Para muchos amantes de la ciencia ficción, los ordenadores cuánticos son esos cacharros que pueden hacer de todo y que van instalados como ordenadores de a bordo en naves espaciales o aparecen como ordenadores portables de tamaño reducido y estética sofisticada. Para muchos de aquellos que no son fans del género, los ordenadores cuánticos no les suenan ni de eso. En cualquier caso, lo común a ambos grupos es que en su mayoría no piensan que estos ordenadores sean reales.
La realidad es que los ordenadores cuántico existen y ya están en uso. Cierto es que estos ordenadores están lejos de ser las máquinas omnipotentes que la ciencia ficción retrata, y mucho menos son dispositivos pequeños y portables que podamos usar en nuestro día a día.
Los ordenadores cuánticos actuales son congeladores del tamaño de un hombre adulto que cuelgan del techo de laboratorios, con una vistosa apariencia: plataformas horizontales con un montón de cables de color dorado. El motivo de su curioso diseño es la inestabilidad de estos ordenadores. Dada su naturaleza cuántica, estos ordenadores se ven afectados por todo tipo de perturbaciones, desde pequeños movimientos sísmicos hasta ondas electromagnéticas como ondas de radio o de teléfonos. Además, estos ordenadores funcionen bien únicamente cuando trabajan a prácticamente cero Kelvin, con tan solo la energía necesaria para que un único electrón sea capaz de moverse por chip cuántico.
Las características de estos ordenadores, junto a su inmensa inversión a la hora de construirlos, hacen bastante difícil que en la actualidad dispongamos de nuestro propio Personal Quantum Computer como disponemos de los ordenadores PC en la actualidad. Pero lejos de desmotivar, incluso con estas desventajas, los ordenadores cuánticos ya están en uso gracias a plataformas de acceso remoto. Existen incluso kits de desarrollo software1 con repositorios de algoritmos (entre ellos, algoritmos de machine learning y solvers de problemas de optimización), herramientas de desarrollo de circuitos/algoritmos cuánticos, simuladores cuánticos y acceso a ordenadores cuánticos de distintas características. Además, la bibliografía y los tutoriales para el uso de estas herramientas son cada vez más prolíferas.
El aumento del uso de la computación cuántica se debe al aumento de la financiación pública y privada en sectores como las telecomunicaciones, la movilidad, la banca, la criptografía o la ciencia de la vida2. Desde la comisión europea, se espera una inversión de un billón de euros dedicados a proyectos de investigación en este campo para los años 2018-2028. Hasta mediados de 2021, ya se han apoyado más de 20 proyectos con una financiación de 132 millones3.
En particular, en España, el Consejo de Ministros aprobó una subvención de 22 millones de euros para impulsar el campo de la computación cuántica en 2021 con el proyecto Quantum Spain, proyecto con una inversión estimada de 60 millones a tres años. Además, llega a Barcelona el primer ordenador cuántico en nuestro país.
Aunque el ordenador debería haber sido al revés, después de todas estas cifras de inversión en el desarrollo de esta tecnología, nos preguntamos a qué se debe todo este interés en la computación cuántica. La respuesta es que estos ordenadores permiten la resolución de problemas imposibles de resolver para los ordenadores tradicionales. Además, debido a su diferente funcionamiento, son capaces de realizar operaciones de una manera mucho más rápida y eficiente.
¿Sabías que toda la criptografía actual se basa en la incapacidad de los ordenadores actuales en resolver algunos problemas matemáticos? En cambio, un ordenador cuántico completamente desarrollado no tendrá ese problema. Podría, por ejemplo, descifrar tu número de cuenta bancaria y acceder a tus ahorros. O también entrar en el pentágono y descifrar todo tipo de documentos secretos. Pero tranquilo, por suerte o por desgracia, los ordenadores cuánticos aún están lejos de este nivel de desarrollo.
Otro ejemplo de su utilidad sería el control de los switches de una red eléctrica, cuando quieres determinar la configuración que te proporcione mínimas pérdidas junto a un suministro garantizado de todas las cargas en la red.
En general, los ordenadores cuánticos son muy útiles en cualquier problema de control y logística con variables binarias y de gran tamaño.
