¿Sabías que aproximadamente pasamos el 90% de nuestro tiempo en el interior de los edificios? ¿Y que son responsables de más del 40% del consumo de energía en la Unión Europea? Esos lugares donde desarrollamos nuestra principal actividad son el núcleo de nuestra economía y sociedad, pero, ¿cómo de preparados están para los retos y oportunidades de hoy y mañana?

El parque inmobiliario juega un papel clave en la transformación de los lugares donde trabajamos, vivimos y nos relacionamos. Las acciones promovidas por la Unión Europea con el pacto verde (Green Deal) o la ola de renovación (Renovation Wave), han tratado de impulsar este cambio. Además, desde la revisión de 2018 de la directiva Europea de Eficiencia Energética de los edificios (EPBD)1 –que, por cierto, acaba de ser de nuevo actualizada – el potencial de las tecnologías inteligentes toma un papel fundamental. La digitalización parece, por tanto, clave para conseguir la transformación de los lugares donde vivimos, para potenciar y contribuir a la transición energética.

Es por ello que en la revisión de la directiva EPBD de 2018 se introdujo también como esquema opcional el indicador SRI (Smart Readiness Indicator)2, cuyo objetivo es medir el nivel de preparación inteligente de los edificios. Este esquema nace en un primer estudio técnico para la Comisión Europea (CE) en 2017/18 y es revisado en una posterior iteración en 2019/20, asociando una metodología de cálculo3. Es en el año 2020 cuando se regula por primera vez su implementación4, y desde 2021 existe un equipo de soporte que ofrece asistencia para su adopción. Dado su carácter no obligatorio, la decisión sobre su implementación reside en los países miembro de la Unión Europea, y por ello se encuentra en fase de prueba voluntaria en algunos países, entre los que se encuentra España.

¿Y qué nos permite conocer este indicador? El SRI hace una evaluación del edificio en términos de tres funcionalidades clave totalmente alineadas con el concepto de inteligencia: (1) cómo responde el edificio a las necesidades de los ocupantes, (2) el uso de estrategias para mejorar la eficiencia energética y el rendimiento, y (3) su capacidad para interactuar con el exterior y de reaccionar ante el entorno. Para ello, se propone un catálogo de servicios clasificados en nueve dominios técnicos, evaluados en base a siete impactos.

Veamos el funcionamiento con un ejemplo: se desea mejorar el comportamiento del sistema de calefacción del edificio. Puede que no sea posible realizar un control automático, bien éste sea central, o incluso más avanzado, permitiendo actuar por sala. En base al nivel de funcionalidad elegido, cuanto mayor sea la capacidad ofrecida, la implementación será evaluada como más inteligente y, por tanto, capaz de proporcionar impactos más beneficiosos a los usuarios en términos de eficiencia energética, confort, conveniencia o salud. Dichos impactos a su vez tendrán una puntuación superior a la obtenida por servicios con una funcionalidad inferior. El método de cálculo se puede consultar en el informe técnico final de la CE citado anteriormente, existiendo además materiales de apoyo, así como ejemplos y herramientas digitales para hacer dicho proceso más sencillo5.

Figura 1. Dominios y categorías de impacto del SRI

La implantación de las tecnologías inteligentes puede ayudarnos a conseguir edificios mejores en términos energéticos, más sanos, confortables y comprometidos con el medio ambiente. Sin embargo, aspectos como la falta de conocimiento y concienciación al respecto, la necesidad de información precisa para contextualizar dichas recomendaciones o la falta de confianza por parte de los usuarios en los beneficios que pueden brindar las soluciones inteligentes, hace que su adopción no sea tan sencilla. Existen numerosos proyectos que pretenden dar apoyo a las actividades de aceptación de dicha iniciativa como es el caso de SMARTeeSTORY o BuildON, en los que participa CARTIF, donde se intentará dar un paso más y ofrecer soporte a los usuarios finales en base a qué medidas adoptar para la transformación inteligente del edificio y su mejora en el dominio/impacto deseado. Esperamos con ello poder ayudar a que, en un mañana no tan lejano, los edificios en los que nuestro tiempo avanza se conviertan el lugar donde nos gustaría vivir.


1 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=uriserv:OJ.L_.2018.156.01.0075.01.ENG

2 https://energy.ec.europa.eu/topics/energy-efficiency/energy-efficient-buildings/smart-readiness-indicator_en

3 European Commission, Directorate-General for Energy, Verbeke, S., Aerts, D., Reynders, G. et al., Final report on the technical support to the development of a smart readiness indicator for buildings – Final report, Publications Office, 2020, https://data.europa.eu/doi/10.2833/41100

4 https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=uriserv:OJ.L_.2020.431.01.0009.01.ENG

5 https://energy.ec.europa.eu/topics/energy-efficiency/energy-efficient-buildings/smart-readiness-indicator/sri-implementation-tools_en?prefLang=es&etrans=es#sri-digital-calculation-tools

Sofía Mulero
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