Desde el comienzo de los tiempos existen muy pocas cosas que sepamos que van a ocurrir con total seguridad. El mundo está plagado de acontecimientos y eventos aleatorios muy difíciles de predecir, incluso para nuestra compañera la inteligencia artificial que muchas veces parece que es una especie de panacea que todo puede solucionar.
Sin embargo, existe algo que os garantizo que va a ocurrir, y de cierta manera, está ocurriendo en este mismo momento. Nos hacemos mayores. Dentro de nuestro ciclo de vida, el tiempo va pasando a medida que vivimos experiencias, cumplimos etapas y alcanzamos objetivos. Este tiempo, aunque no lo queramos, poco a poco nos conduce a una disminución de habilidades tanto físicas como psicológicas, hasta el punto de que el hecho de realizar las tareas cotidianas dentro del hogar supone un verdadero reto, y a veces incluso algo peligroso. En este momento surge la duda, ¿busco una persona que me ayude o, por el contrario, busco un centro residencial donde vivir?
Para muchas personas, su hogar es su símbolo de independencia. Su casa es ese sitio donde puede imponer sus propias reglas y donde no tiene que rendir cuentas a nadie. Según un estudio realizado en 2020, existen en España alrededor de 4.849.900 personas que viven solas, y dentro de esta cifra, más de 2 millones tienen 65 años o más. Esto supone un 43,6% del total. Sin embargo, lo curioso de esta estadística no es sólo el importante número de gente mayor que vive sola, sino que este porcentaje ha aumentado un 6,1% con respecto al año anterior. Por lo tanto, se entiende que la tendencia de la sociedad es la de vivir en solitario una vez que se superan los 65 años.
Sin embargo, tal y como comencé explicando al principio de este post, llega un momento en el que acordarse de ciertas tareas sencillas, como puede ser tomar las medicinas en el horario correspondiente, puede resultar algo difícil e incluso frustrante, y el hecho de no acordarse puede suponer una situación de peligro. Con todo esto, sería interesante contar con una persona o un sistema que nos recordase tomar las medicinas a tiempo si no lo hemos hecho, o recordarnos que tenemos que comer si se nos ha pasado la hora, pero sin que nos «moleste» mucho en nuestro día a día. Para esto podría entrar en juego un tema que está muy de moda hoy en día, la domótica.
Podríamos decir que comenzamos a hablar de domótica en la década de los 70, con distintas pruebas piloto de automatización de edificios, pero no fue hasta la década de los 80 cuando se inició el desarrollo a nivel comercial para distribuirlos por hogares urbanos. A día de hoy, sin entrar mucho en temas de estándares y aspectos tecnológicos, se puede hacer el siguiente desglose dentro de una rama tan grande como es la domótica:
- Sensorización y recogida de datos (Si ocurre esto): Se trata de la primera etapa a tener en cuenta dentro de nuestro sistema domótico. Lo que queremos hacer es recoger datos y eventos dentro de nuestro hogar. Queremos saber si se ha abierto la puerta de la calle para saber si nos han entrado a robar, la temperatura de nuestra casa por si hay que encender la calefacción o la presencia en una determinada estancia para que se encienda la luz de forma automática. Todo esto se puede conseguir gracias a la tecnología, que monitoriza los estados de nuestra casa a través de una red de sensores que miden parámetros físicos, como la temperatura, la humedad o la luminosidad.
- Actuadores y ejecutores de acción (Entonces haz esto): Una vez que ya sabemos lo que ha ocurrido dentro de casa, entraría en juego esta segunda etapa, le indicamos a un enchufe que encienda un electrodoméstico, por ejemplo, o a un motorcillo que nos abra una puerta o ventana.
Con todo esto, se entiende que una persona realiza sus tareas diarias siguiendo unos patrones más o menos establecidos. Por ejemplo, una persona que entra en su cuarto de baño, cierra la puerta y acto seguido la humedad dentro de esa estancia comienza a elevarse a unos niveles por encima de lo normal, se puede deducir que se está duchando. Otro ejemplo puede ser que sea la hora de comer y que la temperatura en la zona donde se encuentra la vitrocerámica comienza a aumentar, al mismo tiempo que se abre el frigorífico y los cajones donde se encuentran las especias. Entonces se puede deducir que la persona está cocinando. Por lo tanto, es posible realizar el seguimiento de las tareas que realiza una persona mayor que vive sola utilizando una red domótica que recoja los eventos que van ocurriendo por la casa y una inteligencia artificial (como puede ser una red neuronal) que se encargue de procesar estos datos. Una vez que se ha cumplido la etapa de adquisición de datos, sería interesante la integración de esta información con los distintos sistemas de teleasistencia de la región. De esta manera, en función de las actividades diarias que se van detectando (o que, en su defecto, no se han detectado), el sistema de teleasistencia puede brindar sugerencias a la persona o, si se detecta una situación de peligro como puede ser una caída, intervenir de forma presencial.
Desde el área de Bienestar y Salud del Centro Tecnológico CARTIF buscamos ofrecer soluciones para que las personas mayores puedan vivir de una forma plena y autónoma el mayor tiempo posible. Por esta razón, una de nuestras líneas de investigación se está centrando en el contenido de este post para que las personas mayores puedan permanecer en su casa de una forma totalmente operativa y segura. El tema que se ha tratado respecto a la domótica servirá para prestar un apoyo frente a la disminución de habilidades tanto físicas como sensoriales. Sin embargo, también estamos trabajando en soluciones para mejorar la autonomía en los hogares frente al deterioro físico mediante el desarrollo de asistentes tecnológicos para el uso de inodoro y andadores inteligentes.
En resumen, quiero enfatizar que es muy importante cuidar el bienestar de nuestros mayores y proporcionar soluciones que les permitan estar plenamente activos y que gocen de una mente sana. Queramos o no, el tiempo pasa para todos.
- Es mi vida y quiero seguir decidiendo sobre ella - 25 febrero 2022
Me parece muy bien que la tecnología se preocupe en dar calidad de vida a quien más lo necesita, todo lo contrario de lo que algunos gobiernos hacen que la emplean para destruir tal y como estamos viendo estos días
Ánimo Raúl vas por buen camino
Me ha encantado el artículo. Es muy importante hablar de cómo la tecnología puede ayudar a las personas mayores a mantener su independencia. Además de ser útil, también les da seguridad y refuerza su autoestima. ¡Gran reflexión!