Conectando ideas con mercados: el papel del desarrollo de negocio en la innovación

Conectando ideas con mercados: el papel del desarrollo de negocio en la innovación

En el vibrante panorama de la innovación y la investigación y desarrollo (I+D), donde las ideas florecen y la creatividad se encuentra con la tecnología, el desarrollo de negocio emerge como el puente esencial entre el potencial teórico y la realización práctica. En el Centro Tecnológico CARTIF, reconocemos que este puente no es meramente un paso adicional en el proceso de I+D+i, sino un componente integral que determina el éxito y la sostenibilidad de nuestras innovaciones en el mercado.

El desarrollo de negocio en el contexto de I+D+i no se limita a la búsqueda de oportunidades comerciales para productos o servicios existentes; es una integración estratégica que comienza desde la concepción misma de la investigación. Significa alinear desde el inicio los objetivos de la investigación y el desarrollo con las necesidades del mercado, identificando nichos donde la innovación puede no solo entrar sino también expandirse y dominar.

La valorización de la innovación, proceso en el cual el conocimiento tecnológico se transforma en aplicaciones de mercado viables, requiere una comprensión profunda del ecosistema empresarial. En CARTIF, nos esforzamos por entender las dinámicas de mercado, las tendencias de la industria y las necesidades de los consumidores. Este enfoque nos permite no solo anticipar los cambios sino también ser parte de la fuerza que los impulsa, asegurando que nuestras innovaciones sean tanto relevantes como revolucionarias.

El desarrollo de negocio también implica la creación y el mantenimiento de una red sólida de contactos, incluyendo socios industriales, académicos y financieros. Estas colaboraciones son cruciales para el éxito de la I+D+i, ya que proporcionan los recursos, el conocimiento y el capital necesarios para llevar las innovaciones del laboratorio al mercado. En CARTIF, valoramos estas colaboraciones como el núcleo de nuestra estrategia de desarrollo de negocio, fomentando un ecosistema donde la innovación puede prosperar.

Al encaminarnos a crear modelos de negocio para las empresas basados en los resultados que les transferimos, no solo aportamos valor a nuestro trabajo sino que también maximizamos las posibilidades de negocio para nuestros clientes. Este enfoque dual asegura que no solamente estamos transfiriendo tecnología, sino que estamos activamente participando en la creación de oportunidades económicas sostenibles para las empresas que colaboran con nosotros.

Una de las principales ventajas de este enfoque integrado es la minimización del riesgo para las empresas que invierten en nuestra tecnología. Al ser capaces de generar modelos de negocio de manera directa, ofrecemos a nuestros clientes un camino claro hacia el retorno de su inversión. Esta claridad y seguridad en la inversión es esencial para fomentar una cultura de innovación audaz, donde las empresas se sienten empoderadas para adoptar nuevas tecnologías sabiendo que tienen un modelo de negocio sólido detrás que respalda su éxito.

El desarrollo de negocio es, sin duda, el catalizador que permite que las ideas de innovación se conviertan en realidades comerciales exitosas. En el Centro Tecnológico CARTIF, entendemos que la integración de estrategias de desarrollo de negocio en el proceso de I+D+i no es solo una opción, sino una necesidad para garantizar que nuestras innovaciones no solo sean pioneras, sino también impactantes y sostenibles en el mercado. Al poner el desarrollo de negocio en el corazón de nuestra estrategia de I+D+i, nos aseguramos de que el puente entre la teoría y la práctica no solo sea sólido sino también transitado, llevando la innovación desde el concepto hasta la comercialización con éxito.

Innovando con mayúsculas: i+d+I

Innovando con mayúsculas: i+d+I

Siempre he pensado que las siglas I+D+i respondían al mayor o menor riesgo de realización de las actividades asociadas y de ahí que las dos primeras fueran mayúsculas y la tercera minúscula.

Después de 15 años trabajando en un centro tecnológico me doy cuenta de que el hecho de hacer referencia a la investigación y al desarrollo en mayúsculas y la innovación en minúscula afecta a la impresión que se tiene sobre ese tipo de actividades. Psicológicamente lo que se tiene interiorizado, bajo mi punto de vista, es que la innovación es menos importante que la investigación y el desarrollo.

Partiendo de la base de que la innovación es aquella actividad con riesgo que se realiza y cuyo resultado está más cerca de su implementación y, por tanto, aumentan las posibilidades de generar valor, competitividad y en definitiva prosperidad, creo que la innovación se merece, como mínimo, escribirse también en mayúsculas.

Asimismo, la experiencia trabajando en CARTIF también me ha hecho reflexionar sobre el resultado de esa suma de tres variables: I+D+i, sobre la variable dependiente de la ecuación… Para mí el resultado es claro generación de IMPACTO. Y es impacto en una doble dirección: la investigación y desarrollo generan impacto sobre el estado de la técnica que no genera la innovación y que se materializa, principalmente en artículos y patentes, que cualquiera en cualquier parte del mundo puede aprovechar. La innovación genera impacto en el mercado dado que, en palabras del profesor Xavier Ferrás, «la innovación es la explotación con éxito de una idea con riesgo, que se materializa principalmente en beneficios y crecimiento, localizado en un punto concreto».

Xavier Ferrás.

Los centros tecnológicos somos entidades creadas para asumir tareas con riesgo y crear conocimiento tecnológico, pero sobre todo somos entidades creadas para valorizar ese conocimiento tecnológico y aplicarlo en el mercado y que se transforme en beneficio económico y social.

Es por ello importante para un centro tecnológico trabajar en que la i+d genere innovación, tratando de valorizar a medida los resultados para que el mercado interiorice y entienda el resultado generado y lo explote con éxito. Es importante apoyarse en colaboradores que agilicen los procesos de obtención de resultados y que, sobre todo, agilicen el proceso de transformar la i+d en I. En definitiva, se trata de colaborar para ganar valor. Se trata además de ayudar a construir sistemas de innovación eficientes, ajustando la obtención de resultados con riesgos a las exigencias del mercado desde el inicio de la concepción del resultado para que no exista un desfase temporal y/o tecnológico entre la generación y la explotación que cargan a los sistemas de innovación de ineficiencias y roturas de sus engranajes. Es importante contextualizar el marco de actuación a nivel global para avanzar en el estado de la técnica ganando posiciones, pero actuar en local en los procesos de valorización y transferencia, para que el beneficio económico repercuta en nuestros sistemas locales. Todo ello es clave para que los ecosistemas de innovación nazcan, aumenten sus capacidades y se consoliden en el tiempo. Todo ello es clave para que la innovación llame a más innovación.