Queda claro que lejos de tratarse de ciencia ficción, la computación cuántica es una realidad que cada vez se hace más patente en el ámbito académico y profesional. Lejos aún de ser los ordenadores de a bordo de una nave espacial o el núcleo de procesamiento de un ordenadores portátil o similar, su presencia ha aumentado tremendamente en los últimos años, y se espera que aumente aún más en los próximos diez años. Es importante, por tanto, que los investigadores y científicos nos vayamos familiarizando con estas nuevas tecnologías lo antes posible.
En el año 2020, la Comisión Europea lanzó una propuesta de proyecto de investigación o («topic») con 10 millones de euros de presupuesto que perseguía el desarrollo de nuevas turbinas de generación Mini-hidráulica en Asia Central.
¿Qué tiene de interés esta zona remota del mundo para que la Comisión Europea financie allí un proyecto? Asia Central es un pivote geográfico de Eurasia y engloba las cinco repúblicas ex-soviéticas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Se trata de una de las zonas habitadas de mayor antigüedad y como tal, ha sido testigo de ricas culturas y tradiciones como la antigua ruta de la seda. Sin salida al mar, es una zona de grandes recursos energéticos y minerales. En concreto, según un informe de 2019 de la Organización de Desarrollo Industrial de las Naciones Unidas, Asia Central tiene el segundo mayor potencial de generación Mini-hidráulica del mundo con 34.4 GW, y sólo es superada por Asia Oriental (China, Japón, las dos Coreas y Mongolia) con 75.4 GW. Sin embargo, a día de hoy, menos de un 1% de este potencial ha sido aprovechado, lo que supone que Asia Central es la región del mundo donde menos se ha desarrollado la generación Mini-hidráulica. Por tanto, parece evidente que detrás de este «topic», está el interés de la Comisión en abrir nuevos mercados para la industria europea de generación Mini-hidráulica.
¿Cuáles son las principales problemáticas que están impidiendo el desarrollo del sector en Centro Asia? Nos encontramos un variado abanico de barreras políticas, económicas, sociales, tecnológicas, legales y ambientales. Hay problemas comunes como la falta de información, la falta de financiación del sector privado, o la ausencia de incentivos legales. Algunos países de Asia Central tienen que lidiar con condiciones climáticas extremas, como por ejemplo, regiones de gran altitud donde es más probable que los arroyos se congelen en invierno. Además, es crucial considerar el concepto de nexo transfronterizo de Agua/Alimentos/Energía/Clima con visión de futuro para evitar desastres ecológicos como el del mar de Aral, que continúa su desecación a causa de la explotación insostenible de algodón.
El proyecto Hydro4U fue el ganador de esta convocatoria de la Comisión Europea y comenzó su andadura en junio de 2021 con una duración prevista de 5 años. Liderado por la Universidad de Múnich, el resto del consorcio lo completan fabricantes europeos de turbinas como Global Hydro Energy, entidades de Centro Asia como el International Water Management Institute o centros tecnológicos como CARTIF, que está liderando las actividades de replicación. En el marco del proyecto se están desarrollando dos nuevas plantas de generación Mini-hidráulica con diseños adaptados a las condiciones de la región, y que reducirán radicalmente los costes de planificación, construcción y mantenimiento, sin comprometer la eficiencia de la generación de electricidad. Las plantas se instalarán en dos enclaves ya seleccionados de Uzbekistán y Kirguistán.
En cuanto a CARTIF, un punto clave del trabajo que estamos llevando a cabo es el desarrollo de una herramienta de replicación orientada a futuros inversores o autoridades públicas con el objetivo de apoyar la toma de decisiones sobre nuevos proyectos de generación Mini-hidráulica. La herramienta se basa en un modelo computacional que integra un sistema de información geográfica (SIG) y datos estadísticos. La herramienta se va a implementar a nivel de cuenca vertiente, pudiendo ser aplicada en los dos principales ríos de la región: Syr-Daria y Amu-Darya. Está previsto que la herramienta integre varios módulos interactivos, con el objetivo de (1) visualizar el potencial sostenible de la generación Mini-hidráulica y la capacidad instalada, (2) simular escenarios de generación considerando las limitaciones del Nexo Agua-Alimentos-Energía-Clima, la sostenibilidad de los recursos e impactos socioeconómicos y (3) proporcionar recomendaciones técnicas y lecciones aprendidas relacionadas con la implementación de nuevos proyectos de este tipo.
