En 2020, España dio un paso firme hacia la descarbonización con la publicación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Entre las medidas destacadas, el hidrógeno renovable o hidrógeno verde, es decir, hidrógeno generado en electrolizadores que se alimentan de energía renovable, emergió como una solución clave para reducir emisiones en diversos sectores.
Una de estas medidas fue la publicación de una Hoja de Ruta del Hidrógeno, que plantea estrategias concretas para evitar las emisiones de CO2 a través del hidrógeno, sustituyendo combustibles fósiles en usos como generación de calor para la industria o la vivienda, o como alimentación en medios de transporte como camiones o barcos. Se fijan además objetivos del uso de hidrógeno para 2030, entre ellos tener 4 GW de potencia instalada de electrolizadores y sustituir un 25% del hidrógeno consumido en la industria por hidrógeno verde.
Gracias a estas políticas, empresas tanto locales como internacionales comenzarán a apostar por el hidrógeno, proponiendo proyectos con electrolizadores de hasta 100 MW que alimenten a consumidores de la península. Para financiar estos proyectos, se contará con la ayuda de los programas europeos, aunque también dependerá en gran medida de la inversión privada.
Políticas de la Unión Europea sobre hidrógeno
La Comisión Europea aprobó su estrategia sobre hidrógeno en julio de 2020, en la que planteaba un total de 40 GW de capacidad de electrolizadores para toda la región en 2030, y un consumo de hidrógeno que suponga el 24% de toda la energía final en 2050. Además, a través de otras políticas como el paquete «Fit for 55» o RePowerEU, fijará un objetivo de generación de 10 Mt de hidrógeno y un consumo de 20 Mt; sustitución de combustibles fósiles por renovables (entre los que se incluye el hidrógeno) de un 75% en la industria y del 5% en el transporte; y una construcción de hasta 28.000km de tuberías para el intercambio de hidrógeno, todo para 2030.
También se crean programas que financian la instalación de infraestructura del hidrógeno, como «Hy2Tech» o «Hy2Infra», que, entre distintas convocatorias de financiación pública y privada, han conseguido más de 38 mil millones de euros; así como instituciones diseñadas para salvar las diferencias de precio que tiene el hidrógeno verde actualmente, como el European Hydrogen Bank.
En la figura 2 se observan los objetivos de instalación de los distintos países de la Unión, que consiguen superar de manera conjunta el objetivo general de la región. Países como Francia o Países Bajos prevén alcanzar hasta 6 GW de capacidad nacional, seguidos por Alemania, Italia o Dinamarca que buscan tener 5 GW, o Rumanía y España con 4 GW.
Según la Global Hydrogen Review de 2024 publicada por la Agencia Internacional de la Energía, la potencia instalada actualmente en Europa es de 2 GW, por lo que aún queda lejos el objetivo de 40 GW. Es necesario superar los retos de la financiación para las grandes infraestructuras, la capacidad de fabricación de electrolizadores y la conexión entre productores y consumidores de hidrógeno para acelerar este crecimiento.
Políticas de hidrógeno en el resto del mundo
A nivel global, la preocupación de los gobiernos por la situación energética y medioambiental ha impulsado políticas y estrategias de descarbonización empleando hidrógeno renovable. No solo grandes países productores y consumidores de hidrógeno, sino también países que ven en el hidrógeno una gran oportunidad de desarrollo y crecimiento económico, pensando en la posibilidad del comercio internacional.
En la figura 3 se pueden ver los objetivos de instalación de electrolizadores de otros países comparados con la Unión Europea, alcanzando en conjunto más de 250 GW. Regiones como Europa, Rusia y EEUU tratarán de alcanzar más de 40 GW de generación, pero también países como Chile, India o Canadá planean grandes inversiones, aprovechando la oportunidad de comerciar con el hidrógeno.
Lograr los objetivos propuestos, especialmente considerando que estamos a mitad del camino en muchos de ellos, se presenta como un desafío considerable. De 520 GW de proyectos anunciados en 2024 únicamente 20 GW han alcanzado la decisión final de financiación, suponiendo esta el mayor reto a superar para la penetración del hidrógeno. En cuanto a la capacidad de fabricación de electrolizadores, actualmente alcanza los 5 GW, aunque se ha multiplicado por nueve desde 2021. Los desafíos son grandes, sin embargo, el compromiso global y el deseo de liderar esta revolución energética mantienen viva la apuesta por el hidrógeno como solución transformadora.
El futuro del hidrógeno en España
España actualizó el PNIEC en 2023, incrementando el objetivo de capacidad de electrolizadores a 12 GW para 2030, más de una cuarta parte del objetivo total de la Unión Europea. Actualmente, España cuenta con una potencia instalada de electrolizadores de 35 MW, y tiene el mayor electrolizador de uso industrial de Europa: un electrolizador de 20 MW situado en Puertollano, Ciudad Real. Sin embargo, por el momento depende de fabricantes de electrolizadores externos.
«España cuenta con el mayor electrolizador de uso industrial de Europa. 20 MW situados en Puertollano, Ciudad Real»
Este compromiso refuerza la necesidad de planificar cuidadosamente para maximizar los beneficios económicos, ambientales y sociales de esta revolución. A pesar de los avances en la financiación y aprobación de proyectos, aún es necesario profundizar en el análisis de los impactos del hidrógeno en la economía, el uso del suelo y la sociedad.
Gracias al uso de Modelos de Evaluación Integrada, podemos simular escenarios complejos y evaluar los efectos de esta transición, garantizando una planificación basada en datos y con una perspectiva de sostenibilidad integral. En CARTIF, trabajamos para entender y optimizar el papel del hidrógeno en la transición energética. A través del proyecto HYDRA (nº GA 101137758), hemos analizado las políticas de hidrógeno a nivel europeo y global, utilizando Modelos de Evaluación Integrada (Integrated Aseessment Models-IAM por sus siglas en inglés) para explorar cómo esta tecnología puede integrarse de manera sostenible en distintos sectores.
La implementación de políticas como REPowerEU y el apoyo a «valles del hidrógeno» demuestran un compromiso sólido con el desarrollo de esta tecnología. Sin embargo, la colaboración internacional y la planificación estratégica seguirán siendo esenciales para maximizar su impacto positivo.
El hidrógeno renovable representa una oportunidad única para transformar nuestro modelo energético y avanzar hacia una economía más limpia y sostenible. Desde CARTIF, seguimos investigando y desarrollando soluciones que hagan realidad esta visión.
¡El futuro del hidrógeno es ahora! Únete a esta revolución y descubre cómo esta tecnología está cambiando el mundo.
- ¿Se están cumpliendo los objetivos del hidrógeno? - 24 enero 2025