Alimentos milenarios: superalimentos

Alimentos milenarios: superalimentos

Alimentos como la quinoa (o quinua) y el amaranto se consumen desde hace siglos en regiones de los Andes. Un ejemplo de esto es que en tumbas de más de cuatro mil años de antigüedad se encontraron restos de estos productos con lo cual se demuestra su consumo por culturas como los Mayas, Aztecas e Incas, dejando de esta manera un importante legado alimentario ligado al consumo de los mismos. En países como Bolivia, Colombia, Argentina, México y Perú su consumo es algo muy común y arraigado a la dieta básica.

El consumo de quinoa y amaranto se inició en Europa hace relativamente pocos años, atraídos por la biodiversidad existente en otras regiones para proveer productos con un alto aporte nutricional. Francia tiene un consumo elevado de quinoa, mientras que en España todavía no se ha extendido mucho. Uno de los colectivos que mayor consumo de estos productos tiene, son los celíacos debido a que no contienen gluten y por ende se usan como sustitutos del trigo. En Europa y Estados Unidos se consumen en forma de granos integrales, copos, harinas generales, harinas integrales de amaranto tostado, amaranto reventado al estilo rosetas, polvos pregel de amaranto, aceites de amaranto, barras de cereal, panes de amaranto, tortillas de amaranto y maíz, entre otros.

La quinoa está reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una gran fuente de nutrientes. Tanto que el año 2013 fue declarado el Año Internacional de la quinoa. Como ejemplos de sus diferentes usos y bondades, basta decir que la NASA aprovisiona a sus tripulantes con quinoa para misiones espaciales extendidas, debido a que es un alimento muy nutritivo. O que, además de su uso para alimentación humana, sirve como forraje para alimentación animal, debido a su valor nutritivo.

¿Sabías que uno de sus principales nutrientes son las proteínas?

Las proteínas son moléculas formadas por aminoácidos que son necesarias para el crecimiento del organismo y realizan funciones biorreguladoras (forman enzimas), de defensa del organismo (los anticuerpos son proteínas), homeostáticas (colaboran a regular el pH del organismo), entre otras.

¿Y dónde se pueden encontrar?

Las fuentes dietéticas que incluyen proteínas son la carne, huevos, legumbres, frutos secos, verduras y productos lácteos.
¿Sabías que nuestro organismo no es capaz de sintetizar todos los aminoácidos necesarios para su correcto funcionamiento?

Estos aminoácidos se conocen como “aminoácidos esenciales” y son diez; valina, leucina, isoleucina, fenilalanina, triptófano, metionina, treonina, histidina (esencial para el lactante), lisina, arginina (semiesencial).

Para que una proteína se considere completa debe contener todos los aminoácidos esenciales. Por eso, los alimentos que consumimos deben contenerlos, pero la mayoría de los alimentos contienen algunos de estos, siendo necesario por ello recurrir a realizar mezclas de alimentos, que en su conjunto cubran el aporte diario de estos aminoácidos.

Los alimentos que podemos mencionar cuyas proteínas son completas son la carne, el pescado, la soja, la espirulina, la quinoa y el amaranto, entre otros.

Ya existe una variedad muy amplia de productos que contienen quinoa y amaranto, y creemos que esta se puede ampliar mucho más si confiamos en las capacidades de centros de investigación como CARTIF que están en continua búsqueda de metodologías alternativas que ayuden a paliar distintos problemas, entre ellos la búsqueda de nuevas aplicaciones para productos tradicionales o la obtención de productos de alto valor añadido de materias primas y residuos agroalimentarios.

Accesibilidad TIC: deber, ganancia y satisfacción

Accesibilidad TIC: deber, ganancia y satisfacción

En un tiempo en que las tecnologías están presentes en todos los ámbitos de la vida de una persona, la accesibilidad TIC es imprescindible para asegurar la igualdad de oportunidades para todas las personas en el uso y acceso de recursos, productos y servicios.

En España, según el informe sobre Estrategia Española de la Discapacidad, un 8,5% de la población declara tener alguna discapacidad.