La herramienta de replicación de CARTIF verá la luz a finales de 2025, y en este momento estamos trabajando en la definición del potencial sostenible de generación Mini-hidráulica, así como en el modelo Nexus de Agua-Alimentos-Energía-Clima a nivel de cuenca que nos permitirán simular escenarios futuros de generación que sean sostenibles con los recursos naturales.
Mantente informado de los avances del proyecto en la sección de noticias de la web de Hydro4U, así como sus redes sociales: Twitter y Linkedin.
Esta frase que ya forma parte de la historia, y que a la mayoría nos suena familiar aunque pertenezcamos a otra generación, se utilizó por los astronautas a bordo de la nave espacial Apolo13 después de que explosionara un tanque de oxígeno en la misma, dos días después de que comenzará su misión espacial de aterrizar en la luna, cuyo lanzamiento había tenido lugar el 11 de abril de 1970. Durante días, este acontecimiento fue mundialmente seguido por millones de personas para saber la suerte que les depararía a los 3 astronautas a bordo de la nave. Mientras tanto, desde la NASA se dedicaron a generar a contrarreloj una réplica digital mediante simuladores controlados por ordenador que replicarían las condiciones que se estaban produciendo en el espacio. Este modelo, que era fiel a la realidad, les permitía predecir el comportamiento que tendría la nave en el espacio para encontrar la solución más adecuada para poder traer de vuelta a la tripulación. Se podría decir que esta fue la primera aproximación hacia el concepto de gemelo digital.
Existen muchas definiciones diferentes del concepto de gemelo digital, o Digital Twin en su nombre en inglés, una de las primeras fue dada por Michael Grieves, experto en la gestión del ciclo de vida de los productos, cuya definición estaba centrada en la comparación virtual entre lo que se había producido con el diseño previo del producto, con el objetivo de mejorar los procesos de producción1. El campo de aplicación de los gemelos digitales es muy amplio, así como sus definiciones posibles, pero en términos generales podemos considerar que un gemelo digital es la representación digital de un activo físico, o de un proceso o sistema, del mundo físico real.
Los gemelos digitales se basan en la fidelidad de los mismos con la realidad, con el mundo físico, que nos permitan realizar predicciones futuras y optimizaciones en los mismos, donde se pretende que ambos ecosistemas, el del mundo físico y el ecosistema del gemelo digital (con la representación del mundo virtual), co-evolucionen entre sí, es decir, que se vean afectados el uno al otro y de un modo sincronizado. Esto es posible debido a que ambos modelos están conectados automáticamente de un modo bi-direccional. Cuando se produce solo la conexión automática de un modo uni-direccional, y que iría del modelo real existente en el mundo físico al modelo digital del mundo virtual, no podemos llamarlo como tal un gemelo digital, para estos casos recibiría el nombre de sombra digital. Un modelo digital por sí solo no podría considerarse un gemelo digital si no existe conexión automática entre el mundo físico y el virtual. El uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) junto con las técnicas de Inteligencia Artificial, entre ellas el aprendizaje automático o Machine Learning, permiten al gemelo digital aprender, predecir y simular comportamientos futuros para mejorar su operación.
Y todo esto del gemelo digital, ¿para qué?
El uso de los gemelos digitales se puede utilizar en numerosos campos, por ejemplo en las líneas de fabricación industrial, para mejorar los procesos de producción, o aspectos como su sostenibilidad energética y ambiental, campos en los que proyectos como ECOFACT están trabajando actualmente. Otro uso de los gemelos digitales se podría dar en las ciudades inteligentes o Smart Cities, gracias a lo cual se podría mejorar la gestión vial, la recogida de residuos, etc. A nivel edificio puede ser útil su aplicación tanto a nivel terciario (aquellos edificios dedicados al sector servicios) como puede ser un aeropuerto (donde se podría utilizar para predecir y gestionar más adecuadamente el edificio basándose en patrones de uso, asociados al tráfico aéreo programado) así como un edificio comercial o industrial, centrándonos en este caso en el edificio en sí, y no tanto en la línea de producción comentada anteriormente. A nivel residencial, el uso de gemelos digitales del edificio nos podrían ser también de gran utilidad, ya que podríamos predecir el comportamiento térmico del mismo, asociado a patrones de uso, para mejorar el acondicionamiento térmico del ambiente interior y minimizar el consumo de energía.
