«NON-EXHAUST PARTICLES»: Las Grandes Desconocidas del Transporte por Carretera
El transporte por carretera es la principal fuente de emisión de partículas en los entornos urbanos y una de las más importantes a nivel global. Consciente de la gravedad del problema, la Unión Europea viene estableciendo límites, cada vez más restrictivos, para las emisiones de escape de los motores de combustión interna en vehículos nuevos, a través de la normativa europea sobre emisiones (Normas EURO), que tanto temen los fabricantes de vehículos. Esta normativa centrada en los vehículos, y otras destinadas al control de las emisiones producidas en la industria y en las centrales térmicas de generación eléctrica, han hecho posible que la concentración de partículas en entornos urbanos se haya reducido de manera notable en los últimos 15 años. Es justo decir, que parte de esa reducción ha sido también debida al uso creciente de las energías renovables, como por ejemplo la energía eólica, fotovoltaica o solar térmica. Por su parte, la biomasa, a pesar de ser una fuente de energía renovable con una huella de carbono casi nula, contribuye a la emisión de partículas debido al proceso de combustión que permite su aprovechamiento energético. Por último, la energía nuclear, que en las próximas semanas pasará a ser considerada «energía verde» por la Comisión Europea, podría contribuir de manera eficaz no solo a la reducción de las emisiones de CO2, sino también a las emisiones de partículas.
A pesar de que, como se ha dicho, la situación actual es mejor que la de hace 15 años, no es menos cierto que con relativa frecuencia se superan los límites de concentración de partículas establecidos por la Organización Mundial de la Salud (10 μg/m3 para partículas <2,5 μm) en muchos núcleos urbanos europeos.
¿Cómo se clasifican las nanopartículas y cuáles son sus riesgos asociados?
Las partículas atmosféricas, independientemente de su origen natural o antropogénico, se clasifican en partículas gruesas PM10 (2,5 -10 μm), finas PM2,5 (0,1 – 2,5 μm) y ultrafinas PM0,1 (<0,1 μm). Según la OMS las partículas gruesas PM10 pueden penetrar y alojarse profundamente dentro de los pulmones, mientras que las partículas finas PM2,5 suponen un mayor riesgo, pues pueden atravesar la barrera pulmonar y entrar en el sistema sanguíneo. Las partículas ultrafinas PM0,1 son capaces de penetrar en órganos vitales como el hígado o el cerebro, causando procesos inflamatorios y oxidativos, con efectos aún poco conocidos.
Numerosos estudios científicos llevados a cabo en las últimas dos décadas relacionan los efectos a corto plazo del incremento de la concentración de partículas con incrementos en la mortalidad diaria e ingresos hospitalarios. Otros estudios alertan sobre el alto contenido de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) que se encuentran adheridos a la fracción de partículas PM2,5 provenientes de los procesos de combustión. Al menos 13 de los compuestos que forman la familia de los PAHs han sido reconocidos como carcinogénicos por la OMS. Esta misma organización afirma que, además de cáncer, la fracción de partículas PM2,5 causa enfermedades cardiovasculares y respiratorias siendo la causa de 400.000 muertes prematuras solo en Europa.
¿Qué son las partículas no provenientes de gases de escape (NEE- Non-Exhaust Emissions) y cuál es su contribución a las emisiones del transporte por carretera?
Una vez introducida la problemática producida por las emisiones de partículas, así como sus fuentes, nos centraremos en las partículas NEE, es decir, aquellas emitidas por vehículos pero que no provienen de los gases de escape. Estas partículas son originadas a través del desgaste producido por el rozamiento entre pastillas y discos de freno, y entre los neumáticos y la superficie de la carretera.
A diferencia de lo que sucede con las emisiones de partículas en los gases de escape, en la actualidad no existe ninguna norma que limite la emisión de partículas NEE, de hecho, la mayor parte de la sociedad ni siquiera es consciente de su existencia.
Pero, ¿la contribución de las partículas NEE es representativa si la comparamos con la de los gases de escape?
Por sorprendente que pueda parecer, la contribución de las partículas NEE no solo es representativa, sino que desde hace algunos años es claramente superior. Datos publicados por el Inventario de Emisiones Atmosféricas Nacionales del Reino Unido (NAEI) revelan que mientras que las partículas de escape se han reducido de manera notable en los últimos años, las partículas NEE han aumentado y se espera que sigan haciéndolo en el futuro. La fuente citada anteriormente afirma que, de las partículas primarias emitidas por el transporte por carretera, el 60% de la PM 2,5 y el 73% de la PM 10 fueron debidas a partículas NEE (medidas llevadas a cabo en el Reino Unido durante el año 2016). Dichos porcentajes continúan creciendo a medida que las emisiones de escape descienden, tal y como presenta el gráfico elaborado por el NAEI.
¿Y qué pasa con los vehículos cero emisiones?
La contaminación por partículas es especialmente problemática en los entornos urbanos, por ello se considera que la electromovilidad puede ayudar decisivamente a combatir este problema. Sin embargo, debido al peso de las baterías, estos vehículos tienen una masa notablemente superior a la de un coche equivalente con motor de combustión interna, lo que implica mayores emisiones de partículas NEE debido al desgaste de los neumáticos y de la superficie de la carretera. Estas mayores emisiones son de algún modo compensadas por las menores emisiones producidas por el doble sistema de frenado regenerativo/mecánico de los vehículos eléctricos e híbridos. En la actualidad el balance neto entre la reducción de partículas de frenado y el incremento de partículas producidas por la carretera y los neumáticos de los vehículos eléctricos no está cuantificado, pero lo que es evidente, es que estos vehículos producen un nivel de emisiones de partículas NEE, al menos del mismo orden de magnitud al de los coches convencionales.
Por tanto, la etiqueta de «cero emisiones» es en cierto modo, sino en su totalidad, engañosa para el consumidor. Más aún si se tiene en cuenta que el 40% de la energía eléctrica generada en España en el año 2019,provino de centrales térmicas.
CARTIF investiga para reducir las emisiones de partículas NEE
CARTIF, consciente de la problemática de estas emisiones de partículas, ha participado en una propuesta de proyecto del programa europeo Horizon Europe enfocado a estudiar la magnitud, causas, efectos de las emisiones de partículas NEE, así como en desarrollar soluciones que eviten, o al menos reduzcan, la emisión de las mismas. Dicha propuesta se centra en flotas de vehículos de reparto y en vehículos de transporte público como los autobuses y los metros, llevándose a cabo parte de las pruebas de campo en la ciudad de Valladolid. Si dicho proyecto es finalmente financiado por la Comisión Europea, CARTIF dedicará su mejor empeño a la búsqueda de soluciones que permitan reducir las emisiones de partículas NEE, un problema cuyos efectos perjudiciales son bien conocidos, a pesar de ser ignorado por la mayor parte de la sociedad.