Teniendo en cuenta esta cifra, la tendencia a crear normativas y estándares para que las empresas ofrezcan productos accesibles, puede convertir el producto, no sólo en un bien social, sino también en una oportunidad de mercado.

Las grandes empresas, se pronuncian al respecto y empiezan a dirigir sus proyectos hacia la discapacidad. En este mes de marzo, Microsoft ha liderado una jornada informativa centrada en el “Estándar Europeo de Accesibilidad y su impacto en la industria TIC”.

En esta jornada se han reunido expertos nacionales de asociaciones y entidades públicas y privadas con Alex Li, experto en accesibilidad y analista de estándares de Microsoft. Juntos, han analizado las implicaciones de este estándar, su implementación en las administraciones españolas y la creación de mecanismos para garantizar su cumplimiento.

El Estándar Europeo de Accesibilidad se aprobó en febrero de 2014 y ha sido adaptado en España a partir de la norma europea EN 301 549: “Requisitos de accesibilidad adecuados para la contratación pública de productos y servicios TIC en Europa”.

Con este estándar se establecen los requisitos funcionales para garantizar que los productos y servicios TIC sean accesibles para todas las personas. Además, la norma europea describe los procedimientos de ensayo y la metodología de evaluación de cada uno de ellos.

Aun siendo conscientes de la importancia de la norma y de su aportación a derechos fundamentales, no es de obligado cumplimiento, por lo que se insta tanto a la administración como a las empresas privadas a responsabilizarse de su implantación en la industria TIC.

La implicación de la administración pasa por incluir la accesibilidad en las licitaciones y en sus criterios de contratación y la garantía de su cumplimiento. La de las empresas privadas por ofertar productos con accesibilidad integrada desde el principio del diseño.

Los puntos más destacables de las conclusiones de las jornadas se pueden resumir en los siguientes:

•    “El estándar acercará la tecnología a un mayor número de personas“ (Alex Li – Microsoft)
•    “El diseño para todos deber ser incorporado de serie”. (Miguel Ángel Valero -CEAPAT)
•    “La norma establece unos mínimos. La responsabilidad de su implementación es de todos”. (Loïc Marínez – Equipo redactor de la norma)
•    “La integración de la accesibilidad es también una obligación moral” (Miguel Ángel Valero – CEAPAT)
•    “El diseño accesible es una oportunidad de mercado que las empresas deben aprovechar”  (Jesús Hernández – Fundación ONCE)

En cuánto a los debates abiertos, cabe destacar el referente a la garantía y certificación de la accesibilidad del producto. Por un lado, están aquellos que creen que debe existir una certificación externa para garantizar la accesibilidad de los productos. Por otro, aquellos que creen que cada empresa debe auto certificar su producto.

La segunda opción puede resultar mucho más práctica y fácil de aplicar, ya que cada empresa conoce mejor que nadie su producto. Sin embargo, asociaciones relacionadas con la discapacidad parten de la desconfianza de la no aplicación de otras normas por empresas que dicen hacerlo, como ocurre en muchas ocasiones con la accesibilidad web.

Otro debate abierto, es el que se refiere a la vigilancia por parte de la administración del cumplimiento de la norma. Li, apoya la idea de medidas por incumplimiento de contrato. Para ello, el contrato o licitación debe llevar claramente incluidas las condiciones de accesibilidad del producto o servicio.

Por otra parte, si entre los criterios para la contratación pública se incluyen pautas de accesibilidad, las empresas que lo ofrezcan tendrán una ventaja competitiva sobre el resto, y la administración tiene en su mano garantizar la accesibilidad del producto.

Tenemos a la vista la posibilidad de evitar futuras sanciones, la oportunidad de mercado y la satisfacción de crear y vender productos socialmente inclusivos.

¿Es la accesibilidad una opción?

¿Es la accesibilidad una opción?

Es parte de la naturaleza humana relativizar los inconvenientes y los problemas dependiendo de lo que nos afecte personalmente o a nuestro entorno. En lo que se refiere a accesibilidad y diseño universal, aún hoy en día, es frecuente la creencia de que esos son problemas que deben abordar solo aquellas personas relacionadas con el ámbito de la discapacidad.