Desde CARTIF llevamos ya tiempo trabajando en la creación de modelos digitales de edificios basados en BIM (Building Information Modelling), con diferentes propósitos, como puede ser la mejora de la toma de decisiones a la hora de realizar proyectos de renovación profunda de edificios, con la finalidad de obtener la renovación más adecuada y conseguir una reducción de tiempo y coste en los mismos, con proyectos como OptEEmAL o BIM-SPEED. Estos modelos BIM, funcionarían como un facilitador para la integración de los sistemas estáticos (mundo físico) y dinámicos (mundo lógico proveniente de datos de redes IoT-Internet of Things) de un edificio, además de proporcionar el control en todas las fases del ciclo de vida de un edificio, desde su diseño, construcción, comisionado de sistemas, la fase de operación y mantenimiento, así como la posible demolición.
El reto que tenemos por delante en los próximos años, centrado en conseguir ciudades climáticamente neutras, que sean más sostenibles, funcionales y también inclusivas, hace que el uso de los gemelos digitales pueda ser de gran ayuda y vayan a ser cada día más utilizados y aplicados en estos ámbitos.
Como ya hemos comentado en anteriores blogs, el cambio climático y la degradación del medio ambiente son una amenaza existencial y uno de los retos principales a los que se está enfrentando Europa y el resto del mundo. Tomando acción y de forma pretendidamente ambiciosa, la Comisión Europea decidió a finales de 2019 lanzar el denominado Pacto Verde Europeo que busca transformar toda la Unión en una economía potente y competitiva, además de eficiente en el uso de recursos disponibles. El objetivo final del Pacto Verde es que seamos el primer continente neutro en emisiones de carbono en 2050. Es decir, los ciudadanos europeos debemos ser capaces de evitar emitir a la atmósfera, antes de 2050, todas las emisiones de gases de efecto invernadero que nuestro territorio no sea capaz de absorber.
Esta ambiciosa transición por la que todos los ciudadanos europeos debemos transitar, debe garantizar además que el crecimiento económico generado por estas actividades transformadoras no está asociado a un mayor uso de recursos. Esto significa cambiar el paradigma histórico de la evolución económica por el que etapas de un mayor crecimiento económico siempre han estado asociadas a un mayor uso de recursos energéticos y/o de materias primas. Además, se deben plantear soluciones que impliquen una transición justa, de manera que no haya personas ni lugares que se queden atrás en este proceso, favoreciendo por tanto al más débil o desfavoreciendo en el caso de que sea necesario.
En este entorno, de forma paralela a esta iniciativa global y como uno de los instrumentos más visibles por su carácter ejemplarizante aparece la Misión Europea de Ciudades Climáticamente Neutras e Inteligentes. Uno de los objetivos de esta plataforma creada por la propia Comisión Europea es que 100 ciudades europeas consigan alcanzar esta pretendida neutralidad climática 20 años antes que el resto y que estas actúen como centros de innovación y referencia para el resto de ciudades. La primera toma de contacto de las ciudades con la misión de ciudades fue mediante un compromiso voluntario, expresado en forma de Expresión de Interés que pretendía pulsar la motivación de las ciudades con ese compromiso tan ambicioso. El resultado no ha podido ser más esperanzador. La impresionante respuesta, movilizando a 377 ciudades que mostraron interés en participar en la iniciativa asegura al menos, la intención y compromiso de nuestras ciudades con este ambicioso reto. Centrados en España, el único requisito aplicable a nuestro país era que las ciudades candidatas contasen con más de 50.000 habitantes. En el proceso de selección, el único condicionante era contar al menos con una ciudad de cada estado miembro (27).
En España, como no podía ser de otra forma, no sólo la movilización ha sido extraordinaria, sino también los resultados. Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza han sido seleccionadas por la Comisión Europea entre las 112 ciudades seleccionadas (100 comunitarias y 12 procedentes de Estados asociados) que son ya parte de la iniciativa. Es decir, un 7% de las ciudades seleccionadas son españolas, y se apoyarán en el proyecto NetZeroCities (del que CARTIF forma parte entre otros socios españoles como UPM y Tecnalia). El primer paso de esta transformación consiste en el desarrollo del denominado Contrato Climático de Ciudades, un compromiso del Gobierno Municipal con la Comisión Europea y lo más importante, con su ciudadanía acompañado de un plan de acción y un plan financiero.
