos empleando. También es el lugar donde empiezan a adquirir valores y modelos de referencia.

Por otro lado, el edificio del colegio en sí y su diseño también tienen una gran influencia en el aprendizaje, ya que afecta a las condiciones ambientales donde se desarrollan las clases. Los niveles de humedad y temperatura en las aulas están relacionados con la capacidad de aprendizaje 1,2,3,4. Temperaturas muy altas pueden tener un impacto significativo en el rendimiento de los estudiantes, inhibir el aprendizaje y generar estrés. El acondicionamiento térmico interior y los niveles de renovación del aire es un tema que no se tuvo en cuenta en la construcción de muchos de los colegios que actualmente se encuentran en uso y, en consecuencia, las condiciones ambientales de los centros educativos muchas veces no son las adecuadas. No debería ser aceptado que las clases se puedan llevar a cabo con temperaturas y humedad relativas del aire por debajo o por encima del rango que se establecen en la normativa actual (como es el caso del RITE5 en España). Quizás, por la singularidad e importancia de los colegios, los estándares deberían ser incluso más restrictivos que los considerados por la reglamentación. En este sentido, empleando soluciones naturales se pueden aprovechar los principios de la arquitectura bioclimática para mejorar el confort térmico de las personas en el interior de los edificios. Además, este tipo de soluciones naturales también permite mejorar las condiciones en las zonas de juego y actividad física al aire libre, mejorando la calidad del entorno de aprendizaje.

Pero en este sentido, desde LIFE myBUILDIGNisGREEN se quiere ir más lejos y hacer ver que el diseño actual de los edificios y patios en los que dominan los materiales duros, en los que no se han tenido en cuenta soluciones de arquitectura bioclimática y en los que parece que el confort de los propios usuarios de los mismos se ha sacrificado en pos de otros aspectos como la reducción en el coste de mantenimiento o buscando que los niños y niñas se manchen lo mínimo, no es el más adecuado desde muchos puntos de vista.

naturaleza colegios

La falta de suelo natural, la baja presencia de árboles o arbustos y de otra vegetación hace de los colegios lugares en los que frecuentemente se evita la presencia de la naturaleza. Desde nuestro punto de vista, esta concepción de los espacios educativos aleja a las nuevas generaciones de la naturaleza y puede influir en su percepción de como tienen que ser los espacios urbanizados. Sin embargo, el conocimiento que se tiene actualmente nos dice que la sociedad tiene que ir por otro lado si se quiere resolver a largo plazo o al menos si nos queremos adaptar a las consecuencias del cambio climático. Si no empezamos a enseñar a los niños la convivencia y el respeto por la naturaleza, el manejo de los recursos de forma adecuada y modificar muchas de las conductas que llevamos a cabo, será mucho más difícil afrontar el reto que tenemos por delante. La sociedad tiene que actuar desde muchos puntos de vista, pero no debemos olvidar que los que ahora disfrutan de su infancia serán los que tengan que afrontar este reto también en las próximas décadas.

Desde LIFE myBUILDINGisGREEN creemos que aumentando el contacto con la naturaleza de los niños y haciéndoles partícipes de sus efectos beneficiosos nos permitirá crear una sociedad futura más preparada para afrontar los retos que vienen.

Dejamos para otro día comentar cómo afecta también a la educación de la sociedad, no solo en la infancia, el tipo de espacios urbanos en los que vivimos. Disponer de parques y zonas verdes cerca de nuestras viviendas o lugares de trabajo, la presencia de infraestructura verde y biodiversidad en las calles y la gestión de los retos sociales empleando soluciones naturales en lugar de emplear siempre soluciones «duras» y que solamente tienen una visión antropocéntrica de los problemas. Esta visión antropocéntrica además suele olvidarse de los más débiles de la sociedad, o de los que menos se quejan.