En este mundo, se puede decir que la mentalidad general ha avanzado bastante, aunque no lo suficiente, y menos en lo referente a la discapacidad intelectual. Ya en el Renacimiento empezó el cambio de actitud hacia las personas con discapacidad –en España, Isabel la Católica creó hospitales para los soldados en los que se les facilitaban prótesis y aparatos terapéuticos-. Aun así, hasta mediados del siglo XIX no se empieza a ver la discapacidad con ojos clínicos con el fin de conocer sus causas y las posibles mejoras. Pero se sigue tratando el tema desde los servicios sociales, viendo a las personas con discapacidad con habilidades nulas, social y productivamente hablando.

Ya a mediados del siglo XX, en 1955, durante la Conferencia Internacional del Trabajo, se presenta una recomendación sobre “la rehabilitación y el empleo de los inválidos”, en la que se plantea “la necesidad de poner a disposición de las personas con discapacidad medios de adaptación y readaptación profesional independiente de su origen, naturaleza y edad siempre que puedan ser preparados para ejercer un empleo adecuado y tengan perspectivas razonables de obtener y conservar el empleo”. Aunque tiene matices aún analizables, se puede considerar como la precursora de la integración social y laboral de las personas con discapacidad.

Aunque en 1948 ya se habla de la igualdad de derechos para todas las personas en La Declaración Universal de los Derechos Humanos, este cumplimiento no se regulariza para las personas con discapacidad hasta 2006, en la Convención de Derechos de Personas con Discapacidad, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En España entró en vigor dos años después.

A raíz de la Convención, van surgiendo leyes que tratan de irse adaptando a la realidad, con mayor o menor éxito. ¿Y cuándo empezamos a hablar de accesibilidad? En 2007, con la Ley de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal, conocida como LIOUNDAU. ¡Por fin! De este desarrollo surge el I Plan Nacional de Accesibilidad 2004-2012, cuyo objetivo principal es: “alcanzar la accesibilidad universal de todos los entornos, productos y servicios para superar las barreras que discriminan a las personas con discapacidad”

En 2013, se refunde junto con otras leyes en la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, en la que se introducen principios como Diseño Universal, Inclusión Social y Vida Independiente entre otros. Entre sus ámbitos de aplicación está el de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información.

Esta legislación tiene soporte en diferentes pautas y normativas internacionales y nacionales relacionadas con la ergonomía de las interfaces (ISO 9241‐151:2008), la accesibilidad de hardware (UNE 139801:2003) y software (UNE139802:2009), el subtitulado (UNE 153010:2003), la audiodescripción (UNE 153020:2005) y  en pautas sobre accesibilidad web (WAI).

En lo referente a diseño universal o diseño para todos, es necesario precisar que este concepto no abarca todos los casos posibles. Como aclaró Stephanidis en 2001, “el diseño universal no implica necesariamente que un único diseño deba ser adecuado para todos los usuarios, sino que debe ser entendido como una filosofía de diseño que intenta satisfacer las necesidades de accesibilidad para el mayor número de usuarios posibles”.

En España existen entidades como el Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC), el Centro de Referencia Estatal de Accesibilidad y Apoyos Técnicos (CEAPAT) o el Centro Español de Subtitulado y Audiodescripción (CESyA), que se encargan de fomentar y apoyar todo lo que respecta a las necesidades de accesibilidad de las personas con discapacidad.

Tras esta recopilación de leyes, normativas y aspectos relacionados con la accesibilidad en el campo de la informática, queda claro que el diseño y desarrollo accesible no es una opción sino una obligación –en términos legales-. El problema es que esto no está entendido como parte de los diseños – en pocas universidades se está considerando la accesibilidad, y sólo como una asignatura optativa paralela-. Esto hace que el desarrollo de sistemas accesibles necesite de expertos en accesibilidad, lo que aumenta los costes en tiempo y dinero de cualquier proyecto tecnológico.