El reto para estas 7 ciudades no es sencillo. Tras un estudio de Material Economics, se considera que la transición hacia la neutralidad climática en 100 ciudades europeas tendría un coste total aproximado de 96.000 millones de euros. La misión de ciudades cuenta solo con 1.000 millones de euros para todo el programa. Es decir, entorno al 1% de los fondos serán aportados por la propia Misión.
Darle forma, mediante colaboración público-privada al casi 99% restante es un reto mayúsculo y para ello, las 7 ciudades españolas se han organizado en el autodenominado grupo espejo nacional de la misión de ciudades (CitiES 2030), en el que estas 7 ciudades además de Soria han firmado con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico el compromiso de trabajar conjuntamente hacia la neutralidad climática… Por tanto, ahora toca dar forma a todas estas buenas intenciones en forma de compromisos de apoyo económico, alineando las iniciativas europeas, nacionales, regionales y locales de forma que se pueda poner a disposición de los ecosistemas locales de innovación los recursos necesarios para poder dar los primeros pasos de dicha transformación.
Necesitamos que las buenas intenciones se transformen en programa tangibles. Y lo necesitamos ya si queremos estar a la altura de los compromisos a los que nuestras ciudades se han comprometido. No las dejemos solas.
Pensabas que nunca iba a pasar, pero estás viendo cómo pasa. Tu mundo patas arriba a una velocidad inesperada. Los ecologistas nos anunciaban un mundo diferente acorde a sus creencias, pero resulta que al final van a ser los fríos escépticos de la hoja Excel los que lo van a hacer. La guerra en Ucrania ha provocado una crisis energética, y ya veremos si no será también alimentaria, que no solo nos trae precios muy altos de la energía, sino que también podría provocar carestías de gas, petróleo y sus derivados.
Estamos viendo que para resolver esta situación se está proponiendo apurar los recursos del subsuelo europeo, sobre todo el gas de esquisto, y aumentar la capacidad de generación basada en la fisión nuclear. Todas estas medidas podrían servir para aliviar la crisis energética, aunque no parece que a estas alturas esté dispuesto a desentenderse de las emisiones de gases de efecto invernadero y de sustancias contaminantes. Así que es probable que no veamos mucha ruptura hidráulica, seguramente sí veremos más reactores nucleares y, sobre todo, es posible que veamos un fortalecimiento de las políticas de eficiencia energética y generación renovable que la Unión Europea lleva tiempo promoviendo. Y no será por cuestiones ecologistas, sino simplemente para mantener un sistema económico que no nos devuelva al siglo XVIII.
El sol y su hijo, el viento, aumentarán su peso en el sistema eléctrico con más rapidez de la esperada si no se interrumpe el acceso a las materias primas necesarias para fabricar los generadores. El almacenamiento de energía puede que se desarrolle con intensidad y terminemos familiarizándonos con el hidrógeno como lo hicimos en el pasado con el butano. Pero seguramente a lo que más nos cueste acostumbrarnos sea a las nuevas figuras que surgirán en la gestión del sistema energético.
Las comunidades de energía son una de las novedades que ya van tomando forma en España. Aunque todavía no son frecuentes, ya hay varios ejemplos de agrupaciones de personas que se unen para generar y gestionar la energía que consumen. El abaratamiento de los paneles fotovoltaicos favorece su instalación en los tejados domésticos, con lo que se consigue que la generación y el consumo estén cercanos. La gestión de la energía se puede hacer desde la nube gracias a Internet y empresas especializadas pueden ofrecer este servicio a las comunidades. El hidrógeno y las baterías parecen llamados a ser el medio de almacenamiento de energía, aunque dependerá del coste y de la disponibilidad de las materias primas. El Internet de las cosas permitirá gestionar la flexibilidad de la demanda dentro de la comunidad. Parece que empieza a ser posible que un grupo más o menos grande de ciudadanos constituyan su propia compañía de generación de electricidad.
Pero para que estas empresas participativas, este capitalismo a escala humana, sean posibles hay que vencer algunos obstáculos. Y dejando de lado reticencias ante el cambio, el más importante es el coste de poner en marcha una de estas comunidades. Se están haciendo grandes esfuerzos para comprender las motivaciones1 de las personas para ponerlas en marcha2, pero puede que no se esté poniendo el mismo empeño en diseñar los modelos de negocio que harían que fueran económicamente viables.