Autores:

José Fermoso Domínguez

Raquel Marijuan Cuevas

Esther San José Carretas


1 http://conference.iza.org/conference_files/environ_2016/park_j24228.pdf

2 https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0038092X12002447

3 https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3185940

4 https://www.sciencefdirect.com/science/article/pii/S0013935119302257

5 La temperatura operativa recomendada según el RITE es: En verano: entre 23ºC y 25ºC (frente a 23ºC y 27ºC según el INSHT). En invierno: entre 21ºC y 23ºC (frente 17ºC y 24ºC según el INSHT). La humedad relativa marcada está entre el 45-60% en verano y entre el 40-50% en invierno

De cómo Jeff Bezos me recordó la importancia de la huella de carbono

De cómo Jeff Bezos me recordó la importancia de la huella de carbono

El pasado 20 de julio no pude dejar de pensar en Jeff Bezos. Viajó al espacio, tras haber organizado su propio viaje privado. Hubo muchos titulares de prensa y generó muchísimas opiniones al respecto.

¿Me intrigaba si volvería sano y salvo? No exactamente.

Mi inquietud no estaba en el coste económico del viaje (que también), en la coherencia de su decisión (que también) o en si merecía tanta repercusión mediática (que también). El problema fue que mi mente no paraba de traducir ambientalmente el viaje, pensando en el Análisis del Ciclo de Vida del mismo.

Además, tras el viaje, en una de sus declaraciones reconoció lo asombrado que estaba por la «fragilidad» de la Tierra vista desde fuera.

¿Pero, fue su viaje una iniciativa sostenible para esta Tierra frágil?

Primer viaje al espacio de Jeff Bezos. Fuente: France 24

El desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.

Para afirmar que cuidamos la parte ambiental de la sostenibilidad, lo óptimo es evaluar nuestro impacto y comunicarlo de una forma científicamente reconocida, por ejemplo, como huella de carbono, ya que este indicador cuantifica la totalidad de gases de efecto invernadero (GEIs) emitidos directa e indirectamente por un producto, proceso o servicio, basado en su análisis de ciclo de vida.

Parece que nos vamos concienciando de la importancia que supone un menor consumo de energía en nuestro hogar o el uso del transporte público, pero seguimos manteniendo muchas costumbres poco sostenibles en nuestro día a día. Por ejemplo. Te invito a pensar en el consumo de energía que requieren todas las interacciones que realizas a diario en internet. Ahora, multiplícalo por 4.200 millones de internautas.

«¡Houston, tenemos un problema!»

Conociendo qué actividades cotidianas son las que más GEI emiten, podemos cambiarlas por otras ambientalmente más sostenibles, y gracias a la información de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), me animo a contarte tres pasos para un detox digital que minimizará tu huella de carbono en este aspecto.

  • Limpieza: elimina los emails y los archivos online que ya no necesites. También las cuentas de redes sociales que no utilices. El simple hecho de existir y ocupar espacio en internet genera un impacto.
  • Date de baja en las newsletters que no lees, si te llegan muchos correos electrónicos que ni siquiera abres, deja de recibirlos. En cuestión de emisiones, cada email cuenta.
  • Elige visionar vídeos en su justa medida, pregúntate si el contenido merece la pena antes de darle al play. ¿Mejor en formato podcast, quizás?

Si aplicamos, por ejemplo, el principio de equidad al medio ambiente, cada persona tiene el derecho, aunque no la obligación, a hacer uso de la misma cantidad de espacio ambiental, así que, si nos comprometemos a usar este espacio con el mínimo posible, nos beneficiamos en conjunto.

Touché.

Porque esto implica, entonces, que la responsabilidad es compartida por tod@s. Es decir, que no solo es de Jeff Bezos.

En CARTIF, nuestra oferta tecnológica es muy amplia, y al turismo espacial no nos dedicamos, pero a evaluar la sostenibilidad y a calcular huellas ambientales sí.

Así que esperando la llamada de Jeff Bezos estamos.

¡La naturaleza vuelve a Valladolid!

¡La naturaleza vuelve a Valladolid!

Durante el confinamiento, hemos sido testigos de cómo la naturaleza volvía rápidamente a las ciudades en nuestra ausencia. La flora silvestre se adueñaba de los rincones de nuestras ciudades, creciendo de cada grieta disponible y recuperando poco a poco el espacio perdido. Se hizo visible que las calles también pertenecen a la vegetación, pero tal y como está pensada la ciudad impide su desarrollo. ¿En qué momento la naturaleza empezó a desaparecer de los entornos urbanos?¿Es posible que convivan? Y, si queremos que la vegetación vuelva definitivamente a las ciudades y poder disfrutar de ella, ¿qué medidas se pueden tomar?.