Habría que plantearse si este ahorro compensa en coste y calidad, el gasto que supondría tener que adaptar o incluso rehacer los diseños, en el caso de que las leyes de accesibilidad digital fueran aplicadas con la misma rigurosidad que las que afectan a los diseños arquitectónicos. ¿Se construye un nuevo edificio sin accesos del nivel 0?

Por último, si estamos hablando de “satisfacer las necesidades del mayor número de usuarios”, deberíamos tener en cuenta que estamos abriendo las expectativas de mercado de los productos que desarrollemos. Donde vemos una obligación, ¿no podríamos tener un buen negocio?

Dieta del gluten: ¿una nueva moda para adelgazar?

Dieta del gluten: ¿una nueva moda para adelgazar?

Si hay algo en lo que las modas cambian cada cinco minutos, son las dietas. Casi sin tregua, pasamos por la dieta de los líquidos, la de la malla lingual, la licuariana, y muchas, muchas más…Y ahora, le tocó al gluten.

Parece ser que ahora el culpable de toda esa gordura que nos acecha es el GLUTEN. ¿Pero será esto cierto? Hace siglos que se consume pan, pastas y bollería. En cambio, los efectos “devastadores” del gluten son más recientes. Muchos tenemos conocidos que al consumir pan o los productos derivados de los cereales se ponían malos, con dolores de tripa, de cabeza y otros síntomas y que al consultar con un médico les confirmaron que eran celíacos y que por ello debían seguir una dieta libre de gluten. Y fue entonces cuando, a muchos de nosotros, al ver que nuestros amigos celíacos (al hacer la dieta libre de gluten) perdían peso, se nos ocurrió que podríamos hacerla nosotros también y así nos librábamos de esos molestos michelines que no nos dejan vivir. Pero… ¿es tan simple todo? ¿Se deja de comer gluten y adiós a la gordura? Pues me temo que no.

Desde la Federación de Asociaciones de Celíacos de España hacen referencia a esto, y recomiendan no iniciar una dieta sin gluten sin haber realizado previamente una biopsia intestinal que demuestre la intolerancia al gluten. Se debe tener en cuenta que el celíaco debe dejar de consumir gluten porque si lo hace, los linfocitos atacan el tejido de su intestino, causando la desaparición de las vellosidades del mismo y teniendo como consecuencia una mala absorción de los nutrientes.

Expertos en nutrición se muestran cautelosos al respecto y desaconsejan comer sin gluten si no se tiene celiaquía debido a los efectos negativos que podría tener sobre la salud. Hacer una dieta libre de gluten  sin asistencia profesional, puede llevar a una alimentación desequilibrada e inapropiada, con más inconvenientes que ventajas.

¿Sabías que la avena y la cebada (alimentos con gluten) tienen un alto contenido en fibra soluble?

La fibra soluble está formada por compuestos que captan mucha agua y son capaces de formar geles viscosos, ayudan al crecimiento de la flora bacteriana y a disminuir y ralentizar la absorción de grasas y azúcares de los alimentos, lo que contribuye a reducir el colesterol y la glucosa en sangre. Por tanto, es necesario consumir alimentos como la avena y la cebada, que además tienen gluten. Aquí solo mencionamos la fibra, pero los alimentos ricos en gluten también proveen de otros nutrientes esenciales para el ser humano.

Por todo esto, lo más aconsejable es alejarse de la bollería, huir de los precocinados, hacer una vida más saludable con una alimentación equilibrada. Intentar sustituir estos productos por otros alimentos caseros y con menos calorías y, como decía mi mamá, comer de todo un poquito pero sin pasarnos. Y confiar en la innovación para solucionar los inconvenientes que aún puedan surgir para aquellas personas con intolerancias y necesidades especiales.

En CARTIF, trabajamos en diversos proyectos para sustituir el uso de aditivos industriales por otros naturales y las grasas animales por compuestos saludables. Estas aportaciones tecnológicas funcionan y nos ayudan a comer mejor. Puede que no tengamos una figura perfecta pero, sin duda, estaremos sanos.