Se nos pueden ocurrir algunos modelos de negocio para las comunidades de energía. Si la comunidad genera su propia energía y la reparte entre sus miembros, estos se ahorrarán al menos los peajes de transporte que se cobran en la factura convencional. Otro posible negocio sería la venta de los excedentes de energía, pero la normativa vigente impone limitaciones a la distancia a la que puede llegar a estar el comprador. La flexibilidad de la demanda también podría dar lugar a un modelo de negocio basado en proveer a la red de distribución de servicios auxiliares, pero esto no es sencillo. Si se intentara hacer a través de los mercados de balance la normativa impone valores mínimos de potencia que para muchas comunidades será difícil alcanzar. Además, hay que tener en cuenta que no se puede interaccionar con la red sin cumplir toda una serie de complejas normas técnicas. Se hace necesaria la figura de un agregador independiente, que ya se prevé en la normativa en vigor, pero que no se encuentra desarrollada en su totalidad y que tendría que encargarse de intermediar entre la comunidad y la red eléctrica. Estos problemas se podrían solucionar si existieran mercados locales de energía o mercados de flexibilidad, pero en España se encuentran en estado embrionario y todavía llevará un tiempo verlos en funcionamiento.
Pero, a pesar de estas carencias, el actual panorama de crisis energética junto con las directivas que llegan de la Unión Europea impulsarán el desarrollo de comunidades de energía. El problema será encontrar los recursos para hacerlo. Las administraciones y los fríos escépticos de las hojas Excel a los que se les ocurran modelos de negocio innovadores puede que tengan la última palabra.
De todos es sabido que la luna pasa por diferentes fases en función de su posición relativa entre la Tierra y el Sol. Gracias a ello las noches pueden ser un escaparate para ver los cielos estrellados o el entorno perfecto para que los licántropos puedan enfrentarse a los vampiros.
En la ciencia también hay fases, y cambio de fases, en lo relativo al estado en el que se encuentra la materia. Sin embargo, los cambios en este caso tienen que ver con la temperatura y el calor y no con los estados de la luna.
Las transiciones de estado, tienen una ventaja importante y es que se producen a temperatura constante, permitiendo que la materia pueda adquirir y ceder calor sin cambiar de temperatura y por lo tanto reduzcan el impacto sobre el ambiente que las rodea. Son cambios que, a diferencia de la transformación sufrida por David Naughton en «Hombre Americano en Londres» (película que consiguió el Oscar en 1981 al mejor maquillaje), no son visibles, pero sí que se perciben.
La aplicación de materiales de cambio de fase, en particular aquellos que tienen en el interior de las viviendas temperaturas de transición habituales entre los 18ºC-25ºC, pueden ser empleados como recubrimientos en los muros con los que poder conseguir un mayor confort al estabilizar la temperatura radiante interior. No es raro encontrar viviendas que por un mal aislamiento sean como los vampiros térmicos, que nos quitan el calor, disparando la factura energética.
Dentro del proyecto SUDOE-SUDOKET, cuyo objetivo es el desarrollo de tecnologías facilitadoras esenciales (KET) aplicadas a los edificios innovadores, se han estudiado materiales de cambio de fase disueltos en morteros para comprobar su efecto sobre las condiciones en el confort interior, así como el efecto sobre el consumo de climatización.
Los resultados del proyecto han llevado a conclusiones como que se consigue una mayor estabilización de las temperaturas interiores si se mejora la temperatura radiante y, además, una reducción en el consumo de los equipos de climatización, consiguiendo así un ahorro energético, funcionando como si se tratara de un anillo de ajos atados al cuello de nuestro sistema de climatización.
Al igual que nuestro satélite favorito pasa de nueva a llena, los cerramientos de nuestras viviendas evolucionarán a un futuro con un mayor control de la temperatura superficial e incluso con cerramientos adaptativos que cambien de fase en función de las condiciones exteriores.
Agradecimientos
El trabajo se ha realizado dentro del proyecto SUDOKET – Mapeo, consolidación y diseminación de las Key Enabling Technologies (KETs) para el sector de la construcción en el espacio SUDOE, ref: SOE2/P1/E0677 que está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del programa INTERREG SUDOE.