La relación entre la naturaleza y la ciudad no siempre ha sido como la conocemos actualmente. Antes del desarrollo de la ciudad moderna, la vegetación estaba incluida en muchos espacios (paseos arbolados, espolones, alamedas…) formando parte del paisaje urbano. Algunos de estos espacios todavía sobreviven y podemos disfrutar de ellos. Pero esta convivencia empieza a desaparecer con el desarrollo de la ciudad actual (mitad del s. XX). Debido a la creciente demanda de espacios para coches, carreteras, aparcamientos, edificios… la ciudad se ha ido deforestando y relegando los espacios verdes y arbolado a un segundo plano, limitando su crecimiento a zonas concretas y aisladas, y en muchos casos desapareciendo por completo. Tomando como ejemplo la ciudad de Valladolid, podemos encontrar múltiples casos donde el arbolado y los jardines desaparecieron durante esta época. La Plaza Mayor, San Benito, Plaza Zorrilla, San Pablo… en la actualidad son plazas duras, impermeables y sin rastro de la vegetación que hasta hace no tanto tenían.

Con este nuevo urbanismo no solo se perdieron muchos espacios verdes, también los beneficios sociales y ambientales que aportan, reduciendo la calidad y el confort de los espacios urbanos. Las zonas verdes son zonas de ocio, juego, deporte y espacios de contacto con la naturaleza, pero también mejoran el bienestar y confort de los ciudadanos al reducir las altas temperaturas y mejorar la calidad del aire captando contaminación ambiental. Actualmente, la presencia de vegetación en las ciudades es especialmente importante para ayudar a adaptar las ciudades al cambio climático y mitigar sus efectos, ya que actúan como sumideros de carbono y mejoran la gestión del agua de lluvia, entre otros beneficios.

Por ello, en los últimos años ha cobrado una gran importancia revertir el modelo de ciudad actual e implantar nuevas políticas de desarrollo urbano orientado a re-naturalizar y recuperar la tradición de la naturaleza en la ciudad.

Las ciudades están empezando a tomar medidas en este sentido y ya hay actuaciones que reintroducen nuevos espacios verdes urbanos para aprovechar sus beneficios. Retomando el ejemplo de Valladolid, un caso representativo es el de la plaza España. Esta, como muchas otras plazas, perdió su arbolado para la construcción de un parking subterráneo, sobre el cual se encuentra un mercado actualmente.

espacios verdes urbanos valladolid (plaza españa)
Evolución de la Plaza España en imágenes

Gracias a fotografías antiguas, se puede ver que anteriormente la plaza era una zona verde, con dos filas de arbolado, ofreciendo un espacio sombreado y agradable. Es con la construcción del parking subterráneo (1995) cuando desaparece la vegetación en la superficie. Hasta ahora, la plaza se había mantenido como un espacio duro, sin apenas rastro de la vegetación de antaño y no es hasta el año pasado (2020) cuando se recuperó la plaza como un espacio verde de la ciudad. Esta acción se encuentra dentro del proyecto URBAN GreenUP, coordinado por CARTIF (www.urbangreenup.eu), cuyo objetivo es la aplicación de planes de Re-naturalización Urbana, en Valladolid y en otras dos ciudades europeas, Liverpool (Reino Unido) e Izmir (Turquía). En este caso, se trata de una cubierta verde sobre la marquesina, que permite mantener los usos actuales de mercado y parking. Devolver la vegetación a la plaza no solo tiene un impacto estético, también repercute en el confort y bienestar del espacio proporcionando además otros beneficios como una mejor gestión del agua de lluvia y la creación de un nuevo espacio para promover la biodiversidad urbana.

La combinación de nuevas formas de vegetación junto con las tradicionales, ha permitido que la naturaleza vuelva a este punto de la ciudad… de donde nunca debió marcharse. ¡Esperamos que muchas plazas sigan este ejemplo y recuperen los espacios verdes perdidos!