Esta historia comienza una tarde de domingo cualquiera, documental de la 2 de fondo. Con el ojo entreabierto vislumbro una escena en la que un escarabajo localiza excrementos frescos y les da forma de bola perfecta (¡andaaa! ¡de ahí lo de escarabajo «pelotero»!). Con música de tambores y platillos, ese escarabajo sale triunfante con su bola, enfrentando todo tipo de peligros, y cuando encuentra el sitio perfecto, la entierra. Entonces, siendo fiel al refrán «la basura de unos puede ser un tesoro para otros», esta masa de excrementos se convierte en el lugar ideal para sus «encuentros íntimos» y en la vivienda y alimento de sus bebés (larvas) hasta que, finalmente, abandonan el hogar como escarabajos adultos.

En medio de esta emocionante aventura, mi mente abandonó este mundo trasladándose a otro en el que me veo contemplando horrorizada cómo salen miles de larvas de escarabajo de mi comida. Unos segundo después, sentí una fuerte sacudida y desperté sobresaltada. En ese momento, respiré aliviada pero poco después…en cierto modo, el sueño se hizo realidad.

El pasado 5 de enero se publicó la autorización de la comercialización de las larvas del Alphitobius diaperinus (escarabajo del estiércol), más conocido como escarabajo pelotero. Con este, ya son cuatro las especies de insectos autorizadas bajo el Reglamento (UE) 2015/2283: (1) las larvas del gusano de la harina (Tenebrio molitor), la langosta migratoria (locusta migratoria), el grillo doméstico (Acheta domesticus) y las larvas del escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperinus). A continuación, os detallo más información de cada uno de ellos:

Larvas desecadas (comer insectos)
Langosta migratoria (comer insectos)
Grillo doméstico (comer insectos)
Escarabajo del estiércol (comer insectos)

Conocedores de las ventajas tanto nutricionales como ambientales de los insectos, en CARTIF contamos con una importante línea de investigación destinada al desarrollo de alimentos que incorporan insectos como ingredientes. Con las principales investigadoras de esta línea María Ysabel Piñero (marpin@cartif.es) y María Luisa Mussons (marmus@cartif.es) debatimos a menudo en el área de Alimentación, sobre las ventajas, los retos y desafíos de esta prometedora industria. A las investigadoras que comer insectos nos produce cierto rechazo, María Ysabel nos anima a que seamos capaces de mirar los insectos desde otra perspectiva. Nos dice que no nos enfoquemos en el insecto, sino que simplemente lo veamos como una buena fuente de proteína o lo que es lo mismo, como una secuencia de aminoácidos…

Me vais a perdonar pero no puedo evitar pensar en lo que comen estos escarabajos y en la famosa frase «somos los que comemos» del filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach. Entonces, siguiendo las indicaciones de mi colega, cierro los ojos y me esfuerzo en visualizar una larga secuencia de aminoácidos.

Ahora sí ¡Camarerooo! ¡Una de escarabajos peloteros!

María Morillo Cabello
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